Erik
Me siento estúpido por como he actuado. No tenia que haber intentado darle celos porque sé que así no voy a conseguir nada, pero no puedo remediarlo, es ver lo bien que se lleva con su amigo Luis y todo el razonamiento que pueda llegar a tener en mi cuerpo se esfuma al igual que una pluma cuando sopla el viento.
Estoy utilizando a Marta y sé que eso tampoco está bien. No quiero darle expectativas ni hacerle ilusiones de cosas que luego seguro que no pasará. Porque aunque ahora mismo estemos en un punto medio y enfadados Merida y yo, aún sigo enamorado de ella. Mas que nunca y cada día un poquito mas.
Es sábado y no sé que hacer, normalmente estudiaría el tema que tengo que exponer el lunes siguiente, o iría al gimnasio, o llamaría a mis padres. Pero esta vez necesito a un amigo, alguien con quien hablar, porque creo que esto se me está yendo de las manos y necesito compartirlo con alguien al que pueda confiar.
***
Mis nudillos golpean con decisión la puerta que tengo delante. Estoy un poco nervioso y aterrorizado porque va a ser la primera vez, desde que me fui a casa de mis padres, que voy a dejar que una persona conocida vea mi nuevo aspecto. Aterrorizado porque voy a contarle la verdad a alguien, para ver si me ayuda a quitarme este peso que siento sobre los hombros, y tengo miedo de que pueda decirme que todo lo estoy haciendo mal.
Pedro abre la puerta sin esperar encontrarse conmigo detrás de ella porque su cara de normalidad pasa a sorpresa en menos de un segundo. Tiene que mirarme dos veces de arriba a abajo para cerciorarse de que soy yo de verdad.
-¿Erik?
-Hola tío.- le saludo con una sonrisa.
-Pasa pasa.- y se hace a un lado.- ¿Qué haces aquí? ¿Cuando has venido?
-Pues he venido a veros.- no respondo a su ultima pregunta porque no quiero decirle que llevo aquí ya tres meses, al menos no aún.
-¡Cloe!- la llama y nada mas pronunciar su nombre una cabecita rubia asoma por la puerta de la cocina.
-¡Erik!- y viene hacia a mi y me da un abrazo.- Madre mía, le has dado al gimnasio estos meses, ¿eh?. Estas enorme.
-Espero que eso sea algo bueno.- digo mientras me río.
-Casi no te reconozco. ¿Desde cuando llevas gafas?- me pregunta Pedro estudiando mi rostro.
-Si vais a empezar con el interrogatorio al menos ofrecerme algo de beber, ¿no?- digo en plan burla y para hacer tiempo porque aun no me siento preparado para decirles todo. Al menos prefiero estar sentado.
-¡Hay si! Vosotros id al salón, voy a por algo de picar.- dice Cloe mientras vuelve a desaparecer por la puerta de la cocina.
Nos sentamos en el sofá de su salón y Cloe nos trae un poco de queso y jamón junto con las cervezas.
-Bueno, tu dirás. ¿Qué has hecho estos últimos meses?- me pregunta Pedro para empezar, y sé perfectamente que Cloe se está mordiendo las uñas mentalmente por no poder ir al tema principal: Merida.
-Pues he estado en casa de mis padres como os he contado por teléfono.- les digo.
-¿Y como estás?- y cómo no, Cloe preguntas directas al meollo del asunto.
-Yo bien.- le doy un largo trago a la cerveza para coger las suficientes fuerzas que me pueda dar la bebida.
-¿Pero bien bien? ¿O es el mismo bien que le sueltas a toda la gente para que no te maree?- vuelve a preguntar Cloe no contenta con mi última respuesta.
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Que Gane el Mejor (2º bilogía Juego) COMPLETA
RomancePortada realizada por eewriter. ¡¡Gracias!! Merida pierde la memoria por culpa de un terrible accidente. Erik se vuelve loco porque ella no le recuerda. Merida vuelve a opositar. Erik vuelve a enarmorarla.