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Di que estás sintiendo y dilo ahora.
Parte 1.

¿Un conejo?
¿Pero qué mierda?, ¿Que hace un conejo tamaño humano en mi puerta y de espaldas?

–Espero que ya estés aceptando el hecho de que no tendrás hijos en un futuro, caramelito.–le digo a Nate.

El hombre conejo se da la vuelta dejando ver una maleta y cuando fijo mis ojos en su rostro trae unos lentes de sol.

«¿Qué clase de mierda se fuma la gente hoy en día?»
Eso mismo me pregunto yo, Derry.

–¿Asi recibes a tu caramelito?, ¿con una amenaza de una posible castración?–dice el hombre conejo.

¿Pero qué mierdas, cuántos golpes de cabeza se ha dado Nathan mientras no he estado en New York?

Después de pasar mi estado de confusión y shock, empecé a gritar como loca por tener a mi mitad masculina frente a mi.

–¡NO PUEDE SER NATE ERES TÚ!¿PERO QUE MIERDA TE HAS ESTADO FUMANDO PARA CONVERTIRTE EN CONEJO?¡OH DIOSES, TE EXTRAÑE TANTO CARAMELITO!–grite mientras me guindaba encima de mi conejo amigo como un koala y él me atrapaba envolviendo sus brazos en mi cintura.

Escuché sus carcajadas encima de mi cabeza mientras enterraba mi rostro en su cuello.

–Vaya eso sí es una mejor bienvenida, aunque mis oídos sufrieron un poco, caramelito, te extrañaba Lottie, extrañaba esto.–dijo mientras me apretaba más a su cuerpo.

–Eres un imbécil por no decirme que vendrías pude haberte esperado en el aeropuerto, idiota, insensible.–le reclamo.

–¿De nuevo a los insultos?¿eh?, Pensé que cuando saltaste encima de mi estaba perdonado de la castración.–dijo con diversión.

Rode los ojos y alce mi rostro para encontrarme con el suyo y él solo amplio más su sonrisa. Esbocé una pequeña sonrisa para luego levantar mi mano y golpear su cabeza.

–Auch, oye, pudiste haberme movido el cerebro.–dice mientras finge una mueca de dolor y se soba la parte trasera de su cabeza.

–Tu ni tienes cerebro, tienes una nuez y solo porque Zeus se apiadó de ti y no quiso dejarte hueco.–respondí mientras volvía a apretarlo en un abrazo.

–Bueno caramelito, muchos insultos por hoy, ¿qué tal si ahora me ayudas a instalarme, eh?, Porque estoy cansado y como fijo tengo el culo frío.

–No te voy a soltar.– replique mientras me aferraba más a su pecho.

Él suspiro dramáticamente y susurro algo como «¿Ves dios?, por esto no debiste hacerme guapo y comestible.», rode los ojos, a este paso terminaré con los ojos volteados.
Nate empezó a moverse conmigo encima y me sostuvo con un solo brazo mientras con el otro agarraba la maleta y bolso que traía e ingresaba a mi departamento, para luego cerrar la puerta con el pie.

–Lindo lugar el que tienes aquí, Lottie, lindo y acogedor.–dijo mientras supongo le echaba un vistazo a la sala.–¿donde dejo mis cosas, Lottie?

–Sigue por el pasillo que hay al frente verás tres puertas, la última es una habitación de invitados ahí puedes dejarlas.–dije mientras seguía con mi rostro enterrado en su pecho.–¿por qué eres un conejo?¿a caso es una especie de metamorfosis desconocida?

En otra vida, quizás.  [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora