En otra vida, quizás. [Levi Ackerman]

5

Ese hombre era el diablo.
Y quería tentarme.

Maldita sea.
Maldita sea.
Me lleva la Devlin.
Me lleva la que me lleva, la que me está llevando.

Ya ha pasado una semana, una jodida semana en la cual no he encontrado mi libreta, ¿donde pude haberla dejado?, Oh, Hades rey de las tinieblas, ¿por qué me haces esto?

Libretita, libretita, misu misu.

Ya ha pasado una semana desde que choque con el chulo, digo con Levi Ackerman, ese mismo día al llegar la noche y quedarme dormida volví a soñar con esa rara dimensión, pero en este sueño era un poco diferente, él me regañaba por desafiarlo y desobedecer lo, y yo seguía desafiando lo, no puedo creer que me vio desnuda, bueno técnicamente me vio en el sueño, no en la vida real, dios, ¿donde quedó el pudor de esa Charlotte alternativa?, bueno y después casi nos besamos digo CASI, porque desperté cuando el estaba a punto de besarme.
Si eso no es tortura, no sé que más lo sea.

Piensa Char piensa, la libreta estaba aquí en la sala.
«Ya la perdiste, idiota.»
Tu cállate y ayuda, Derry.

Si, le puse Derry a mi conciencia, lo hice porque y estaba cansada de decirle solo conciencia, porque oye ella vive dentro de mi, es mi fiel confidente.

En fin, perdí mi libreta y no cualquiera, NO, era la que tenía todos los bocetos y retratos de Levi, sip ire a tomar Clorox.

Oh verdad no puedo, hoy me toca trabajar, me toca el turno de la noche, diablos. Bueno, después seguiré con mi búsqueda mejor me voy a duchar.
Luego de ducharme comencé vestirme colocandome un jean negro de tiro alto y ajustado junto con un buzo gris con pequeños agujeros incluidos y que dejaba un poco al descubierto mi abdomen y mis confiables converse.

Trabajo dulce y cómodo trabajo, nótese el sarcasmo.

Bueno, tengo que ir a buscar el delantal, oh mira qué linda me veo con el delantal.

–Oh, que bella está usted hoy señorita Charlotte.–me dije al espejo mientras me recogía el cabello en una cola alta y le lanzaba un beso a mi reflejo.

–Oh gracias, señorita Hidden usted también está espléndida, de infarto.–me respondí.

¿Que?, No me digan que ustedes no hablan con ustedes mismas en el espejo, es liberador y terapéutico.

Luego de salir del baño y estar lista para tomar órdenes me acerque a las mesas que empezaban a llenarse y tomar órdenes y llevar platos.
Luego de una hora el recepcionista me llamo, fui a donde estaba y me dijo que guiará a los invitados a la mejor mesa, asentí.

–Bienvenidos a El Royal, siganme yo los llevaré a su mesa y tomare sus órdenes.–dije mientras esbozaba una sonrisa y los estudiaba con la mirada a todos.

Luego me di la vuelta y escuché a los señores seguirme, llegamos a su mesa y ellos procedieron a sentarse y acomodarse a su gusto.

–Bueno, ¿Desean ordenar algo?¿O primero desean algo de tomar?¿o quizás ambas opciones?–pregunte con mi sonrisa intacta.

«Como sigas así te va a dar un calambre, niña.»
Cállate Derry.

–Bueno creo que ambas opciones señorita, traiganos el mejor de sus vinos y de comer nos trae la orden del día, gracias.–dice uno de los señores.