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Ilógico es desearnos y juntos no estemos.


Pero que calor está haciendo, madre mía.

Me muevo inquieta en la cama, gracias al calor que está haciendo, siento mis piernas inmovilizadas y un peso en mi cintura.

Oh por dios, lo que sea que tengo emis piernas está moviéndose... ¡Espera!

Abro los ojos lentamente, con cuidado de no recibir tanta luz en ellos, y empiezo a moverme como una lombriz buscando libertad, no lo logro.
Alzó la sabana con mis manos y me doy cuenta que estoy desnuda, ah lo normal.

¡Oye eso no es lo normal!

Me alarmó, pero a mi mente rápidamente llegan recuerdos de lo que pasó anoche y me siento sonrojar fuertemente.
Voy a empezar a moverme de nuevo, cuando siento un cálido aliento en mi nuca, y luego pequeños besos, me congelo en mi lugar.

- Buenos días, señorita Hidden.-su voz se encuentra tan ronca y profunda por las horas de sueño, magnífico.

No contesto decido hacerme la dormida, siento como él da la vuelta sobre su espalda quedando boca arriba, llevándome con él y colocandome encima de su pecho, entierro mi rostro en este fingiendo pereza y sueño, aunque es claro que lo haría con o sin sueño.

Siento su mano desenredar mi cabello, para luego dejar un pequeño beso en mi coronilla, suspiro satisfecha de que no me aleje.
Ahora su mano se dirige a mi espalda, acariciando y bajando a mí culo, siento como da un apretón, haciéndome chillar y alzar el rostro para darle un pequeño golpe en el pecho.

- Eres un aprovechado.-siento como da un pequeño azote a mis nalgas, ahogo un jadeo y vuelvo a golpear su pecho.- Menos mal que no estoy dormida, porque bien podrías abusar de mi.

Escucho como ríe y luego coloca su mano libre en mi nuca, empujando mi rostro al suyo y colocando su boca sobre la mía, es un beso lento y dulce, sonrió para después separarnos.

- No es violación si tú también quieres.-dice mientras da otro apretón a mis nalgas.

-Si, si, como sea señor Ackerman, debería levantarse y yo también, usted tiene que trabajar y yo ir a la universidad, además nos hace falta un buen cepillado de dientes.-digo mientras lucho con el agarre en su cintura para que me sueltes logrando así mi hazaña.

La cual no duro mucho tiempo ya que Levi se levantó rápidamente, tomándome de la cintura y colocandome encima de su hombro como un costal de papas.
Comienza a caminar y cuando alzó el rostro para ver a qué cuarto entro, me encuentro con el baño. Es grande y espacioso, de un lado está la ducha con unas puertas corredizas de cristal, del otro lado hay una bañera grande, al lado de la puerta hay un espejo de cuerpo completo, y supongo que detrás de mi -sigo encima de su hombro- está el retrete junto con el lavamanos.

Siento como Levi me baja de su hombro, me deja en el suelo, para luego dirigirse a la bañera, comenzar a llenarla y prepararla, yo busco en el lavamanos un cepillo de dientes, Levi me dice que abra el pequeño espejo que hay debe haber uno nuevo, lo consigo y procedo a cepillarme, siento como Levi se coloca detrás de mí, alzando su brazo a la altura de mi cabeza agarrando el cepillo y haciendo lo mismo que yo, mientras me mira fijamente a través del pequeño espejo. Después de terminar le pido que salga, ya que tengo que hacer mis necesidades, y él alegando que ya ha visto de todo sale del baño con una sonrisa burlona.

Decido meterme en la bañera, el agua está tibia, me recuesto del borde, relajandome, cuando voy a tomar una de las esponjas escucho como la puerta se abre y por esta entra Levi estando todavía desnudo, al verme en la bañera esboza una pequeña sonrisa de lado y se encamina a donde estoy.
En ningún momento quita su mirada de la mía, se mete en la bañera, sentándose frente a mí.

- Date la vuelta.-ordena quitándome la esponja de las manos. Levantó una ceja y lo miro con altanería.- Vamos, solo voy a enjabonar tu espalda.

Lo miro con recelo, pero me doy la vuelta en la bañera y me dejó hacer por sus manos.
Siento como pasa la esponja lentamente por mi espalda, como si estuviese acariciándome, cierro los ojos disfrutando del toque, hasta que siento sus manos pasar por debajo de mis brazos y posarse en mis pechos, acariciando mi aureolas, luego bajando por mi cintura, deteniéndose en mi vientre, deja un beso en mi nuca, para luego empezar a mordisquearla suavemente, provocándome, suelto un pequeño gemido cuando aprieta suavemente uno de mis senos, y es todo lo que él necesita.

Me toma de las caderas indicándome que me de la vuelta, al hacerlo me encuentro con su mirada oscurecida por la lujuria, el inclina su rostro al mío, siento su cálido aliento chocar con el mío, antes de sentir como estampa su boca con la mía y mueve sus labios sobre los míos lentamente, sin ninguna prisa, deleitándose con mi sabor, supongo. Sus manos recorren mi cuerpo dejando caricias que me queman, que me hacen querer encerrarlo en un cuarto conmigo por bastante tiempo.

Siento como se levanta, llevándome con él y haciendo que enrede mis piernas entorno a su cintura, llevándome de nuevo a su habitación, a su cama, donde nos volvemos caricias, besos, gemidos, jadeos, uno con otro, unidos.

Levi acelera el ritmo de sus caderas, sin despegar sus orbes de los mios, que luchan por mantenerse abiertos, hasta que lo sentimos, nuestra liberación, ese éxtasis, sentir que estamos cayendo en un vacío.

Cuando recuperamos nuestros sentidos y nuestras respiraciones están controlandose, él sale de mí, acostándose a mí lado, para luego ponerse de pie y botar el preservativo, luego se vuelve a tumbar a mí lado, tirando de mi hacia su pecho, y enterrando su nariz en mi pelo.

- No sé si quiera ir a trabajar.-besa mi coronilla.-cuando te tengo.-baja sus besos a mi nariz.-aquí desnuda.- besa mis mejillas y se dirige a la comisura de mis labios.-conmigo.-finalmente envuelve mis labios con los suyos.

Y no hay nada más, solo Levi y yo, solo este momento, nosotros aquí en su cama, el besándome y acariciándome.

Ese día ni él fue a trabajar, ni yo a la universidad.

En otra vida, quizás.  [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora