23 "Editado"

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Merida

En cuanto Alberto me abre la puerta de su casa y me dedica una sonrisa de medio lado es el detonante para que me lance a sus brazos para besarle. No se si es la rabia, el dolor o las imágenes de Erik y Marta, lo que me empujan a hacerlo, pero ahora mismo necesito que él me haga olvidar todo el cabreo y la tristeza que me recorre el cuerpo. 

Alberto se sorprende por mi arrebato pero aún así me rodea con sus brazos en cuanto hacemos contacto. Nuestros labios se juntan con desesperación, encajando con un golpe seco en el que no sé como no hemos chocado nuestros dientes. Su lengua encuentra la mía rápidamente y se funden en una dulce danza en la que bailan dando vueltas y compartiendo saliva. 

Me muerde el labio en un mordisco excitante y entorno los ojos para mirar los suyos. Mi mente va a mil por hora y muchísimos recuerdos dolorosos e imágenes se cuelan en mi cabeza haciendo que sienta mas daño.

Vuelvo a arremeter contra los labios de Alberto y él me coloca sus dos manos en mis muslos para cogerme en volandas. Con un pie cierra la puerta y me adentra al interior de su casa. Trato de aclararme las ideas, pero no tengo tiempo de analizar la situación. Alberto me sujeta con fuerza y con sus labios pegados a los míos me lleva hasta lo que supongo que es su habitación. Es un beso primitivo e implacable. Gimo y lo abrazo por los hombros mientras nos exploramos la boca mutuamente, con ansia, con desesperación, con una tonelada de frustración que me recorre las venas.

Alberto me coloca encima de su cama y se pone encima de mi. Necesito mas. Mas cercanía, mas caricias, mas besos que borren el último encuentro que he tenido con Erik. Cierro los ojos con fuerza y volvemos a besarnos mientras el peso de su cuerpo me aprieta contra el colchón. Sus manos a cada lado de mi cabeza y sus labios bajan para besarme el cuello. Mi corazón va a mil por hora y el bombeo de la sangre me pita en los oídos. Los dedos de Alberto recorren mi costado por encima de la camiseta hasta que, con toda su palma, abarca mi pecho derecho. Mas imágenes se cuelan en mi cabeza, el dolor aumenta, y las manos del chico que ahora mismo tengo encima no consiguen borrar ninguna.

Me muevo con rapidez y desesperación y me coloco encima de Alberto. Le quito la camiseta con manos temblorosas y recorro su torso desnudo y fuerte en un rápido vistazo. Él hace lo mismo con mi camiseta y con ojos excitados recorre cada curva de mi anatomía. Me siento un poco cohibida pero ahora mismo no tengo un hueco en mi mente para pensar en eso, mi cabeza está llena de recuerdos felices que he tenido con Erik. Cosas que hemos vivido juntos que ni siquiera me acordaba y que el accidente había borrado. Recuerdos felices pero que ahora me hacen más daño.

Nos quedamos unos segundos mirándonos, contemplándonos con los labios entreabiertos y con nuestra respiración agitada, hasta que Alberto vuelve a atacar mi boca mientras se incorpora, se sienta y me abraza abarcando toda mi espalda con sus brazos. Coloco mis manos en sus hombros mientras las suyas bajan por mi piel hasta abarcar todo mi trasero y me atrae hacia él, hacia su erección. 

Vuelvo a cerrar los ojos porque sigo sintiendo que no son los labios que quiero que me besen, no son las manos que quiero que me toquen y no son los ojos que quiero que me contemplen. Muy a mi pesar, sigo queriendo que sea Erik el que haga todo eso con la misma veneración con la que lo hacia siempre. Pero sé que ya no va a poder ser, que después de hoy todo lo nuestro se ha roto para siempre. La realidad me ha golpeado tan fuerte que ahora mismo me ha dejado echa un paño de lagrimas, me ha convertido en una muñeca que ahora mismo me dejo llevar por el dolor y por la rabia que siento.

Alberto vuelve a tumbarme en el colchón colocándose él encima y su mano empieza a acariciar y a estrujar mis pechos por encima del sujetador. No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que no noto como nuestros besos se han vuelto mas salados por mis lagrimas. Alberto se aparta y me mira desde arriba con una completa expresión de preocupación.

Que Gane el Mejor (2º bilogía Juego) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora