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El atardecer estaba gris y triste, al igual que el ánimo de Hoseok.

No era de su gusto hablar del pasado, y nunca lo sería, pero debía hacerlo de igual manera.

O eso creía.

Suspiró, y se adentró al lugar, casi sin muchas ganas de escuchar lo que Taehyung debía decir.

Lo sentía como una responsabilidad.

La madera resonaba fuertemente con cada pisada que daba, haciendo un pequeño eco en la inmensidad del espacio. A pesar de que sus pasos eran suaves, sentía sus pies pesados, como si todo su cuerpo pesara más de pronto, como si llevara una gran carga en su espalda.

Recordaba las veces que había estado ahí de pequeño y cuando era adolecente, recordaba como la madera sonaba bajo sus pies también por aquellos años, solo que eran pisadas más rápidas, demostrando la felicidad del pequeño niño al correr por ahí.

Eran recuerdos bonitos, pero atraían demasiado dolor al recordarlos.

El reflejo de la luna también lo relajaba, tenía un brillo tan particular que ni siquiera la obra más perfecta del mundo se podría llegar a comparar jamás. Era una belleza tan sublime que ni en los mejores sueños algo podría opacarla.

Visualizó a Taehyung a unos metros de él, o al menos pudo reconocer su espalda. Al parecer el menor llevaba una chaqueta negra de cuero, que daba pequeños toques de brillos con los movimientos.

Recordó entonces cuando era un adolescente, y vio a Taehyung exhibir por primera vez esa chaqueta. Lo hacía mientras sonreía y posaba de maneras distintas, haciendo reír a Hoseok en más de una oportunidad.

Cuando volvió a la realidad, cayó en cuenta de que estaba sonriendo, así que ocultó su sonrisa y mantuvo el semblante serio, prefiriendo eso que cualquier otra emoción.

Unas cuantas pisadas más resonaron y el ya estaba a un lado de Taehyung. Este levantó la cabeza para verlo, y golpeó el suelo a su lado, indicándole que tomara asiento.

-¿No me empujarás?

-Lo prometo- Respondió -Solo toma asiento y disfruta del silencio y la vista un momento.

Hoseok lo miró con desconfianza, pero terminó por obedecer. Con cuidado se sentó, dejando sus pies colgando sobre el mar.

Hizo lo mismo que estaba haciendo Taehyung anteriormente. Observó detalladamente cada lugar que su visión le permitía ver, e inclusive observó la luna nuevamente, junto a las estrellas, deseando mentalmente tener la fuerza para poder hablar sin que su voz se rompiera en medio de las palabras.

-La primera vez que vine aquí- Comenzó Taehyung -Tenía exactamente ocho años, y un gran miedo al océano. Recuerdo que un héroe me trajo por sorpresa, y cuando vi donde estábamos me comencé a asustar mucho, pero él tomó mi mano y me mostró todo el muelle, logrando que mi miedo se disipara, incluso me mostró este lugar, que es casi como un escondite, de donde podía ver a la perfección el faro y la luna en su plenitud. ¿No es asombroso? Si no hubiera sido por eso quizás yo nunca hubiera superado mi trauma por el mar.

Hoseok mantuvo silencio, sin saber qué decir.

Le dolía recordar, estaba más que claro, pero no podía evitarlo.

<<-Ven, solo debes sentarte aquí.

-¿Y si caigo? No sé nadar Hobi, me moriré.

-No te caerás, yo te sostendré con fuerza para que eso no ocurra.

-¿Pero si llega a ocurrir algo y yo caigo?

El mayor suspiró, pensando en lo asustadizo que era su amigo.

KŪPONO  ||HOPEV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora