Nakamas

892 55 6
                                    

No logramos que Robin saliese de su habitación. Cuando Nami se fue, sin permitir que nadie la tocara ni le dirigiese la palabra, decidí irme yo también. Me reuní con Luffy al final del pasillo. Tenía una mirada oscurecida; se había tapado los ojos con la sombra del sombrero de paja que llevaba.... Eso nunca traía nada bueno.
Teníamos que enterarnos de qué iba todo esto, así que nos iba a tocar presionar un poco al personal.

Salimos a la sala y fuimos buscando uno a uno a todos los trabajadores; quedamos en la salida de emergencias del local. La verdad es que me fío más de la calle que del propio local.

-¿A qué viene esta reunión? -Trafalgar no había estado presente en el incidente, por lo que estaba bastante extrañado.

Chopper le contó, aproximadamente, todo lo sucedido; su cara pasó a ser totalmente seria, aunque una vena le latía fuertemente en el cuello y tenía realmente tensa la mandíbula.

-Por eso os hemos reunido. Luffy y yo...
-Queremos saber qué mierdas se dedica a hacer ese bastardo - me cortó Luffy. Estaba realmente cabreado.
-Vosotros no sabéis nada, al igual que el resto - Nami nos sorprendió a todos. ¿A qué se refería? - Robin lo ha pasado muy mal desde pequeña, y ha estado huyendo desde que tiene memoria, prácticamente.

Nami comenzó a relatarnos lo que sabía del pasado de Robin, desde Ohara hasta poco antes de entrar a trabajar ella a The New World. Era una historia contada por encima, pero nos situamos bastante. Robin nunca contaba nada demasiado personal. Nami se lo había sacado, lo poco que sabía, a base de borracheras y noches de bajón.

-No pensaba que Robin estuviese tan mal - Chopper sonaba afligido. Parecía un niño, demasiado inocente para este mundo.
-A nosotros nos dijo que no quería implicar a más gente inocente - confesó Luffy. - Por lo que Zoro y yo suponemos que, en parte, se refiere a vosotros. Al fin y al cabo, todos os habéis incorporado después de ella.
-La verdad, - comenzó Brook - es que nos ha ayudado en todo lo que ha podido. Ha movido contactos y demás y a muchos nos ha quitado la soga del cuello.
-A mí me dio una oportunidad. - contó Nami - No contratan a ladronas que han sido enchironadas fácilmente. Además de que me ayudó a saldar una deuda que tenía con mi familia. Nunca podré pagarle todo lo que ha hecho por mí.
-Es como una súper madre para todos - Franky se puso serio. - Busca protegernos a pesar de su mal, y todos estamos de acuerdo en que no se merece toda esta mierda.
-El problema es que no se deja ayudar - Ussop se tocaba la barbilla mientras hablaba. - Aparte de que Crocodile la tiene bien "marcada" para sí.
-Mirad, no sé qué pensáis vosotros. - Trafalgar se puso furioso. Tenía una mirada asesina - Pero tenemos que sacar a Robin de aquí. No de forma brusca - miró de reojo a Ussop y a Franky - si no que hay que planearlo todo bien. No podemos dejar agujeros ni retales que puedan seguir.

Creo que hemos llegado todos a la conclusión de que había que sacar a Robin de esto, además de derrocar a Crocodile. No sé en qué pensé, pero solté más información de la debida.

-Crocodile utiliza a Robin para sellar los tratos y contratos importantes, obligándola a acostarse con esas personas. - Se hizo un silencio sepulcral. Yo seguía hablando. - Además de que la maltrata. La utiliza como saco de boxeo, literalmente se podría decir.

Luffy había escondido totalmente su mirada. Chopper comenzó a llorar, acompañado por Franky, que maldecía a su vez.
Nami se quedó en shock y se dejó escurrir por una pared del lateral del local; Brook enmudeció, al igual que Ussop. Y Trafalgar apretó los puños... asestándole un puñetazo a los ladrillos de la pared del local. Sanji pegó una larga calada a su cigarrillo, y pude ver verdadero odio en su mirada.

-También debemos deciros otra cosa. - Esta vez fue Luffy quién habló. - Nosotros no queremos este local; tampoco queremos el puesto de ese soplapollas. Lo que buscamos es quitar del medio a Crocodile, además de a su enorme red de peces gordos. Supongo que habréis oído hablar de Akainu, o de Joker... - Fue mirando lentamente a cada uno de los trabajadores. - Estamos respaldados por los revolucionarios, y andamos detrás de lograr el apoyo, también, de la Marina. Pero aún no lo tenemos. Trafalgar, vuestro compañero, también ayuda a la causa. Estaba infiltrado, por eso no sabíais nada.

-Vosotros sabíais todo esto... - Nami se puso lentamente en pie. - Vosotros lo sabíais y no nos dijisteis nada; simplemente comenzasteis a jugar con nosotros y nuestras vidas como si se tratase de una maldita partida de ajedrez. Somos putas pérdidas colaterales que pueden salir mal en vuestro juego de mierda. - Nos miró a ambos, y nos señaló con el dedo. - Pero somos PERSONAS. Cada uno de nosotros - realizó un amplio abanico con los brazos, abarcando a todos los demás - ha pasado por mucha mierda para llegar hasta aquí. Y yo, personalmente, no pienso permitir que se siga jugando conmigo. Vosotros podéis hacer lo que os dé la maldita gana, pero aquí somos como Nakamas. ¿Qué digo? Maldita sea, lo somos. Somos Nakamas. Y vamos a cuidar los unos de los otros, aunque nos cueste la vida.

Todos asintieron con la cabeza. La verdad es que tenía parte de razón; debíamos asumir la culpa de que no les habíamos tenido en cuenta como verdaderos aliados, sino que habían sido meros nombres que habíamos querido salvar, pero nunca pensando en pasar de ahí.

-Así que vamos a lograr sacar a Robin de esta jodida mierda, porque cada vez que abrís la boca, apesta aún más la situación. - Nami nos miraba fijamente. - Estoy dispuesta a hacer un trato. Colaboraremos con vosotros, para hundir a ese pedazo de mierda que tenemos por jefe. Pero debéis prometernos que, en el mínimo momento en el que nuestras vidas corran peligro, o volvamos a tener la soga al cuello, nos limpiaréis el paso y nos daréis una nueva identidad. Borrón y cuenta nueva. - Nami sabía lo que quería, cómo lo quería y con qué detalles lo quería. Era jodidamente buena regateando y negociando. Nos tendió la mano. - ¿Trato hecho?

Ninguno de sus compañeros se pronunció. Todos estaban de acuerdo con sus palabras y sus condiciones.
Por mí, habría aceptado de inmediato, pero no me correspondía a mí decidirlo. Miré a Luffy, esperando su reacción.

-Os quiero como Nakamas.

Eso fue lo único que dijo. Nos dejó a todos sin palabras. Cuando se lo contó a Robin, supuse que era un capricho o una idea momentánea que le había surgido, pero parece ser que no. ¿Tenía idea de qué estaba haciendo?

-¿Perdón?
-Me habéis oído bien todos. Os quiero como Nakamas. Os hemos investigado y sabemos bastante de vosotros. No me importa qué hayáis hecho, a quién hayáis vendido o matado, o qué trucos hayáis usado para llegar hasta aquí. - Luffy estaba realmente convencido de lo que quería. No sabía si eso era bueno o no. - Y sé que os quiero como Nakamas. Nosotros también hemos sufrido; hemos perdido gente querida, y nos han utilizado. Pero hemos llegado a la conclusión de que se acabó. La diferencia entre vosotros y nosotros, es que hemos decidido dejar de huir. No pienso aceptar tus condiciones, Nami. No si tú no aceptas las mías; bueno, tú y tus compañeros. Os doy mi palabra de que moriré por vosotros si es necesario, pero también quiero personas valientes que sepan qué pueden llegar a hacer y que no tengan miedo de llevarlo a cabo. ¿Qué me decís?

Luffy era un hombre peligroso. Mi jefe de unidad, Mihawk, me lo avisó. No porque fuera alguien que iba matando a mártires ni nada por el estilo; si no porque era capaz de convertir en aliado a cualquier persona, ya fuera incluso un enemigo. Y esa, era la mayor y mejor, o peor, arma posible.

-A mí me parece una súper idea. - Franky alzó los brazos y nos dio el signo de OK.
-Yo tengo una enfermedad que me está dando y no sé qué deciros... -Ussop comenzó a temblar. - Se llama..
-No le hagáis ni caso. - Chopper le interrumpió. - Es un cuentista. Podéis contar conmigo. Siempre he querido una verdadera familia...
-Yo también - afirmó Brook, y comenzó a reírse.
-Ya sabéis que yo no puedo decir que no. - Trafalgar miraba al suelo. - Al fin y al cabo, tenemos objetivos comunes.
-Yo voy a sacar a mi Robin-Chwan de esta. Un hombre de verdad no permite que sucedan estas cosas, y mucho menos, se queda parado. Contad con mi apoyo. - Sanji tiró su cigarrillo al suelo. - ¿Qué dices, Mademoiselle? - Preguntó, dirigiéndose a Nami.

Todos mirábamos ansiosos a Nami. Ella se mordía el labio y parecía que su cabeza iba a mil por hora.
Finalmente, suspiró.

-Es como mi hermana mayor. ¿Cómo iba a dejarla aquí? Además, - añadió con una mirada pícara - seguro que podemos sacar algún pellizco de esto.

-¿Es eso un sí?
-.

Todos contestaron al unísono. La sonrisa de Luffy fue inmensa, y yo me sentía... ¿tranquilo? Teníamos más de lo que habíamos podido llegar siquiera a pensar. Ahora sólo nos quedaba planear y actuar.

Fortune (Zorobin)  •ACABADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora