Momentos Eternos

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Momentos eternos... aquellos en los que dudas de la realidad, aquellos momentos en los que no te convences de que sean real, cierras los ojos, respiras profundo y pausado, sientes la brisa que choca con tu rostro, un clima ideal para tu mañana, esa mañana en la que todo te parece irreal porque al abrir los ojos te das cuenta de que tu realidad está frente a tí sonriendote con una copa en la mano esperando por tí y es precisamente ahí donde sonríes de la manera más tonta y tu corazón se acelera por la emoción que sientes...
Que  dicha tener a esa  persona que me sonríe tiernamente como si no existiera más nadie en el mundo, esa persona que con una copa en la mano brinda por haberme conocido, esa persona que está arriesgandolo todo y amandome como a nadie, esa persona a quién jamás soltaré porque hace mis días más bonitos.
Recuerdo aquella noche en la sonreímos de la nada, nos mirábamos tan intenso que hasta ese cielo oscuro se quedó atrás con la intensidad de nuestras miradas. Esa noche le hice el amor, recuerdo rozar cada parte de su cuerpo y escuchar sus gemidos tímidos, la habitación estaba oscura y aun así nuestras siluetas se dejaban ver entre la luz de la luna entrando por la ventana.
"Te quiero" le dije muy suave al oído, me dijo "Yo te quiero más, no sabes cuánto" entonces esa noche sonreí como tonta. Sí, ya tu corazón era mío, lo sabía, lo podía sentir saliendo de su cuerpo como ondas eléctricas, su mirada delataba sus sentimientos, sin embargo seguía tratando de ocultarse de mí y yo entre mis pensamientos le gritaba "No, no, no lo ocultes, ya lo sé todo, te has enamorado de mí".
La tarea más difícil de alguien que está enamorado es tratar de ocultar sus sentimientos y es tan difícil que con un simple gesto puede quedar al descubierto. La mañana siguiente, ordenando para irnos y yo bailando con una escoba en la mano, tarareando una canción, me tomó de la cara y muy cerquita me dijo "Que haré contigo, me tienes al borde de la locura" sí muy evidente, ya lo tenía, su corazón era mío, en ese encuentro lo comprobé.
Un año después de aquel encuentro y de tantas vivencias a su lado, solo puedo decir que el amor sana, libera y engrandece, recibir amor de alguien es tan gratificante, alegra el alma, sube el autoestima, te hace sonreír tantas veces como respiras, sencillamente es lo más grande que hace feliz al alma.
Esta mañana quiero brindar por tí, por haberte conocido, por no haberme retirado en las miles de oportunidades que tuve, brindo por la mejor decisión que he tomado, brindo por los seres llenos de luz que vienen a alumbrar nuestro camino, brindo por la dicha de tener esos sentimientos genuinos que alguien puede brindarme.
El miedo muchas veces nos hace flaquear, nos desintegra las ideas más geniales porque no se siente bien fuera de su zona de confort, lo desconocido y lo inesperado juegan el papel fundamental de hacer que el miedo gane territorio y nos llene de dudas.... Sentimientos pasados que vienen a atormentar nuestro presente con la excusa de conocer el territorio pisado, siempre sucede pero no siempre gana, no si no se lo permites.
Seguir adelante, seguir caminando cuán guerrera  hace, dejar atrás malos momentos y sentimientos dañinos es la mejor solución para vencer al miedo, aceptar que no tenemos todo bajo control y que el destino ya está escrito, solo debemos cambiar aquellas cosas que pueden hacernos llegar por el mal camino, noches de desvelo, bañada en llanto y desolación, pero como nada es para siempre quise levantarme y abrir aquella puerta llena de esperanzas y sí, sonreí una vez más y tu también lo hiciste...
Meses llenos de miedo se transformaron en una demostración de cuán grande es el amor, ya habíamos calado en nuestros sentimientos, la perfecta demostración de que el destino está hecho y que debía darme una oportunidad para ser feliz junto a alguien que me amara.
Nuestros cuerpos se encontraron una vez más, nuestras voces engañándose susurrando que no había nada más, que solo era un encuentro casual como lo sería el resto después de cruzar por esa puerta, pero dentro de tí lo sabías, te habías enamorado pero no querías aceptarlo a pesar de que nuestras almas se gritaban amor.
Hoy después de tantas vivencias, buenas y malas solo puedo mirarte, sentir esta brisa fría, sonreirte una vez más, tomarte de la mano y caminar junto a tí, ser de luz, un ser maravilloso que me abriga en las noches frías.
Cómplices del delito de amarnos, caricias suaves, roces y gemidos placenteros, la dicha de tenernos, de conocernos y sabiendo que hay miles de personas, que tenemos un pasado y que se nos viene un huracán, aquí seguimos andando al mismo ritmo al compás del amor, riéndonos de todo y de nada en momentos difíciles.

SI DE AMOR HABLAMOS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora