Lindas Noches, lindos amaneceres

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Me doy vuelta en la cama y te siento ahí... Tu piel suave a penas roza la mía, aún con los ojos cerrados paso mi brazo izquierdo por tu cintura, coloco mi rostro sobre tu pecho y solo entonces me sientes a tu lado, besas mi frente, aprietas mi brazo y tu respiración vuelve a relajarse al igual que la pequeña presión en mi brazo.

Pasa un tiempo... La verdad no sé cuanto, quizás mucho o quizás muy poco pero sentí que te movías hacia un lado y solo entonces abrí mis ojos y te ví... Eras tú con tu serenidad al dormir, acaricio tu espalda, te volteas hacia mí y me tomas entre tus brazos, vuelvo a rendirme en un sueño delicioso.

El sueño hacía de las suyas, mi cuerpo se relajó y volví a dormirme pero al cabo de un rato despierto observando que aún estamos en la misma posición, respiras muy cerca de mi rostro, apacible y de manera tierna. Yo te observo, detallo tus facciones, pienso en todas los momentos vividos a tu lado y sonrío, es que me haces la vida bonita, momentos vividos, vaya momentos en los que te miraba y dudaba de esta historia, es que a fin de cuentas no sabía lo que tenía frente a mí, pero ahora lo sé... Tengo frente a mí la oportunidad más palpable de ser feliz en compañía de alguien, en compañía del amor.
Dejo un casto beso en tus labios, abres los ojos, me sonríes y me devuelves el beso, vuelves a cerrar los ojos y te observo... Te observo y aún me parece increíble que tenga a alguien como tú a mi lado, una persona con miles de defectos, con complejidades, un alma cerrada al amor hasta que me conoció.

No puedo dormir, así que divago pensando en las posibilidades de un futuro a tu lado, en todas la cosas que he tenido que pasar para topar al fin con una maravillosa persona como tu, pienso en mi pasado, en las personas que me hirieron, en las situaciones en las que me quería morir de dolor, noches enteras en vela llorando de sufrimiento, personas a las que quise y personas que me lastimaron.

pienso en las buenos seres que también se cruzaron conmigo y de las que lamentablemente no obtuve más que una amistad, pienso en aquellos deseos desesperados de encontrar al amor de mi vida y en el hecho de haberlo encontrado.
Pienso en tí y en cuánto has cambiado, en todo lo que has hecho por mí, en cada discusión que hemos tenido y las noches divinas que hemos pasado y me pregunto ¿Cómo he llegado hasta aquí? nada pasa por casualidad, te encontré en el momento en el que más te necesitaba, en el que ya nada valía la pena para mí, en un momento en el que consideraba que era hora de rendirme, pero apareciste tú con tu locura extrema, demostrándome que la vida aún podía ser bonita, demostrándome que aún era capaz de enamorar a alguien y lo más importante que aún tenía oportunidad de ser feliz junto a alguien.

Tu piel es suave, sentirte sin nada de ropa rozando mi cuerpo me relaja, me da una sensación de que todo está bien, de que tengo que dejar ir aquellas cosas que no me suman y solo me restan, tomar aquel amor que la vida me esta entregando para demostrarme que todo pasa a su debido tiempo y que debo mirar hacia delante.

Recuerdo aquella mañana en la que me encontraba muy inquieta y me pareció divertido despertarte haciendote el amor, yo besando tu pecho y tu abriendo tus ojos con una sonrisa de medio lado, entonces te dejaste hacer, te tomé e hice que estallaras en un orgasmo exquisito, solo así hablé y te dije "Buen día" con la mirada más perversa que poseo y la travesura invadiendo mi mente me levanté para hacer el desayuno.

Cada noche me abrazas, tu pierna recae en el medio de las mías, una de tus manos traviesas toca mis senos, te mueves de un lado a otro pero siempre regresas a mi pecho, mientras duermes me das besos y a veces me dices que me amas, tu inconsciente me reconoce y en algunas ocasiones evitas que me aleje de tu lado.

Cada noche tus manos pasean por mi cuerpo como reconociendo el terreno, te despiertas a medio de la noche para ir al baño y tomar agua, muy pocas veces duermes sin interrupciones, pero siempre me abrazas, me sientes y me besas.

Me despiertas cada mañana sonriendome, dejando un casto beso en mis labios, haciéndome mimos y diciendo que me amas, despiertas feliz, despiertas con aquellos ojos brillantes observándome mientras me rehuso a levantarme, una lucha que emprendemos a ver quién se levanta primero y quién hará el desayuno, pero a veces yo soy quien se levanta muy temprano y llevo tu desayuno a la cama, solo entonces te levantas y comenzamos nuestro día.

Persona de luz, un ángel caído del cielo.

SI DE AMOR HABLAMOS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora