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Pasión en el mensaje cuando sonríes.
Parte 2.


¿Nathan?,¿En serio, dios?, ¿No podía ser otra persona?

Luego de que Levi pasará sus manos por el vidrio empañado pudimos ver bien quién era la persona que estaba dando golpecitos al vidrio.

Y era nada más y nada menos que mi bestia, o caramelito, como quieran.

Después de ver a Nate afuera del auto, inmediatamente me quite del regazo de Levi, me pase al puesto de copiloto, acomodando cualquier arruga, «Inexistente», de mi vestido, y me acomodaba el cabello, que de seguro debería estar alborotado gracias a Levi.

Oh no, de seguro parezco un tomate con torso, brazos y piernas, demonios.

Le indico rápidamente a Levi que quite el seguro para irme, está vez si lo hace, salgo del auto rápidamente y lo rodeo quedando frente a Nathan que trata de ver quién está dentro del auto.
Me aclaro la garganta.

– ¿Bestia? –lo llamo.–...¿Qué te he dicho sobre espiar a los demás?

Nathan voltea con el ceño fruncido y al darse cuenta que soy yo relaja su expresión y esboza una de sus características sonrisas pícaras.

– Que no lo haga.–se encoge de hombros.–...Pero nunca te hago caso, caramelito, deberías saberlo bien.–arquea una ceja y se cruza de brazos.

Imitó sus gestos, él da unos paso hasta colocarse a mi lado y pasar sus brazos por mis hombros para después jalarme hacia su pecho, estoy confundida, él es cariñoso y mucho, pero esto es raro.

¿Qué pretendes Nathan? –pienso más no lo digo.

Cuando estoy por alejarme de su abrazo asfixiante, escucho el ruido de una puerta cerrandose, más bien la puerta del auto de Levi cerrandose. Saco mi rostro del pecho de Nathan mientras le doy un empujón, sé que eso no lo separara así que lo pellizco y se aleja de mi, chillando cosas como que soy cruel por no aceptar su amor.

Dirijo mi mirada hacia Levi, confundida, se supone que se tenía que ir, yo iba a alejar a Nathan del auto.

– Lottie, eres una salvaje que no acepta mis muestras de amor.–dice Nate haciendo énfasis en "amor", y aquí es donde entiendo que es lo que se trae entre manos.

Le doy un codazo en el costado para que cierre la boca y se que lo está haciendo todo a propósito, quiere saber quién era él que estaba en el auto, y por como sonríe se que cree saber lo que pasó en el auto.

Veo como Levi cierra las manos en puños y luego se cruza de brazos, me mira directamente, no ha dejado de hacerlo desde que se bajó del auto.

Nathan es un jodido cotilla. Voy a matarlo.

– Cállate.–siseo, luego me aclaro la garganta.– Uh, señor Ackerman, digo, Levi, gracias por traerme y por la comida... uh, nos vemos luego.

Tomo por el brazo a Nathan que se encuentra viendo fijamente a Levi en plan intimidante, obligándolo a dar la vuelta y dirigirnos lo más rápido posible al edificio donde vivimos.

Demonios, voy a matarlo, luego rebanarlo en trocitos y le daré de comer a los perros callejeros.

Antes de poder dar otro paso más siento como alguien toma de mano libre y me obliga a detenerme. Cuando doy la vuelta soltando el brazo de Nate, en un movimiento rápido y confuso Levi tira de mi cuerpo hacia el suyo para después estampar su boca sobre la mía en un casto beso, que aunque fue corto me dejó aturdida y con ganas de más.

En otra vida, quizás.  [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora