KŪPONO ||HOPEV||

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Sostenía su arma con fuerza, aunque su mano temblaba un montón.

Rodeaba el edificio, sin ganas de entrar directamente a la pelea.

Rogaba para que no se encontrara con nadie, porque de verdad no quería comenzar a disparar.

Pero la vida no estaba de su lado esa noche.

Primero se sorprendió, ahogó un grito y apuntó con el arma.

El chico frente a él se asustó, se giró con miedo y lo miró de manera suplicante.

Aún de rodillas, dejó su arma a un lado, sin quitar la vista del chico que le apuntaba.

-No debes hacerlo, ¿Lo sabes?- Le habló -Yo sé que no quieres hacerlo, y yo tampoco.

-Debo hacerlo- Jimin intentó mantenerse firme -Desde el principio supimos que tendríamos que hacerlo.

-No, no hay porqué- Jungkook negó con su cabeza -No lo hagas Jimin, no lo hagas.

Quitó el seguro del arma, y la cargó.

-Es mucha presión- Respondió -Yo...Debo hacerlo.

Pero antes de que disparara, una mano se posó sobre la suya.

Con temor, Jimin giró su rostro, encontrándose con la seriedad en el rostro de Namjoon.

El mayor los miró, y bajó el arma de Jimin.

No dejaría que ninguno de los menores se viera entrometidos en una situación como esa.

-Tú, ponte de pie- El tono de voz amenazante intimidó a Jungkook, quién obedeció -No sé como dos bebés como ustedes llegaron a esto- Negó con su cabeza -Vengan síganme.

Y como medida de protección, tomó a ambos menores de las manos, y comenzó a arrastrarlos hasta alejarse lo suficiente del lugar. Los llevó hasta unos matorrales, y ahí los soltó.

-Quédense aquí y no salgan por nada del mundo- Ordenó, y entregó a Jimin la pistola -Maten a cualquiera que quiera hacerles daño, sea quien sea, y no se alejen del contrario.

Ambos menores asintieron, y Namjoon se alejó con rapidez, entrando totalmente en silencio al lugar.

El edificio estaba totalmente oscuro, algunas paredes estaban rotas, habían escombros por todo el suelo, al igual que botellas rotas y cigarrillos apagados.

Dentro, todo era silencio, no se escuchaba ningún ruido.

Como si estuvieran jugando a las escondidas.

Hoseok, escondido desde un rincón, pudo ver como alguien se cruzaba frente a él.

Taehyung.

Y pudo ver como parecía no llevar ningún arma.

Así que, aún entre las sombras, comenzó a seguirlo, de cerca, de manera silenciosa. Y bajo la luz de la luna que se colaba por una pared derrumbada, salió de su escondite y rodeó el cuello del menor con su brazo, apoyando su pistola en la sien de este. 

-¡Salgan todos de su escondite!- Gritó con toda la fuerza de sus pulmones -¡O sino mató a Taehyung en este mismo instante!

Y todos salieron de sus escondites, apuntándose los unos a los otros.

En un par de segundos, todo el mundo estaba apuntando y siendo apuntado por alguien, mirándose de manera amenazante entre la oscuridad.

Taehyung se mantenía quieto, ahogando en su interior todo el miedo que recorría su cuerpo.

El brazo de Hoseok lo ahorcaba, no demasiado, pero lo suficiente para que no pudiera respirar con normalidad.

-¡Lost, bajen las armas!- Gritó Hoseok, aunque todos se mantuvieron quietos -¡Bájenlas ahora mismo!