Prólogo

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Te conocí, no porque fuera la primera vez que te haya visto, sino porque me dejaste, me lo permitiste, me tuviste confianza y yo la tuve a tí, fue hermoso el momento en que admitimos que sentíamos algo por el otro, mucho en común, algo en especial, ambos éramos buenos componiendo; pero no fue lo único, esos dulces y tímidos besos que nos dábamos hasta hoy lo recuerdo. Lástima que yo haya querido saltar muy deprisa. Aún duele; pero aprendí a aceptarlo, a aceptar y reconocer mi error.

Tuve que irme, soñaba alto y lastimosamente para hacerlo realidad tuve que dejarte, mi querida ojos azules.

Creí no superarte, era patético, no había día en que no llorará por tí, cuando vi que no conseguía nada con eso dejé de hacerlo aunque aún dolía, luego llegó ella.

Peridot, mi pequeña de pelos dorados, vaya que engañan las apariencias, la mente más abierta que conocí, me enseñaste a no temer de mi crecimiento y desarrollo, a ser atrevido, más suelto y se apasionado.

Recordarte produce más de una reacción en mí, sobre todo si recuerdo esas noches que tuvimos, es inevitable el decir que cambiaste mi vida.

Otra vez el sueño, contigo enserio lo pensé ¿Vale la pena? Y desde ese día en que te dejé no paro de pensar si lo valió, contigo todo era sencillo, tanto que también fuiste un sueño.

Llegué a lo alto, bueno es un decir, me creí invencible, en esos momentos vaya que valía la pena, te conocí en un accidente que provoqué, no negaré que no fue una buena impresión la que tuve contigo; pero tus "extraños" comportamientos me alegaban el día.

Fuiste un cambió en una rutinaria vida que tenía, algo alegre y en ocasiones irritantes, no lo tomes a mal, solo me molesté un poco contigo, cada día te hacías más y más hermosa, y de la nada, solo me fuí unos meses, vaya que los aprovechaste. Eras alguien nuevo, me dijiste que lo hiciste por mí, yo no te lo pedí, me sentiría mal si lo hubiera hecho. Mi linda morena, toda una dama, ver el antes y el después en tí es de ensueño.

Me casé contigo, me lo insistían muchos, no fue por ellos, te lo juro. Enserio te amo, y lo seguiré haciendo, solo que hoy en día con tanto estrés y tantas revelaciones que me recordaron que soy un fraude y nunca conseguí nada por mi mismo he olvidado el tratarte como la reina que eres.

¿Ahora que hago? las tres están aquí, aún las recuerdo a ellas y tengo miedo de herirte, de herirlas.

Ja, soy un idiota. Sigo pensando que se los digo, cuando nunca tuve ni tendré valor para decírselos.

Solo hablo conmigo mismo, esperando ver algo adelante.

Amores Compartidos (Quédate Conmigo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora