Merida
Salgo huyendo de ese lugar porque las lagrimas están a punto de derrumbarse y no quiero hacerlo delante de él. ¿Cómo ha sido capaz de decirme una cosa así? ¿Pero será gilipollas? Lo odio, lo odio y lo odio ahora mismo.
Me voy directa a mi casa, que está a cien metros, y sin poder contenerme más rompo a llorar, deseando que las lagrimas limpien este sabor tan amargo de la boca de mi estomago al ver oído decir a Erik que soy una cualquiera por un maldito baile. Busco desesperada en el bolso las llaves del portal del bloque de pisos donde vivo y noto como una mano me coge del codo y me gira. Me asusto por un momento pensando que podría ser Ian, pero enseguida ese miedo cambia a rabia en cuanto veo que es Erik. Me suelto de su agarre de un estirón y con fuerza, ahora mismo no quiero ni que me toque.
-¡Déjame en paz!- le grito y me da igual que la gente que pueda pasar ahora por la calle nos pueda oír.
-Siento lo que he dicho.- me dice arrepentido.
-¡No tienes derecho a hablarme como lo has hecho! ¡Nadie tiene derecho de hablarle a alguien así!- y con cada frase grito mas fuerte. Estoy temblando de la rabia y deseando volver a pegarle.
-Lo sé, lo siento.- y ahora mismo su disculpa me resbala.
-¡Eres un gilipollas!
-No me chilles.- me avisa y corriendo busco la llave del portal, lo abro para meterme dentro de él y así alejarme de Erik, pero no lo consigo, entra detrás de mi como un huracán.
-¡Que te largues!- y no puedo bajar el tono de mi voz. Necesito soltar toda la rabia que siento dentro. Por una vez que he disfrutado con algo después de tantos meses y tiene que venir él ha fastidiarmelo, pues no, no le quiero escuchar.
-¡Lo siento coño!- veo la frustración y la desesperación en sus ojos, aún con la poca luz que se cuela dentro del edificio que desprenden las farolas de la calle.
-¡Eres un cabrón y un gilipollas!- y vuelvo a andar dirección las escaleras.
-¿¿¡¡Quieres parar de insultarme!!??- me dice mientras me sigue y que me grite él me enfurece aún mas.
-¡¡No me da la gana!! - y empiezo a pegarle manotazos en el pecho.-¡¡Eres un capullo, un idiota, un...- no me deja terminar con la retahíla de insultos porque me agarra con fuerza las muñecas y me las coloca por detrás de mi espalda mientras con sus labios atrapa los míos.
Me besa con desesperación y con lujuria y dejo de respirar en cuanto su lengua encuentra la mía. Cierro los ojos y pierdo el hilo de mis pensamientos al sentir de nuevo su sabor y su calor. Sin dejar de besarme me suelta las muñecas y coloca sus manos en mis mejillas para acercarme aún mas a él y así asegurarse de que no me separo, pero ha sido solo su contacto y toda mi fuerza de voluntad se ha ido por el desagüe. Nuestros pechos se juntan y nuestras respiraciones se hacen irregulares que se unen con cada beso hambriento que nos damos.
-Soy un idiota.- me dice en un susurro y con voz ronca casi sin separar nuestros labios.
-Y un capullo.- le recuerdo, pero ahora mismo no quiero que deje de besarme y vuelvo a atacar su boca.
Mis manos suben hasta sus hombros y después hasta su pelo donde le doy un pequeño tirón mientras le muerdo el labio inferior. Da un suspiro junto con un pequeño gruñido y vuelve a devorar mi boca pero ahora con mas anhelo y desesperación que antes. Nos movemos unos pasos y noto la pared fría en mi espalda en cuanto me apoyo en ella. Erik baja sus manos hasta mis muslos y me los agarra con fuerza para levantarme y obligarme a que rodee su cintura con mis piernas. El vestido se me sube hasta las caderas haciendo que note su contacto en mi trasero y su dura erección en mi entrepierna.
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Que Gane el Mejor (2º bilogía Juego) COMPLETA
RomancePortada realizada por eewriter. ¡¡Gracias!! Merida pierde la memoria por culpa de un terrible accidente. Erik se vuelve loco porque ella no le recuerda. Merida vuelve a opositar. Erik vuelve a enarmorarla.