Epílogo

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Y así es como se supone que tenía que haber terminado la historia entre Levi y yo.

Lo siento, tal vez no me estoy dando a entender, voy a explicarles, aunque esperen...

¿Quien es esa persona que me está visitando?

¡Oh, Es Levi!, ¡Me trajo flores, son rosas blancas!, Me encanta.

– Hola Char, ¿como estas hoy? –pregunta el hermoso azabache, tomando las flores viejas y cambiandolas por las nuevas.

Oh cariño, estoy bien, aunque te extraño demasiado.–respondo acariciando sus cabellos.

– ¿Sabes?, Todavía no me acostumbro a no tenerte entre mis brazos, a no escuchar tu voz casi todos los días, a no besarte, no sabes cuanta falta me haces, amor.–lo veo acomodar las rosas en el florero y me enternece que sea tan cuidadoso con estas.

Oh amor, no digas eso, harás que lloré.–rodeo su cuerpo con mis brazos, recostando mi cabeza en su espalda, plantando un beso en esta.

– Ayer hablé con Nathan, él... Bueno, él está viviendo, supongo, dice que está bien, lamenta el no poder visitarte, dice que aún no está listo, a pesar de que han pasado dos meses.–esbozo una sonrisa triste y siento mis ojos humedecerse, extraño mucho a mi bestia, me duele que no venga a verme.

» Aunque la chica que está con él lo ha estado cuidando, Nora creo que se llama, tal vez te haya hablado de ella –asiento mientras recuerdo cuando Nathan me contó sobre la chica que le decía pulgoso y que no caía en sus encantos.–, él me contó que ella lo ha estado ayudando a superarlo, aunque él piensa que no puede, que simplemente es demasiado como para seguir viviendo tranquilamente.–aprieto un poco mi agarre sobre su cuerpo.– Lo entiendo, pero yo sé que te duele que él no haya venido a verte. Aunque tú también tienes que entenderlo, no es fácil, no lo es para mí, no me imagino como lo será para él.

Levi, yo lo entiendo, en serio, créeme, pero eso no quita el hecho de que duela mucho el que mi mejor amigo, casi mi puto hermano, no haya venido a verme. Él es el único que no lo ha hecho.–digo mientras suelto su cuerpo para luego sentarme al frente de él, me hago espacio entre sus brazos acurrucandome en su pecho.– No puedo irme hasta que él venga a verme.

Veo como Levi mete su mano en el bolsillo interno de su saco, y saca una caja terciopelo, la deja en la grama, logrando que mi rostro se convierta en la perfecta imágen de la confusión.

– Quería que te casarás conmigo, Char –Abro los ojos completamente sorprendida, mientras siento las lágrimas acumularse en mis ojos, siento como estas comienzan a deslizarse por mi rostro, sollozo.– Quería que tuviéramos una familia grande, unos diez hijos, tal vez más...

Abro la boca, para luego soltar una carcajada, este hombre está loco.

– Porque tu piensas parirlos, ¿cierto? Espero que tengas buenas caderas para parir.–suelto una risita mientras dejó un beso en su mejilla. Veo como lleva su mano a esta.

» Quería que tuviéramos tantos hijos, no solo por el hecho de que significará mucho sexo, bueno, en parte es por eso, pero también porque quería tener a tantas niñas que fueran igual de bellas, como tú... Aunque pensándolo bien, eso sería un problema, tendría que comprarme varias escopetas para espantar mucho pretendientes, joder, me haría viejo demasiado rápido.– dice.

Igual ya está viejito, amor.–pienso.

– Aunque también tendría la ayuda de nuestros hijos, seríamos todos nosotros contra los pretendientes de nuestras hijas.–rie mientras niega con la cabeza.

Niego con la cabeza al igual que él, ya que acabo de imaginarme a muchas copias de Levi en miniatura, espantando a unos adolescentes. Mientras me rió separó mi rostro de su pecho para verlo directamente a los ojos, veo como sus ojos se humedecen y coloco mis manos en sus mejillas, sus lágrimas caen silenciosamente por su rostro, trato de limpiarlas con mis pulgares.

– Por favor Levi, no llores, eso me rompe el corazón, por favor, yo siempre estaré contigo, amor, siempre estaré en tu corazón, siempre estaré cuidándote. Te amo, cielo.

No me responde duramos un rato en silencio, mientras Levi llora silenciosamente, no solloza, solo sus lágrimas salen, aprieto su cuerpo contra el mío y lo escucho suspirar. Y con eso, sé que ya se tiene que ir.

– En fin, tengo que irme preciosa, pero mañana vendré a verte, a la misma hora, ¿de acuerdo? –asiento, veo como pasa su mano por su cabello frustrado, no lo suelto, no quiero hacerlo, no quiero que se vaya.

Pero sé que no puedo evitar que se vaya, solo puedo ver como se levanta del suelo, para luego dar la vuelta e irse lentamente, mientras echa algunas miradas en mi dirección. Suspiro triste.

¿En qué estaba?... Ah sí, ya recordé.

En fin, comenzaré a explicarme, ¿se acuerdan cuando me secuestraron y la loca de Petra me había disparado?. Bueno, empezaré a partir de ahí.

La verdad, la bala si había tocado algo importante, mi corazón, directo, aún no entiendo cómo no me morí en ese mismo instante, sigo un poco confundida pero agradecida de poder haberle dicho a Levi que lo quería.

Así que como espero que ya se hayan dado cuenta, Levi vino a visitarme, bueno, más específico, vino a visitarme en el cementerio, a mi tumba, sepultura o lo que sea. Siempre lo hace, todos los días, a la misma hora, lleva haciéndolo desde que llegué aquí hace dos meses.

Y como vieron, él que no lo hace es Nathan, en el fondo lo entiendo, yo no podría concebir una vida sin él y él como me dijo no podría concebir una vida sin mi.

Volteo en dirección a mi lápida mientras me levanto del suelo, pero algo capta mi atención, es la cajita terciopelo que trajo Levi. No puedo tocarla, pero sé que es un anillo de compromiso, dejo que las lágrimas se deslicen por mi rostro tranquilamente, mientras recuerdo lo que viví junto con Levi, también lo que viví con Nathan. Sollozo.

Supongo que esta es la despedida, bueno, espero que les haya gustado mi historia con Levi.

Adiós...

En otra vida, quizás.  [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora