32 "Editado"

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Merida

Salgo del coche en cuanto veo por el rabillo del ojo que hemos llegado a mi bloque de pisos. Si no me bajo puede que explote en llamas de tanta tensión sexual que hay en el ambiente. Me despido de todos, no sin antes echarle una ultima mirada a Erik y cierro la puerta tras de mi.

Camino en dirección a mi portal y en menos de cinco segundos oigo como el coche acelera y se aleja calle abajo. Desilusionada por no haber estado realmente un momento a solas con Erik busco mis llaves en el bolso de fiesta, pero una mano en mi codo me lo impide y hace que me gire. Los ojos grandes, brillantes y oscuros de Erik me miran con una intensidad que me desarma, derrumba todas mis defensas por completo. Su respiración y la mía se aceleran con la pasión con la que me mira. No nos decimos nada, nuestras miradas lo dicen todo, tengo tantas ganas de él como él de mi. Me relamo los labios al sentirlos tan secos y es el detonante para que Erik se abalance sobre ellos.

En la oscuridad de mi portal me besa con pasión, con desesperación. Hay tantos sentimientos en ese beso que me deja casi sin fuerzas. Nuestros labios encajan perfectamente como siempre lo han hecho y yo giro mi rostro para profundizar mas y que nuestras lenguas se encuentren y se saboreen. Coloco mis brazos al rededor de su cuello y el me rodea la cintura con los suyos haciendo que mi cuerpo se acerque mas a él.

Piel, saliva y ganas, muchas ganas, se juntan en nuestro contacto haciendo que todo mi cuerpo empiece a arder. La devoción con la que lo hace y con la que me toca me deja fuera de juego y ahora mismo estoy a su merced para que haga conmigo todo lo que quiera. Su lengua juega con la mia, se enroscan y se crea un beso húmedo capaz de excitar a cualquier persona que nos pudiera ver.

Mi cabeza, que no puede parar ni un segundo, le empieza a dar vueltas a todo lo que ha pasado, todo lo que hemos vivido, sabiendo que primero deberíamos hablar las cosas, y no puedo evitar hacerle la pregunta.

-¿Por qué te has hecho pasar por Marco?- le digo una vez me separo y apoyo mi frente en la suya. Mi respiración sigue siendo irregular pero necesito saberlo, necesito saber muchas cosas.

-Por ti.- y coloca sus manos en mis mejillas pero sin separar nuestras frentes.

-¿Por qué?- es cuando me atrevo a mirarlo a los ojos. Erik guarda silencio durante un segundo seguramente pensando en lo que decirme. 

-El corazón tiene razones que la razón desconoce.- me dice muy serio y esas palabras, junto con su mirada tan intensa hacen que vuelva a lanzarme a sus labios dejando a un lado las demás preocupaciones a las que tendremos que hacer frente después de esto, pero ahora mismo necesito estar lo máximo posible cerca de él. 

Desesperación, alegría y deseo explotan en nuestras bocas en cuanto se juntan. Nos saboreamos mutuamente y el corazón está a punto de romperme las costillas en cuanto vuelve a abrazarme y a acercarme a él para sentir su calor.

Me separo con nerviosismo y con una excitación que supera todos los limites que yo haya impuesto. Erik me mira con miedo y sin comprender porque me he alejado de él tan repentinamente pero con manos temblorosas busco mis llaves en el bolso y le cojo de la mano.

En el ascensor no podemos parar de besarnos, de abrazarnos y de tocarnos por encima de la ropa. Disfruto acariciando su pecho por encima de su camisa y él manosea mi trasero para acercarme a su erección mientras nuestros labios no se separan ni un segundo. Solo lo hacen cuando el timbre del ascensor nos indica que hemos llegado a nuestra planta.

Como puedo, ya que Erik no para de darme besos en el cuello que me derriten, abro la puerta de mi piso y entramos apresuradamente para volver a besarnos contra la puerta ya cerrada. Sus manos expertas abarcan todo mi trasero y en un impulso me levanta haciendo que mis piernas rodeen sus caderas.

Que Gane el Mejor (2º bilogía Juego) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora