Erik
En cuanto oigo las palabras de Cloe de que la persona que estaba en el piso de Merida no era ella salgo pitando de mi casa sin ni siquiera preocuparme en si he colgado la llamada o si he echado el pestillo de la puerta.
Corro y corro por las calles poco transitadas por ser tan temprano, agradeciendo que mi piso no esté tan lejos del suyo, y en lo único que puedo pensar mientras tanto es en Merida. ¿Quién coño descolgó el telefonillo si ella no estaba? ¿Quién era la persona que estuvo detrás de la puerta cuando yo estaba abriendo mi corazón en canal diciendo todo lo que sentía? Y lo que es peor, ¿seguirá allí? ¿Habrá vuelto a su piso Merida? Mi mente trabaja a mil por hora reviviendo cada segundo de ayer desde que llegué a su portal y ahora entiendo todo el silencio ante mis palabras que había.
Tengo un presentimiento que me pone la piel de gallina al pensar en una sola persona que ha podido hacer eso. Y solo pensar en su nombre me produce un miedo atroz. Miedo a que le pueda volver a pasar algo por culpa de ese hijo de puta que ya nos jodió la vida una vez y que está tan loco como para matar a alguien.
Por el camino llamo a la policía y les doy la dirección. Da igual si luego ha sido un simple robo y que cuando yo fui estaban en ese momento allí y luego se fueron, pero si no es así no quiero correr ningún riesgo de que Ian se vuelva a escapar y vuelvan a declararlo inocente. Si es cierto lo que creo y lo que mi cuerpo me está haciendo sentir, es posible que lo encontremos con las manos en la masa, aunque desee con todas mis fuerzas que esta sensación rara sea solo imaginación mía y que Merida está sana y salva.
Mi pecho y mis piernas arden conforme voy subiendo las escaleras de dos en dos como la noche anterior, pero me da igual ese dolor, no es comparable con la angustia y el terror que ahora mismo siento en el centro de mi pecho que está a punto de partirme en dos.
Llego a la puerta del piso de Merida y me la encuentro cerrada. Me acerco a ella y coloco la oreja en la madera para ver si puedo escuchar algo. Un grito hace que mi corazón se salte un latido e intento abrir la puerta a golpes y a patadas. Me echo hacia atrás y corro hasta la puerta para poder abrirla con el hombro, pero lo único que consigo es llevarme un buen golpe que, gracias a la adrenalina que ahora mismo recorre mis venas, no me duele tanto. Lo vuelvo a intentar con todas mis fuerzas, ahora cogiendo mas carrerilla que antes, pero la puerta no se inmuta. No he podido abrir ninguna bisagra. Doy patadas como un loco y vuelvo a arremeter contra ella sin conseguir nada. Desesperado busco cualquier cosa por las paredes que pueda usar para romper la puerta y encuentro un extintor que no dudo en cogerlo y en utilizarlo.
Un sudor frío se instala en mi cuerpo cuando oigo otro grito que proviene del interior y con todas mis fuerzas golpeo la madera con el extintor una vez detrás de otra.
-¡Merida!- grito desgarrándome la voz mientras continuo estampando el metal contra la puerta. Golpe tras golpe consigo que ceda y la angustia aumenta al oír los gritos aún mas altos.
Desesperado golpeo una ultima vez la puerta hasta conseguir un agujero por el que puedo pasar y sin esperar ni un segundo me cuelo en el interior siguiendo los gritos desgarradores y busco a Merida como un loco.
La imagen que me devuelven mis ojos cuando cruzo la habitación es devastadora, y toda la rabia de mi cuerpo se multiplica por mil haciendo que todo lo vea rojo. Ian está colocado encima de una Merida derrotada y llena de sangre, con la camiseta rota y las manos atadas. Como un tigre me lanzo contra él cogiéndolo de los hombros y lo tiro al suelo alejándolo de la cama.
-¡¡Hijo de puta!!- le grito.
Merida no puede parar de llorar y me tomo un tiempo para colocarla de lado y que no pueda ahogarse con su propia sangre. Intento desatarle las manos pero un empujón hace que choque contra un espejo de cuerpo entero que hay al lado de la cama y lo rompa en pequeños trozos de cristal mientras caigo al suelo. Un dolor en el antebrazo hace que me mire y descubra un corte en el que sale sangre.
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Que Gane el Mejor (2º bilogía Juego) COMPLETA
RomansaPortada realizada por eewriter. ¡¡Gracias!! Merida pierde la memoria por culpa de un terrible accidente. Erik se vuelve loco porque ella no le recuerda. Merida vuelve a opositar. Erik vuelve a enarmorarla.