KŪPONO ||HOPEV||

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La había cagado.

Pero la había cagado de verdad, en sus planes no estaba el hecho de hacer enojar o sentir mal a Hoseok, en más, solo quería tratar de mejorar la relación entre ambos.

Ahora estaban en paz, por así decirlo, y quizás ya era hora de que Taehyung pudiera arreglar las cosas de su pasado, terminar de sacar de su corazón todo lo que sentía y arreglar la antigua amistad.

Sacudió su cabeza, lavó su rostro y arregló su cabello. Vio su reflejo en el espejo, y suspiró.

Si no hubiera mentido todo sería más fácil, pero ya no podía retroceder el tiempo.

Tenía que seguir aguantando la mentira hasta el final, porque si decidía hablar, los únicos perjudicados serían él y su familia.

Entonces una idea cruzó por su mente, una idea pequeña, pero que podía ser la solución a lo que sentía.

Solo debía convencerse, convencer a su mente de que él odiaba a Hoseok con toda su alma, que no debía darle explicaciones y que verdaderamente quería matarlo.

Solo debía mantener eso en mente, y todo sería más fácil. Debía convencerse de todo lo que había dicho. En su mente solo debía existir odio hacia Hoseok, nada de sentimientos buenos.

Se miró nuevamente, repitiendo mentalmente las mismas palabras.

Pero no podía, mentirse a sí mismo era mucho más difícil que mentirle al resto de personas.

No sabía si podría lograrlo, le parecía algo demasiado complicado. O podía simplemente no mentirse y buscar otra manera de solucionar todo.

Su mente era un lío en ese momento.

***

Taehyung era un idiota a su parecer.

Si quería que se llevaran bien, no lograría hacerlo de esa manera.

Hoseok estaba molesto con Taehyung, muy molesto en realidad, tanto que podría golpearlo en ese mismo momento. Pero se negaba a volver a entrar al club nocturno, así que la idea del golpe quedaba olvidada en su mente.

Además, había dicho que no golpearía ni pelearía con nadie de Lost, y Taehyung estaba dentro de ellos, y no podía poner una regla que después él mismo rompería.

Cuando sus ojos vieron que Taehyung salía por la misma puerta que él había cruzado, desvió la vista y una mueca se instaló en su cara. La molestia recorrió su cuerpo de pies a cabeza, y eso lo hizo fruncir el ceño.

Cuando Taehyung se acercaba, Hoseok se levantó de su asiento, comenzando a caminar. El menor apuró sus pasos con tal de atraparlo.

-¡Espera!- Gritó, a la vez que se acercó a Hoseok, y tomó su brazo para detenerlo. Hoseok, al sentir el tacto de los dedos de Taehyung sobre su piel, se detuvo y sacudió su brazo con fuerza, logrando que él menor lo soltara.

-¿Pretendes estar toda tu vida deteniéndome?- Preguntó, con un poco de molestia -Déjame, Taehyung, no soporto verte.

El menor observaba la espalda de Hoseok, esperando fielmente que este se diera vuelta y lo enfrentara cara a cara.

-Solo quería disculparme, sé que no debí mencionar ese tema. Y no era mi intención hacerte enfadar, aunque no me creas- Comenzó -Es solo que me cuesta no decir algunas cosas a veces.

-No te preocupes, ¿Sí?, ya sé cuál es tu intención- Hoseok giró levemente su cabeza, pero no llegó a observarlo del todo -Espero que esto te sirva para que te des cuenta de que no podemos estar juntos, cada vez que intentamos hablar terminamos discutiendo. Ahora, si me disculpas, me iré a un lugar donde me sienta cómodo.

Hoseok comenzó a caminar nuevamente, dejando atrás al menor.

Taehyung decidió intervenir antes de que Hoseok se alejara por completo.

-Es porque te recuerdo a mi padre, ¿No es así?- Preguntó, llamando por completo la atención de Hoseok -Por eso ahora me odias, siempre estás de manera defensiva cuando estoy cerca, por eso me evitas siempre o te gusta buscar alguna manera de humillarme. Ves en mí reflejada su maldita imagen y sientes que te estás vengando cuando me tratas mal.

El mayor estaba de pie, quieto, analizando las palabras dichas por Taehyung.

-Te puedo asegurar, aquí y ahora mismo, que yo no soy igual que esa bestia. Mírame, por Dios, soy incapaz de matar a una persona inocente solo por deseo propio, incluso detesto el hecho de pelear a golpes. Pero tengo una pandilla, porque sé que estoy expuesto a peligro y que solo no estaría seguro, que yo solo no podría con toda la gente que odia a mi padre y también ve en mi su reflejo.

Taehyung avanzó unos pasos más antes de continuar hablando.

-No te culpo por eso, todo el mundo lo hace, después de un tiempo aprendes a convivir con el odio irracional que te tienen algunos. Ese odio tan grande es el que me hace vivir con miedo, temo por mi familia más que por mi, y aquel día que visitaste mi casa estaba verdaderamente asustado, porque de todos tú has sido el único que ha encontrado a mi familia, y sé que tu odio es muy grande.

Volvió a dar unos pasos más.

-Y ahora, cuando estábamos hablando, me molesté porque no querías ver la realidad, y tú te molestaste porque toqué el tema casi sin cuidado. De verdad lo siento por eso.

Dio los últimos pasos y llegó hasta Hoseok.

No lo abrazó, ni lo tocó, simplemente se quedó quieto y en silencio, esperando que Hoseok diera alguna respuesta de su parte después de todo lo que había dicho.

-Tienes razón, me recuerdas a tu padre- Habló, rompiendo el silencio que había entre los dos -Por esa misma razón generas tanto odio en mi, odio y desagrado. Sé de manera perfecta que tú no eres tú padre, pero es una situación que no puedo evitar, ocurre cada vez que te veo. Solamente con que te cruces en mi vista me haces recordar todo y me molesto, a la vez que comienzo a sentir ese desagrado.

-Y eso seguirá pasando hasta que no superes tu pasado, no termines de saberlo y lo dejes incompleto en tu corazón, causando más daño con el paso del tiempo.

Taehyung esperaba alguna respuesta positiva de Hoseok, que este se diera cuenta por fin y pudieran solucionar los problemas. Que dejara de hacerse daño y sufrir y pudiera dejar a su pasado descansar en paz.

Pero no esperó esa reacción de Hoseok.

El mayor suspiró, y su vista se dirigió al suelo.

-Hasta luego, Taehyung.

Esas fueron sus últimas palabras antes de alejarse, y volver a dejarlo solo, en un estacionamiento casi vacío.

-Hasta luego, Hobi.