16 "Editado"

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Erik

Me siento estúpido por como he actuado. No tenia que haber intentado darle celos porque sé que  así no voy a conseguir nada, pero no puedo remediarlo, es ver lo bien que se lleva con su amigo Luis y todo el razonamiento que pueda llegar a tener en mi cuerpo se esfuma al igual que una pluma cuando sopla el viento.

Estoy utilizando a Marta y sé que eso tampoco está bien. No quiero darle expectativas ni hacerle ilusiones de cosas que luego seguro que no pasará. Porque aunque ahora mismo estemos en un punto medio y enfadados Merida y yo, aún sigo enamorado de ella. Mas que nunca y cada día un poquito mas. 

Es sábado y no sé que hacer, normalmente estudiaría el tema que tengo que exponer el lunes siguiente, o iría al gimnasio, o llamaría a mis padres. Pero esta vez necesito a un amigo, alguien con quien hablar, porque creo que esto se me está yendo de las manos y necesito compartirlo con alguien al que pueda confiar.


***


Mis nudillos golpean con decisión la puerta que tengo delante. Estoy un poco nervioso y aterrorizado porque va a ser la primera vez, desde que me fui a casa de mis padres, que voy a dejar que una persona conocida vea mi nuevo aspecto. Aterrorizado porque voy a contarle la verdad a alguien, para ver si me ayuda a quitarme este peso que siento sobre los hombros, y tengo miedo de que pueda decirme que todo lo estoy haciendo mal.

Pedro abre la puerta sin esperar encontrarse conmigo detrás de ella porque su cara de normalidad pasa a sorpresa en menos de un segundo. Tiene que mirarme dos veces de arriba a abajo para cerciorarse de que soy yo de verdad.

-¿Erik?

-Hola tío.- le saludo con una sonrisa.

-Pasa pasa.- y se hace a un lado.- ¿Qué haces aquí? ¿Cuando has venido?

-Pues he venido a veros.- no respondo a su ultima pregunta porque no quiero decirle que llevo aquí ya tres meses, al menos no aún.

-¡Cloe!- la llama y nada mas pronunciar su nombre una cabecita rubia asoma por la puerta de la cocina.

-¡Erik!- y viene hacia a mi y me da un abrazo.- Madre mía, le has dado al gimnasio estos meses, ¿eh?. Estas enorme.

-Espero que eso sea algo bueno.- digo mientras me río.

-Casi no te reconozco. ¿Desde cuando llevas gafas?- me pregunta Pedro estudiando mi rostro.

-Si vais a empezar con el interrogatorio al menos ofrecerme algo de beber, ¿no?- digo en plan burla y para hacer tiempo porque aun no me siento preparado para decirles todo. Al menos prefiero estar sentado.

-¡Hay si! Vosotros id al salón, voy a por algo de picar.- dice Cloe mientras vuelve a desaparecer por la puerta de la cocina.

Nos sentamos en el sofá de su salón y Cloe nos trae un poco de queso y jamón junto con las cervezas.

-Bueno, tu dirás. ¿Qué has hecho estos últimos meses?- me pregunta Pedro para empezar, y sé perfectamente que Cloe se está mordiendo las uñas mentalmente por no poder ir al tema principal: Merida.

-Pues he estado en casa de mis padres como os he contado por teléfono.- les digo.

-¿Y como estás?- y cómo no, Cloe preguntas directas al meollo del asunto.

-Yo bien.- le doy un largo trago a la cerveza para coger las suficientes fuerzas que me pueda dar la bebida.

-¿Pero bien bien? ¿O es el mismo bien que le sueltas a toda la gente para que no te maree?- vuelve a preguntar Cloe no contenta con mi última respuesta.

Que Gane el Mejor (2º bilogía Juego) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora