¿Siempre Un Nosotras? ~ CACHÉ |Terminada|

23.

DE UNA VEZ LES DIGO, CREO QUE HA SIDO EL PEOR CAPÍTULO QUE HE ESCRITO, AL FINAL LE EXPLICO.

NARRA CALLE

Despertar junto a ella me hacía demasiado feliz, y sentir su piel desnuda pegar con la mía, despertaba en mí miles de sentimientos y emociones, al igual que cuando la conocí, al igual que cuando tuvimos nuestro primer beso, al igual que siempre que siempre que estoy con ella. Se ve tan tierna así, que no quise despertarla, en cambio, tomé su cintura y la atraje más hacia mí, me dediqué su hermoso rostro, delineé con mi pulgar sus labios, esos que tan deseables se me hacían, su cabello alborotado y desordenado pasándose por un lado de su cara, minutos después de detallar su rostro, pasé a fijarme en sus tatuajes que tan sexy y ruda la hacían ver, en especial el que tiene en su costilla, "Bailo para ti". Al ver que se estaba despertando, dejé un corto beso en sus labios, dibujando una sonrisa en su rostro.

-Gírate-Dijo aún adormilada.

-¿Para qué?

-Para abrazarte como me gusta y seguir durmiendo.

Así lo hice, y segundos después empezó a plantar besos en mi espalda y hombros, haciéndome sentir esa corriente que solo ella me transmitía.

-Te amo, pero ahora sigue durmiendo que hoy no tenemos nada para hacer-Dijo y cayó profunda, esta dormilona algún día me va a matar.

NARRA POCHÉ

Cuando volví a despertar, Calle aún seguía durmiendo, y estaba aburrida así que la despertaría, me posicioné sobre ella, y puse mis piernas a cada lado de su cuerpo, empecé a dejar besos por toda su cara, hasta que empezó a despertar.

-Ahora sí, buenos días amor-Dije haciéndome dueña de sus labios.

-Hola-Respondió apenas nos separamos-¿Me quieres dar los buenos días, o las buenas calentadas?-Preguntó, y mierda, no me acordaba que ambas estábamos completamente desnudas.

-Te quería dar los buenos días, pero si quieres te puedo dar ambas-Contesté uniendo nuestros cuerpos en su totalidad.

-Ay, no empieces-Dijo girándose para poner frente a mi vista su sensual espalda y su provocador trasero.

-Recuerda que tienes que hacer todo lo que te diga por un mes.

-¿Y si no quiero?-Preguntó girando su cabeza para mirarme, pues aún estaba sobre ella.

-Lógico, no te obligaré, pero sabes que debes cumplir, aunque no todo va a ser sexo, por ejemplo, antes de volver a París, debes ordenar mi maleta porque tengo mucha pereza-Solté una risita, me recosté a su lado y luego planté un beso en su mejilla, pasando mi brazo sobre su espalda y nos quedamos mirando, amaba esto, que nuestros ojos hablen por sí mismos, aunque de un momento a otro el brillo que estos tenían, se esfumó, ¿Ya qué hice mal?

-¿Qué pasó?-Pregunté al ver que su sonrisa también se había borrado.

-Nada-Respondió envolviéndome en sus brazos, y puso su cabeza sobre la mía, por el simple hecho de que no quería que girara para mirarla.

-Calle, dime qué pasó, hace unos minutos no estabas así-Le dije mientras apretaba nuestro agarre, quería hacerla sentir así fuese un poco más segura, pero rápidamente sentí sus lágrimas caer sobre mis hombros, mi corazón se estremeció, a ella casi nunca la había visto de esta manera, y me dolía porque quería cuidarla, pero al parecer no lo estoy consiguiendo, seguía sin responder, y era de esos silencios que siempre me mataban-Daniela, por favor, dime algo.

-Solo no sé Poché, tengo miedo, miedo a perderte, miedo a no ser el amor de tu vida, miedo a que te aburras de mí-Esta mujer algún día me va a matar del susto, y otra vez me tenía cansada de escucharla, osea no es que me aburra, obvio no, escuchar su voz es lo que me hace seguir adelante, pero es que dice tanta mierda y cosas que nunca van a pasar, que es por eso que siempre la callo, y esta vez no sería la excepción, acaricié sus labios con los míos-¿Por qué siempre me callas o me interrumpes?-Dijo cuándo se separó del beso.