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Era inevitable no poder evitarlo.
Parte 2.

Un restaurant de comida rápida.
Bueno, por lo menos no va violarme y vender mis órganos.

«Aun...»

Todo está bien en mi mundo interior, no le contestes a Derry y serás más feliz, sentirás más paz.

Bueno después de mi secuestro, el atacante me llevo a un local de comida rápida, donde estamos ahora sentados y esperando que la camarera venga a preguntar por las órdenes, mientras él me mira fijamente y yo me escondo detrás del menú.

¿Qué es eso tan malo que hice para no tener buena suerte?, Oh dioses todo poderosos, responde a mis dudas.

– Buenas y bienvenidos, ¿ya saben que ordenar? –pregunta la camarera mientras mira fijamente a Levi y se muerde los labios.

Frunzo el ceño y aprieto los puños, esta tipa tiene poca ética si se pone a coquetear con la clientela.
Es pelirroja teñida, según sus raíces era castaña y buenas curvas, mierda, no puedo competir con eso.
Ruedo los ojos mentalmente, para alejar pensamientos babosos, yo soy bonita y con buenas curvas también.

Oh, Levi me está mirando de nuevo, ¿ya ordenó?, Creo que sí, me aclaro la garganta y paso una mano por mi coleta.

– Uh, yo quiero una hamburguesa con papas fritas y una soda, gracias.

– A mi me traes lo mismo, por favor.–bueno al parecer no había ordenado, ups.

– ¿No desean algo más? –pregunta y es más que claro que esa pregunta va más dirigida a Levi.

Bufo para después volver a rodar los ojos, a este paso con Nathan y Levi terminaré con los ojos torcidos.
Él sonríe, escucho mi bufido, genial, va pensar que estoy celosa.

«Pero si lo estás pa' que lo niegas mujer.»
Alta traición, Derry.

– No, gracias.–responde Levi cortésmente.

La camarera se va, no sin antes dirigirle una mirada pícara a Levi y caminar moviendo demás sus caderas y alzando un poco su trasero.

En lo que se está convirtiendo la población femenina.
«Ay si, como si tú fueras muy inocente.»

–¿Charlotte?¿Estas bien?– pregunta Levi con diversión en brillando en sus orbes grises.

– ¿Eh?, Uh, digo, si, si, estoy bien, ¿por qué no lo estaría? –cuestiono mientras arqueo una ceja.

– Porque estás apretando el borde de la mesa, con mucha fuerza.–responde mientras con la mirada señala hacia mi mano.

Cuando bajo la mirada veo que estoy apretando muy fuerte la mesa, ni cuenta me había dado.
Suelto la mesa y sacudo un poco mi mano, luego dirigo mi vista por todo el local y vaya, es muy acogedor, no me había dado cuenta.

– ¿Y bien?, ¿has podido averiguar algo sobre los sueños?

¿Y por qué se supone qué yo tengo que averiguar?

– Porque pensé que sabías más acerca de ellos.–responde con obviedad.

Espera, espera, aguanta las nalgas, ¿como que respondió?
Frijoles hable en voz alta.
«Gran descubrimiento el tuyo Sherlock.»

En otra vida, quizás.  [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora