13.

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NARRA CALLE

O ella se quedaba conmigo, o yo me iba con ella, eso aplicaba en todo y para todo, y esta vez lo utilicé para que durmiera nuevamente conmigo. No me permitiría más noches de insomnio, solo por no dormir a su lado, además de que extraño su cuerpo pegado al mío, sus manos acariciando mi abdomen para que me quedara dormida, sus besos y su sonrisa al despertar. Solté un suspiro recordando eso, y deseando tenerla nuevamente, aparte de que esta abstinencia sexual me estaba matando.

Ella había ido a sentarse junto al ventanal de la sala, nuevamente a observar la luna, se veía tan hermosa, tan concentrada, siendo tan ella, y eso es lo que más me enamoraba. Amaba compartir este momento del día a su lado, Poché se perdía en sí misma, y yo me perdía en ella, así que no dude en ir a recostarme en la parte del sofá que estaba libre, para luego recargarla sobre mí, la abracé, ambas nos necesitábamos.

-Te amo, por favor, no pienses lo contrario, y créeme que te amo con la misma intensidad con la que tú me amas-Dije y planté un beso en su mejilla.

-Yo también te amo, pero me cuesta creer que tú si lo haces-Respondió recargando su cabeza sobre mi hombro-Sigo creyendo que soy muy poco para ti, y que por eso buscas algo mejor.

-Amor, no busco algo mejor, porque tú eres lo mejor, ¿Cuándo podrás perdonarme? Porque ese fue mi error más grande.

-¿Te puedo pedir dos cosas?-Preguntó aún sin mirarme.

-Las que quieras-Dije y comencé a acariciar su cabello.

-¿Puedes dejarme un momento a solas? Quiero hablar con mamá, y me da penita hacerlo delante de ti-Habló como niña pequeña, ella es mi bebé.

-Está bien, ¿Cuál es la segunda?

-Ush, esta me va a costar a mí también, pero, evitemos decirnos "Amor, bebé, mi vida" o cosas por el estilo mientras no tengamos nada, porque me ilusiono más de lo que debería.

-Si así lo quieres, pues tendré que respetar esa decisión, estaré en el cuarto por si necesitas algo-Dije, pero antes de que me retirara, ella repitió mi acción y dejó un beso en mi mejilla, seguido por un abrazo.

En verdad no pensaba irme al cuarto, pensaba quedarme parada en el umbral que conectaba la sala con la cocina, porque como ya dije, mi parte favorita, es verla siendo ella, sin nada que la distraiga ni ocupe, siendo ella, sus pensamientos, su mami, y la luna.

NARRA POCHÉ

Me lo prometo a mí, y se lo prometo a mamá, que después de lo que haré, me mantendré limpia lo que más pueda, y es posible, hasta el resto de mi vida. Luego de esto prometo cambiar radicalmente mi vida, por nada en el mundo volvería a la depresión, ni desórdenes alimenticios, ni nada de esa mierda, esto iba a ser el cierre a toda esta porquería.

-Una por mí-Dije sacando una pequeña navajita de mi bolsillo, al parecer Calle no las había botado ni escondido muy bien que digamos, otra vez tengo esos 20 bisturís conmigo. Ya las lágrimas habían vuelto, otra vez la navaja estaba sobre mi piel, tratando de hacer una cortada, pero resultó siendo una rayita demasiado superficial, que solo me rayó, ni una miserable gota de sangre salió-Esta sí, por Daniela-Iba a la fija, la iba a hacer con fuerza, sin importar el dolor, y justo cuando estaba a punto de hacer contacto con mi piel, Calle metió su mano, y resulté lastimándola a ella-¿QUÉ PUTAS TE PASA DANIELA?-Grité demasiado alterada-¿CÓMO SE TE OCURRE METER TU BRAZO? Mira lo que hice.

Me levanté para buscar algo para tapar su herida, esta curación ya me la sabía de memoria, así que no me tomó demasiado tiempo.

-¿Por qué lo hiciste?-Pregunté con los ojos cristalizados, la idea era lastimarme a mí misma, no a ella.

-No permitiría que te hicieras más daño bebé, esto no es lo que mereces, esta no es la vida que mereces-Dijo abriendo sus brazos para recibirme en ellos.

-Este es mi karma Calle, me he equivocado demasiado, tal vez por eso, es que la vida es así conmigo.

-Si este es tu karma, permíteme volver a ser tu serendipia-Inmediatamente comencé a llorar, esa es mi frase preferida, y aún mejor, la cree yo, para ella "Eres la serendipia de mi karma" Con tales palabras, era capaz de viajar a aquel día, cuando nos encontrábamos en el mirador de Los Ángeles, ese es un día que nunca podré olvidar por más que lo intente.

-Nunca dije que dejaste de ser mi serendipia, ¿Me perdonas?-Dije bajando mi cabeza, nunca creí que le haría eso, por más que no fue algo consciente, ni con ganas de hacerlo, lo hice.

-No tengo nada que perdonarte, pero si no hubiese metido mi brazo, sería tú quien estaría con una gran cortada, y esa no es la liberación que tu cuerpo necesita ni merece, prefiero que grites, llores o actúes como una loca, aunque eso ya lo eres, a que te lastimes, eres lo más valioso de mi vida, y no puedo permitirme perderte, porque esto-Dijo señalando la navajita-Te puede hacer más daño del que crees.

-Tal vez si me hubiera hecho algo peor, ya estaría nuevamente con mamá, y ya no estaría en esta mierda de mundo.

-No digas eso María José, no puedo imaginar una vida sin ti-Dijo volviéndome a estrechar entre sus brazos.

-Aprovéchame mientras esté aquí, tal vez mis días estén contados.

-Si los tuyos están contados, entonces los míos también, y deja ya de decir cosas de ese tipo, que me pones mal, te pones mal, nos pones mal. Te amo, y en serio, no lo sigas haciendo.

-Yo también te amo, y por eso mismo déjame hacer una última rayita.

-Déjame yo te hago esa rayita, ¿Trato?-Wow, era tan extraño que el amor de mi vida esté colaborando con mi causa de muerte, a lo seguro también me quiere muerta.

-Trato.

-Pero cierra los ojos, y no los abras hasta que te diga-Y así fue.

Pasaron un par de minutos, y en ningún momento el dolor se hizo presente, tal vez ya era inmune a tal sensación, lo único que logré sentir fue un cosquilleo y la mano de Calle sujetando la mía.

-Ya los puede abrir-Me encontré de todo menos con una cortada, la muy estúpida me había rayado con un lapicero, "Te amo más que a todo en el mundo entero, Calle ♡" Sonreí estúpidamente.

-Eso es trampa-Dije reteniendo una carcajada.

-¿Por qué? Yo dije que te haría rayitas, pero no dije con qué-Primera vez que le escucho decir algo inteligente, ambas comenzamos a reír, mierda, su sonrisa cada vez me enamoraba un poquito más.

-Tramposa, T R A M P O S A, ¿Entonces si me perdonas?-Dije colgándome de ella como un koala como siempre acostumbré a hacer.

-Ya te dije que no hay nada que perdonar, pero si tan feliz te hace escucharlo, entonces sí, si te perdono-Volví a besar sus labios, esa era la cura que necesitaba en este momento.

☾@SOMEONE1912☽

¿Siempre Un Nosotras? ~ CACHÉ |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora