Las Cosas Claras

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Capítulo XII

La pelo azul aún yacía en el suelo, Steven no podía mover un solo músculo, en tanto la rubia se regocijaba por lo hecho.


— Bueno ahora sí me siento mejor. — comentaba burlesca la rubia.

— Pero que… — se expresaba indignada Perla.

— Basta. — le cortó Connie inmediatamente. — Les pediría a todos que me dejen a solas con las "señoritas" y mi marido. — ordenó al final.


Nadie parecía entender tal petición, entonces Connie miró severamente a Jasper, quien no tardó en hacer cumplir su voluntad.


— Por favor Señor Universe, señoritas. — los guiaba a la salida.


Todos salían, estaban solos, y al parecer tal como los había dejado.


— ¿Piensas levantarte? — miró con severidad a la escritora.


La mujer intimidada obedeció rápidamente. Connie tomó asiento al centro de esos tres, miró de reojo al chico que pretendía ocultar su rostro.


— ¿De que te ocultas? Nadie a hecho o dicho nada en contra tuya. Bueno por ahora.


El chico elevaba el rostro, veía el miedo en la ojos azules y nerviosismo en la rubia, debía ser él quien se ponga firme en esta situación; pero la pena lo tenía ablandado.


— Lo siento amor. — contestó sumiso

— Señorita Peridot siéntese por favor. — ordenó severa siendo obedecida con mala gana — te pediría Steven que no me llames así de aquí en adelante. — comentó con sequedad.


Todos bajo su voluntad, todos donde los quería, era hora de actuar.


— Quisiera ser directa de aquí en adelante y decir todo de una vez; pero hay algo que realmente me inquieta. — se manifestaba con seriedad — ¿Por qué? Ja, perdón. ¿Por qué la golpeaste? — le preguntaba entre unas pequeñas carcajadas.


La rubia soltó una alegre sonrisa, giró para ver directamente a la ojos azules.


— Ella lastimó bastante a Steven, sinceramente siempre quise verla para poder hacer esto, le agradezco por invitarme. — explicaba bastante eufórica.


Connie no podía evitar aguantar muchas risas que querían escapar de ella mientras que Lapis apenas mostraba un rostro indignado.


— Ja, concuerdo, yo igual tenía ganas solo que no podía por obvias razones. Vaya que eres especial Peridot. Ja, bueno, es hora de ser directos. — callaba sus risas — Las dos son unas perras. — se los dijo con bastante tranquilidad.

Amores Compartidos (Quédate Conmigo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora