Que Gane el Mejor (2º bilogía Juego) COMPLETA

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Merida

1 mes despues...

-Merida, ¿estás lista?- me pregunta mi amiga Maria alzando la voz ya que está en otra habitación diferente a la mía.

-Si- le grito de vuelta.

Me vuelvo a mirar en el espejo y compruebo con alegría que ya no se me nota ningún hematoma en la cara por lo que pasó la ultima vez en mi casa. Mi muñeca se ha recuperado perfectamente y el color de mi piel a vuelto a la normalidad.

Hace un mes que pasó todo lo ocurrido con mi ex. Hace un mes que estuve a punto de ser violada y casi asesinada por Ian y hace menos de un mes que me enteré de que él se suicidó en la cárcel. Un gran peso de encima se me quitó cuando mi abogado me llamó para darme la noticia y decirme que Ian le había robado la pistola a un segurata y se había pegado un tiro en la cabeza delante de todos los presos. Sé que nunca se debe alegrar alguien por la muerte de otra persona, pero en cuanto me lo dijo, ese miedo constante que tenía siempre porque pudiera volver a por mí, desapareció como el vapor del agua.

No volví a mi piso hasta que no me enteré de esta noticia ni hasta que mi casero arregló todos los destrozos que hubo. Cuando volví a entrar me inundó el mismo terror que sentí ese mismo día y todas las noches las pesadillas me quitaban el sueño. Ahora, después de varios días puedo volver a hacer vida normal en mi casa. Me alegró mucho saber que el mismo vecino que intervino la primera vez que Ian intentó aprovecharse de mi, fue el que acogió a Poti y le dio un hogar hasta que yo volví al mío. El pobre gato estaba deambulando por todos los pisos y maullaba como un loco al estar solo durante dos días. 

La relación con Alberto, mas o menos, ha vuelto a la normalidad. Ya no insiste en que me quede con él después de que le dejara claro que yo no quería nada. Hablamos las cosas como dos personas adultas y dejándolas claras desde el principio, aunque él siga repitiéndome de vez en cuando que algún día me va a enamorar.

Y luego está Erik. Erik, que pensar en su nombre hace que mi estomago se encoja. Ha vuelto a desaparecer. Llevo un mes sin saber nada de él ni de sus padres. Pedro sólo me dice que está en su pueblo natal y que volverá cuando esté completamente curado, pero no me ha gustado que se haya vuelto a ir sin despedirse de mí, sin hablar todas las cosas que tenemos que aclarar. Por eso he decidido seguir con mi vida, ir hacia adelante haciendo lo que me gusta y sin esperar como una completa idiota a que Erik vuelva a aparecer sumida en una completa tristeza. "Yo valgo mas que eso", es lo que siempre me repito. He utilizado esa frase como una mantra que me la digo a lo largo del día para no coger el teléfono, llamarle y decirle más que a un perro.

-Va tardona.- me dice mi amiga Vega mientras asoma la cabeza por la puerta del servicio haciendo que vuelva de todos los pensamientos que me estaban rondando la cabeza.

-Voy impacientes.- le digo mientras me echo colonia y me miro por ultima vez en el espejo del cuarto de baño.

Salgo al pasillo y me encuentro en el recibidor a mis tres amigas, guapísimas para que mentir, esperándome mientras hablan sobre el vestido de cada una. Yo me he decantado por un vestido con una falda de tubo negra unida a una blusa mas ancha de azul turquesa de tirantes.

-No sé para que tanta prisa. Va a ser la primera vez que lleguemos al restaurante antes de la hora acordada.- les digo mientras saco el móvil de mi bolso de fiesta para mirar la hora. Un mensaje de Alberto aparece en la pantalla.

Alberto 21:15

Tengo ganas de verte.

Yo 21:18

Alberto...

Alberto 21:18

Lo sé, lo sé.