La Cita

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Capítulo IV

Una noche placentera para la morena y de cierta manera para el rizado, consiguió reconciliarse; pero no se sentía bien aún, era el único despierto esa noche.

Estuvo cerca, agradecía que su esposa no había notado esa mancha de labial.

Estaba jugando con fuego, ya era una situación muy fuerte. Fue por un vaso de agua, quería tratar de mantener la postura.

"¿Si le digo lo que me sucede?" 

Llegó a pensar seriamente, dió unas cuantas vueltas por la cocina para tratar de concentrarse.

Algunas cosas le impedían el hacerlo.

"¿Cómo lo tomaría?"

"Con Peridot no tendré mucho problema el aceptar que ella me pida alejarme; pero ¿Lapis?"

"Deberé seguir trabajando con ella, solo le diré lo de Peridot; pero no necesariamente ahora que recién nos reconciliamos, esperaré un poco. Por lo pronto evitaré el verla."

Aún con todo eso planeado dudaba de que sea algo bueno, desanimado se dirigió a su cama para descansar por fin con su amada.

Era un nuevo día, despertaba algo extrañado, su cama estaba solitaria y vacía 

Eran las 06:00 muy temprano como para que su esposa esté despierta, igual se levantó, ayer no había hablado con su empleado de más confianza para que le informe todo lo ocurrido en su ausencia.

Fué al jardín, pasó por la sala y la cocina y aún no veía a su mujer, trató de no darle mucha importancia, efectivamente Jasper estaba ahí.

— Buenos días Jasper.

— Buen día jefe, lamento no haberle informado como todos los días.

— No te preocupes estuve ocupado con Connie. Ví a la nueva empleada, otra latina, ¿tienes algo con ellas? — preguntó risueño

— No, solo que me es difícil encontrarle una empleada bilingüe y bueno sé que el español le resulta mejor.

— Ja, me conoces bien, ¿algo que deba enterarme?

— Bueno desde que le dejaste a la señora Connie muchas de las responsabilidades económicas no tienes muchas cosas por recibir; aún así llegó esta entrada al magistral hotel-restaurante "The Angels" — le pasó la entrada

— ¿Es una invitación?

— No, al parecer usted lo pidió. Así que su mujer canceló su cena de esta noche.

— ¡¿Cómo?! — expresó impresionado

— Sí, así me lo encargó esta mañana.

— ¿Estaba enfadada?

— No sabría decirle, es muy sutil con sus emociones. Y el hecho de ser hombre no me ayuda mucho.

— Bueno, hablaré con ella esta tarde. Por lo pronto estaré en mi oficina.

— Está bien jefe, le informaré si la señora Connie  se hace presente.

El joven asintió y se fué, estaba preocupado, se suponía que ya había arreglado las cosas, y desde tan temprano ya parecía echarse a perder.

Tomó asiento y comenzó a ver el sobre de la carta, venía de la disquera, llamó a la manager.

— Garnet, buenos días, no sé si sabías sobre una reunión esta noche.

Amores Compartidos (Quédate Conmigo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora