KŪPONO ||HOPEV||

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-¿Estás listo?

Preguntó, arreglando su traje.

-Listo.

Ambos sonrieron, y entraron al gran salón.

Estaba lleno de personas, con trajes lujosos y vestidos brillantes, decoración soberbia y una gran mesa con cócteles y buffet.

-Santa mierda- Habló con sorpresa -Que elegante, no me esperaba algo así.

-Ni yo- El mayor miraba perplejo toda la gente que había en el lugar -Bien, debemos buscarlos. Yo me encargo de uno, tú de los otros dos, ¿Puedes con eso?

Hoseok asintió, sonriendo de lado.

Yoongi le entregó lo necesario para llevar a cabo el plan. Lo tomó en sus manos y lo guardó en su bolsillo, dedicándole la última mirada al mayor antes de separarse, y comenzar a buscar a sus dos víctimas.

Caminó por lo largo del lugar, mirando a toda la gente que estaba en el lugar. Su vista se dirigió a dos chicos que estaban al fondo, sentados en un sofá, conversando animadamente mientras bebían algún trago de color llamativo.

Suspiró, y se acercó a ellos, poniendo su mejor expresión y una gran sonrisa.

-Hola, ¿Les molesta si me siento con ustedes?- Preguntó, mientras miraba a cada uno, verificando mentalmente si esos eran sus víctimas.

-Por supuesto que no- El pelirrojo le sonrió -Creo que nunca nos habíamos visto- Estiró su mano, y Hoseok la aceptó -¿Eres nuevo en esto?

-Algo así, no conozco mucho- Mintió, tratando de seducir a ambos -¿Y ustedes cuanto tiempo llevan?

-El suficiente como para conocer bien todo este negocio- Respondió el otro chico, que llevaba lentes y tenía una mirada un poco más seria.

Hoseok les sonrió a ambos.

-Veo que sus vasos están casi vacíos, y yo no tengo un trago. ¿Les parece si voy por más?- Preguntó, viendo como ambos chicos asentían.

Hoseok se levantó, y se dirigió a la barra, pidiendo tres vasos con el licor más fuerte que tenían.

Mientras esperaba, sacó su teléfono y aprovechó de escribirle a Taehyung, preguntando como estaban las cosas por la casa, y si habían tenido algún problema o algo así.

Cuando los tragos estuvieron listos, los recibió con una sonrisa, y esperó a que nadie lo estuviera mirando, para sacar de su bolsillo la pequeña bolsita que contenía las pastillas necesarias y la droga. Metió las pastillas en los tragos y los revolvió, lo suficiente hasta que estas se disolvieron.

Tomó los vasos y se devolvió a la mesa con sus nuevos amigos. Dejó con cuidado los vasos en la mesa y les sonrió.

Era hora de comenzar con el plan.

***

-¡Otra más, otra más!

Ya eran las tres de la mañana, y ambos chicos se encontraban demasiado ebrios y confundidos como para saber que estaban haciendo.

La fiesta era furor, todo el mundo disfrutaba y reía, bebía y se drogaba sin importar absolutamente nada. Era difícil encontrar entre todas esas personas a alguien que estuviera más o menos consciente de lo que pasaba a su alrededor.

Hoseok dejó más del polvo blanco en la mesa, y lo alineó con una pequeña tarjeta, sonriendo.

-Toda tuya- Dijo, y se alejó, viendo como el pelirrojo, cuyo nombre no recordaba, acercaba su nariz al polvo, y comenzaba a aspirar.

Aprovechando el momento, Hoseok volvió a mezclar el alcohol de ellos con las pastillas, viendo como sus víctimas las bebían sin importar nada.

Entonces uno de ellos bostezó, y cayó dormido de golpe, asustando por un segundo a Hoseok.

El chico de lentes rió a carcajadas, golpeando a su amigo de vez en cuando.

-Voy yo- Dio vuelta el polvo blanco en un montón, y ni siquiera le preocupó alinearlo, simplemente metió su nariz y aspiró con fuerza.

Entonces supo que los chicos estaban firmando su propia muerte.

Se alejó, con la excusa de querer usar el baño, pero en realidad buscó a Yoongi, para decirle que su parte del plan ya estaba lista.

Lo encontró, en la mesa del buffet, comiendo todo lo que encontraba delicioso a sus ojos.

Se acercó, y comió algo también.

-¿El tuyo?- Preguntó, casi en un susurro.

-Muerto, en el baño- Respondió -¿Los tuyos?

-Muriendo, les di una gran dosis antes de venir a buscarte. Así que es casi imposible que mañana estén vivos. Además, con todo este alboroto es difícil que alguien se de cuenta de lo que les pasa.

-¿Te quieres ir ya? Porque yo quiero comer, esto está demasiado rico como para desperdiciarlo, ¿No lo crees?

-Toma todo lo que quieras, lo comeremos fuera, no quiero estar aquí para cuando alguien se de cuenta de todo.

Y haciendo caso, Yoongi llenó sus bolsillos y manos con comida, sin dejar casi ningún pastel para el resto de personas.

Ambos salieron del lugar, y Yoongi llamó por teléfono, comunicando que estaba el trabajo hecho, y que al salir el sol iría en busca del dinero que habían prometido por realizar el trabajo sucio.

Estuvieron fuera del lugar, hasta que el grito de una chica los alarmó.

Todos los que estaban fuera del lugar se miraron asustados, y entraron de golpe para ver que era lo que ocurría.

Hoseok miró al mayor, y ambos comenzaron a correr lejos del lugar, escabulléndose por las sombras del camino, intentando alejarse lo más rápido posible del centro de la catástrofe.

Corrieron y corrieron, aprovechando que casi no habían personas por las calles a esa hora, solo un par de borrachos perdidos.

Cuando se alejaron lo suficiente, se detuvieron a recuperar el aliento, y tratar de respirar con normalidad, como si nada hubiera ocurrido.

-¿Tú crees que los encontraron?

-Quizás, o puede ser que haya ocurrido otra muerte. En estas fiestas siempre pasan cosas así, no hay que preocuparse mucho.

Hoseok asintió.

-Ahora solo hay que esperar, y ese hermoso dinero estará en nuestras manos, listo para ser usado en cualquier cosa que desee comprar.

-Yo compraré nuevas armas, vi una que vendía un tipo, y me llamó demasiado la atención, así que la compraré.

-Yo lo guardaré, creo, no hay nada que quiera comprar, y sé de alguien que puede necesitarlo más que yo.

Yoongi lo miró con curiosidad saliendo de sus ojos.

-Me preguntó de quien hablas, Hobs. A veces eres muy misterioso.

El menor rió, negando con la cabeza.

Le gustaba ser misterioso a veces, sentía que su vida y su persona se volvían más interesante a los ojos del resto. Y a Hoseok le gustaba que la gente le prestara un poco de atención de vez en cuando.

Lo hacía sentir importante.

Aunque a veces solo él pensara eso.

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