¿Por qué?

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El tiempo seguía corriendo, y nosotros seguíamos entrenando. No había noticias, no había avances sobre Joker.... No había nada, maldita sea.

Gracias a las ocurrencias de Franky y a la obsesión de Brook por ver las bragas de todas y cada una de las mujeres que estaban en el campamento, lograba librarme de Tashigi algunos ratos. Esto se estaba comenzando a volver insufrible.

Respecto a los demás, Nami estaba muy contenta con sus nuevos avances, ya que le estaban ayudando a comprender el clima en estas tierras tan extrañas.
Chopper dirigía al equipo médico de la Marina; DE LA MARINA. Estaba tan orgulloso que se le veía flotar de la felicidad.

Sanji estaba en su salsa, cocinando para cientos de personas, las cuáles alababan a más no poder sus creaciones. El problema llegaba cuando una chica se le acercaba para repetir plato.... Ahí se debía encargar ella misma de servirse, debido a que el rubio imbécil se desmayaba mientras la sangre comenzaba a correr por su nariz. Maldito pervertido... Luego era siempre la misma historia; escuchar cómo se lamentaba por no haber podido entablar conversación con ella.
Párate a pensar, cejas rizadas; si una muchacha, o quien sea, se te acerca A PEDIRTE OTRO PLATO DE COMIDA, y tú comienzas a sangrar por la nariz como un descosido mientras gritas "MEEEELLORIIIINE", pues no se te va a acercar nadie. Es sentido común.

Ussop tenía a todos encandilados con sus historias, las cuáles dudaba que muchas fuesen ciertas.
Brook seguía sin conseguir bragas; para el alivio de todos los que nos encontrábamos allí.
Franky trasteaba con los vehículos y materiales de los marines y revolucionarios, mejorándolos o, simplemente, haciendo una creación a la cuál se dedicaba a poner nombre.
Luffy estaba sumamente serio; no me contaba nada, a pesar de intentar sacarle las palabras. Nunca se había comportado así conmigo; es más, normalmente era YO el que se negaba a hablarle por la cantidad de tonterías que hacía y de problemas que traía. ¿Por qué ese comportamiento extraño tan repentino? Desde que comenzamos a ir juntos, habíamos sido el uno la mano derecha del otro. ¿Por qué ahora tal alejamiento?

Y... Nico Robin.... Simplemente puedo decir que apenas la veía. En ocasiones creía distinguir un movimiento de pelo azabache por el rabillo del ojo, pero nunca lograba saber si era ella o no.
Las pocas veces que pude encontrarme con ella, estaba con Trafalgar. Todas las veces. Con Trafalgar. ¿Por qué mierdas andaba con él?

Debía de admitir que me dolía verles juntos. Aunque yo no paraba de repetirme que no estaba con él, que Robin me quería... Ya no estaba tan seguro. Desde la aparición de Tashigi nuestra "relación" había caído más que en picado. Se notaba una brecha entre nosotros, afilada como un corte recién hecho.
Robin era una mujer impresionante, libre; y yo no debía ponerle cadenas que la impidieran seguir adelante.

Tenía que hablar con ella. Tenía que lograr que nos encontrásemos.

La vi entrar en una de las tiendas que tenían asignados los marines, y decidí ir tras ella.
Según abrí la "puerta", vi que no estaba sola; estaba Trafalgar con ella.
Ambos miraban realmente atentos a unos papeles que Robin sostenía, y se podía notar una clara comprensión, complicidad y sincronización entre ellos; como si una burbuja los hubiera apartado de su alrededor.
Lo vi todo rojo cuando Trafalgar le dijo algo a Robin que la hizo reír. Ese sonido que sólo yo había logrado producir, esa risa melodiosa... Y no la estaba provocando yo.

Me giré bruscamente e intenté salir de allí, antes de sacar mi hoja y rebanarle el cuello a ese maldito; pero las malditas cosas se movían de sitio en esta tienda, y acabé tropezando con un cubo que contenía mapas enrollados. Cuando alcé la vista, ambos me miraban sorprendidos. Agaché la cabeza, no por vergüenza, si no porque sabía que, si seguía mirándoles, me lanzaría a morder al cuello, como si de un animal salvaje se tratase.

-Zoro, ¿qué hacías? -la voz de Robin provocó escalofríos en mi médula espinal.- No me había percatado de tu presencia.
-Zoro, está muy feo escuchar a escondidas... Parece que aún no has aprendido la lección.

No lo soporté más y salí de allí hecho una furia. En mi camino a trompicones me iba chocando con gente a la cuál no era capaz de verles el rostro; no lo distinguía. Sólo necesitaba alejarme de allí cuanto antes.
¿Robin y ese mierdas de Trafalgar? Ya no sabía qué pensar.

Cuando me di cuenta, llegué a una explanada rodeada de nieve (como todo aquí). Me senté de golpe en el suelo y comencé a intentar calmarme.

Al rato escuché unos pasos que se acercaban, pero no habría abierto los ojos de no ser por el olor que llegó hasta mí. Era un olor, una esencia, que conocía muy bien.

Robin...

Noté cómo se ponía a mi lado y se sentaba, con esa tranquilidad que la caracterizaba, aunque yo sabía que debajo de esa fachada se escondían demonios que nadie, estando cuerdo, querría despertar.

Un silencio incómodo se instaló entre nosotros. Me dolía que hubiese llegado hasta tal punto la situación.

-Zoro... -Robin cogió aire, no era fácil para ella. Su tono denotaba tristeza y presión. - No sé si estabas escuchando o no, pero no es lo que piensas.
-Por Dios, Nico Robin - mi paciencia había superado su maldito límite. - No hay que ser un puto genio para ver qué estaba sucediendo. ¿Acaso me consideras tan idiota? -Había comenzado a alzar la voz, sin percatarme siquiera de ello. Se había abierto un grifo que no era capaz de cerrar, pero que sabía, iba a hacer mucho daño. - Llegué a pensar que tú eras diferente. - La miré con ojos de acero - pensé que había algo realmente serio entre tú y yo. De veras que lo pensé. Pero creo que no me equivoco si te digo que eres igual que todas las demás, Nico Robin. No veo ningún futuro juntos. Al menos, por ahora.

Estallé. No fui consciente de lo que había dicho. No sabía controlarme.
Respiraba furiosamente, sin mirarla.
Era cierto que muchas cosas que había dicho no las pensaba para nada, pero cuando estoy tan dañado, necesito herir al oponente; así se ganan las batallas. Y ella estaba siendo la reina, el rey y todas las malditas piezas del ajedrez en contra de este maldito peón, que era yo.

A los minutos siguientes, me di cuenta de que Robin no contestaba. Seguía sentada a mi lado, con la cabeza gacha, pero no había dicho ni una palabra.
Entonces me fijé en cómo corrían por sus mejillas regueros de lágrimas. Lloraba en silencio, permitiendo que las lágrimas recorriesen su cara a su ritmo, intentando que limpiasen todo el dolor que estaba sintiendo.

-Zoro... - Robin sorbió por la nariz. - Sé que he hecho muchas cosas malas en esta vida. Sé que he llevado a cabo actos repugnantes; pero también tengo muy claro que todos han tenido un motivo de peso detrás. - Alzó sus ojos azules hacia mí. Su mirada se había convertido en un témpano de hielo; pero en vez de congelarme, me quemaba. Dolía. - Pensé que tenías más claras las cosas, pero veo que me equivocaba... Como tantas otras veces. - Esto último lo dijo en un tono de voz tan bajo que apenas pude escucharla. Se puso en pie lentamente, como si el simple hecho de respirar le doliese. No volvió a mirarme. - Si de verdad eso es lo que opinas de mí, que he visto que es así, no hay nada más que hacer. Se acabó, Roronoa Zoro.

Y se marchó, lentamente, con sus andares de Diosa. La verdad es que la situación no era tan diferente a esa; se marchaba, dejando tras de sí un imperio destruido, un imperio que se creía invencible. Se marchaba como una Diosa que, habiendo perdido toda la esperanza depositada en ese imperio, se iba para intentar recomponerse.

Y es que, las Diosas no entregan su alma, sus esperanzas, e incluso su corazón, fácilmente.






N/A: quería preguntarles si quieren que haga una segunda parte de esta historia. Fortune está cerca de acabar, y estoy contenta, a la vez que triste, por ello; es mi primer fanfic, en el cuál he puesto muchísimo empeño, y me llena de felicidad ver el apoyo que se le está dando. Muchísimas gracias.
Por cierto. ¿cómo les gustaría que acabase? ¿Qué creen que pasará? ¿Habrá una segunda parte?
Todo lo deciden ustedes. Yo tengo una serie de ideas, pero me encantaría saber qué opinan, o qué consideran.
Muchísimas gracias por leer mi historia.
Un beso, les quiero.
Att: Sam🙌🏼

Fortune (Zorobin)  •ACABADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora