Pruebas.

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¿Qué demonios acababa de ocurrir?
El silencio reinaba en todo el local, excepto por el sonido de los tacones de Robin alejándose.
¿Acaso podía ser eso cierto?
Corrí, literalmente, hasta Luffy y miré el contenido de ese bolso de mano. Efectivamente, ahí había una pequeña cámara y una grabadora. Miré a Luffy, que lucía una enorme sonrisa en su cara; luego pasé a Nami, que denotaba orgullo, aunque se la veía preocupada.

Aparecieron Ussop y Franky, preguntando que qué había sucedido, diciendo que Robin les había pedido unas cosas muy raras.

Luffy les contó lo poco que sabíamos y se quedaron boquiabiertos. Entonces, corrieron al despacho de Crocodile.
¡Mierda!
Les seguí, junto con Luffy, y comprobamos que era cierto.
Crocodile estaba tirado en el suelo. Había un gran desorden en la habitación, como si hubiese pasado un huracán.
Miré atentamente a mi alrededor y pude ver la jeringuilla que Robin debía haberle inyectado. También vi trozos de ropa rasgada (por eso llevaba así el vestido), y una mancha fresca que tiraba a un color marrón óxido.
Me agaché al lado del cuerpo inconsciente de Crocodile y puse mis dedos índice y corazón sobre su cuello, pudiendo captar su pulso. Latía despacio, pero constante. Pude apreciar el agujero que había provocado el pinchazo. La verdad es que era un buen boquete.

Recogí la jeringuilla y me puse en pie. Alguien debía hacer algo.
Fui hasta Franky y le pregunté dónde podía encontrar cinta americana y unas bridas.
Me dijo que estaban en su caja de herramientas, al lado del escenario. El hecho de que tuviese este material me preocuparía, si no fuese porque es el encargado de mantenimiento, mayormente, y porque sé de qué pueden ser capaces estas personas.

Salí en busca de la caja de herramientas de Franky, y vi cómo Trafalgar se sentaba en una silla, sirviéndose un largo chorro de licor.
-¿Alguna novedad, Trafalgar?
-Si es cierto lo que ha hecho Robin... ¿Le tendremos?
-Así es. Ya nadie podrá ponernos ninguna traba.
-¿Crees que Joker será cogido a su vez?

Me quedé pensando un momento. Ahí estaba el motivo de que estuviese tan taciturno.
-No creo... Tiene demasiados recursos y gente metida en el gobierno como para que le cojan por un simple testimonio de un socio tan "ínfimo" como Crocodile.

Trafalgar se acabó la copa de un trago, y se echó otra cantidad considerable.
-Mejor. Joker es mío.

Decidí dejarlo como estaba. Me levanté y fui hasta el escenario. Cogí lo necesario y regresé al despacho.
Le puse las bridas agarrándole las manos y los pies. Puse un par de ellas en las manos, por si acaso. Luego rodeé éstas con la cinta americana (tal vez no tuviese mucho sentido, pero lo retrasaría más en caso de querer escaparse), y la dejé a mano, por si había que cerrarle la boca. Pero primero iba a hablar. Vaya si iba a hacerlo.

Volví a mirar a mi alrededor, y una parte específica de la habitación me llamó la atención.
Cuando tienes un único ojo aprendes a fijarte el doble en los detalles.
Una zona de la pared estaba rozada, además de manchada de sangre.
Entonces, la mancha que había en el suelo también era sangre.
Crocodile no tenía ningún rasguño, aparte del agujero que le había dejado Robin en el cuello; pero... ¿Y ella?

Luego me pasaría a verla.

Salimos al salón, dejando la puerta del despacho bien abierta; veríamos el movimiento en el instante en que tuviese lugar.

Nos sentamos todos en una mesa. Nami estaba encima de Sanji; habían llamado a Chopper, el cuál estaba rojo de los halagos sobre su preparación, aunque decía que eran unos imbéciles, y que "el que le felicitaran no le hacía feliz". Vaya que no.
Franky y Ussop estaban también orgullosos de su trabajo, así que inflaban el pecho.
Llamé a Trafalgar y me senté al lado de Luffy. Íbamos a ver de qué había ido todo esto, y qué era lo que había hecho Robin.

La cámara nos mostró, durante varios minutos, la sala desierta. Pasado este tiempo, comenzaron a llegar los invitados de Crocodile.
Cuando entraron Akainu y Joker, tanto Luffy como Trafalgar se pusieron rígidos.
Sanji babeó al ver a Boa Hancock, y se llevó un buen golpe por parte de Nami.

Escuchamos atentamente lo que decían; hablaban de resultados de los últimos negocios que habían llevado a cabo. Joker parecía estar distribuyendo una nueva mercancía, llamada SAD. Aún no habíamos oído nada circular, así que debía ser una creación muy reciente. Esto le interesaría al gobierno.

Crocodile no paraba de decir que quería ser partícipe en ello. Se dedicaba a atarse un poco más la soga al cuello.
Presté más atención en el momento en que Robin apareció en escena.
No se habló nada jugoso en exceso, excepto algunos planes futuros de ampliar los horizontes de venta.

Una vez se marcharon los invitados, me puse tenso. Ahora vería qué había pasado, y todos verían de qué era capaz Crocodile.
Mi estómago dió un vuelco al ver cómo Robin tocaba a ese tipo, y cómo él la miraba a ella; como si fuese un pedazo de carne. La rabia apareció cuando Crocodile no despegaba su vista del escote de Robin. Este hombre era demasiado obvio, y asqueroso.

Entonces Robin tejió su telaraña, y realizó las preguntas clave.
Luffy, a pesar de sus sentimientos encontrados, sonrió. Le teníamos. Trafalgar desfrunció el ceño.

Ahora era mi turno de ponerme rígido. La manera en que Crocodile gritaba a Robin, y cómo la agarraba, provocó que yo perdiera el color.
Los rostros de todos se pusieron totalmente serios. Nami miraba concentrada la grabación, apretando la mandíbula.
De repente, vimos cómo estampaba a Robin contra la pared. Nami soltó un grito, y Sanji la acompañó con maldiciones en francés.
Entendía su reacción. No es lo mismo escuchar que algo ha ocurrido a presenciarlo... Y nunca acababas curado de espanto. Un hombre jamás debería ponerle la mano encima a una mujer.

Luffy me dio un toque en el hombro, indicándome que todo estaba bien, que me calmase.
Pero eso era como pedirle a un animal que no siga su instinto. ¿Alguna vez habéis visto a algún animal desobedecer a su instinto? Porque yo no.
La cosa empeoró cuando la volvió a golpear contra la pared, y ella escupió sangre, escurriéndose al suelo.
Pensé que era lo peor, pero la grabación me tenía más sorpresas. Vimos como Crocodile se abalanzaba sobre ella y comenzaba a intentar "desnudarla". Más bien era como ver a un gato intentando afilarse las zarpas.

Ahí fue donde Robin se lució. Yo habría perdido los nervios, mientras que ella supo qué hacer. Es más, lo pensó todo.
Alcanzó el bolso y sacó la jeringuilla, clavándosela de un solo golpe.

Me llené de orgullo cuando la vi ponerse de pie y meterle una patada a ese soplapollas, aparte de escupirle.
Esa era la verdadera Nico Robin. Jamás quería volver a verla anulada como la última vez. Era la mujer más fuerte y orgullosa que había conocido, y eso me hacía sentir... ¿Cómo me sentía respecto a ella?

Aquí me di cuenta de cuánto la había cagado con ella. No sólo ella había soportado desde joven que la trataran como a un objeto, si no que yo no me había diferenciado mucho de todos los sujetos de su pasado la otra noche.

Sin duda, iba a ir a verla.

Acabamos de ver la grabación. Había pensado en todo... Luffy dijo que se la daría a su hermano tan pronto como pudiese, y que tanto él, como Trafalgar y Sabo se encargarían de hacer hablar a ese cabrón. No es que no me gustase mancharme las manos, y mucho menos con ese tipo; pero sabía que, en el mismo momento en el cuál le pusiese una mano encima, no iba a ser capaz de parar.

Llegó la hora, me tocaba pasarme a ver a Robin.

Fortune (Zorobin)  •ACABADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora