Noelia

28 1 0
                                        

Un día conocí una estrella. Aún no estaba en el cielo y he de decir que todavía le faltaba mucho para llegar (o eso espero y quiero esperar), pero, a pesar de esto, brillaba más que cualquier constelación, más que la osa mayor. Crecía poco a poco, aunque creo que lo hacía más rápido cuando estábamos juntas (o al menos eso me pasaba a mí), y no físicamente. Tenía una luz que alumbraba todo, pero no cegaba; que abría caminos, pero no confundía, más bien me aliviaba el alma. Sencillamente era especial, no sé muy bien qué hacía, si me guiaba o si me protegía, pero podría decirse que era como mi ángel de la guarda. Era especial porque tenía otra estrella aún más grande que la cuidaba a ella ya desde el cielo. Y la verdad, el día que suba, sólo espero que yo haya llegado a su altura.

Sí, todos tenemos una persona en el cielo que nos protege, pero cuando la tienes en la tierra no tiene nombre (o sí, Noelia).

Lluvia de nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora