2. Emotion

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Llegar por la madrugada era agotador, Jinyoung ya se había acostumbrado al trabajo de la noche, pero no por ello dejaba de sentirse sin energías de solo pisar su entrada.

—Yugyeom, puedes ir a dormir a casa —murmuró despertando al adolescente que dormía en el sofá con la tv encendida.

—hyung, al fin llegas —bromeó el menor acomodándose para quedar sentado y mirar al mayor.

—Gracias por venir una vez más —sonrió sacando el dinero para pagarle al joven.

—Sabes que no es gran trabajo —tomó la paga correspondiente y se levantó para caminar junto al mayor hasta la puerta. —hyung... mañana tienes libre, verdad.

—Sí quieres pedir algo, hazlo sin rodeos.

—Buenos, mañana tengo una audición junto a BamBam, mi amigo, entonces no tenemos quien nos vaya a buscar, ya sabes, mamá trabaja en la tarde y la madre de Bam está en Tailandia —suspiró el pelinegro.

—Tenías que solo pedirlo —sonrió amplio el castaño revolviendo una vez más los cabellos del chico. —podemos ir a comer junto a tu amigo si pasan la audición.

—Hyung eres el mejor —abrazó al mayor antes de despedirse para ir al apartamento de enfrente donde vivía junto a su madre.

Jinyoung sonrió asegurando la puerta a sus espaldas, algo el molesto televisor y se arrastró hasta su cuarto, no sin antes pasar por el de Suhyun arropando y besando la frente de la niña, sonrió una vez más al ver la tranquilidad que le daba el solo hecho tenerla en su vida «Definitivamente fuiste la mejor elección», pensó viendo a la pequeña por un par de segundos, cuando un bostezo se escapó de su boca, caminó hasta su dormitorio aseándose para luego meterse a la cama y por fin conciliar el sueño que estaba llenando su cuerpo.

Por la mañana, suaves golpes se estrellaron contra su mejilla, seguidos de un abrazo sobre su pecho y un par de besos en su mejilla.

—Papá, vamos a comer~, es hora de levantarse~ —la niña insistió brincando con sus rodillas sobre la cama, haciendo reír a su padre quien inmediatamente la abrazó lanzándola a la cama para hacerle cosquillas.

—¿Qué es lo que quiere comer la princesa? —sonrió besando el rostro de la pequeña, acomodando los cabellos en su frente.

—Banana~ —respondió llena de alegría, cruzando sus brazos por el cuello de su padre y sus piernas en su cintura.

—Banana será —sonrió cargando fácilmente a su hija entre sus brazos, para dejarla en la silla de la isla de la cocina.

La niña comenzó a tararear la canción de Pororo, a la cual su padre sin dudar se unió mientras preparaba la comida de ambos. Picó un par de bananas tras quitarles la cascara y servirlas en un pequeño platillo a la niña, que con movimientos alegres picaba la fruta con el tenedor llevándola comida a su boca. Jinyoung dejó un vaso de leche de fresas a un lado de la niña, acompañado de un par de galletas, por su parte, la taza de café americano y las tostadas francesas fueron su elección, comiendo sin dejar de cantar junto a su pequeña y limpiando su boca de vez en cuando.

Una vez terminada la primera comida del día, volvió a cargar los 15 kilos que pesaba su pequeña, llevándole hasta el baño, dejándola de pie sobre el lavamanos mientras ambos cepillaban sus dientes frente al espejo. Se prepararon para salir, en dirección a la casa de Mark, entrelazando sus dedos saliendo, para toparse con Yugyeom y su madre en el ascensor.

—Jinyoung-ah buenos días y buenos días princesa —habló la joven mujer sonriéndole a la pequeña Suhyun acariciando su mejilla.

—Buenos días señora Kim. —respondió la pequeña alegre meciendo la mano de su padre.

—Muchas gracias por recoger a Yugyeom esta tarde, estoy tan apenada de molestarte con esto —suspiró la mujer.

—No se preocupe, además usted también a cuidado de mi Suhyun un par de veces, somos vecinos después de todo.

—Eres un encanto Jinyoungie —sonrió la mujer acariciando la mejilla del castaño. Ser vecinos por 2 años los había unido lo suficiente y que sus apartamentos estuvieran cercanos, fomentaba las buenas relaciones entre ambos, claro el castaño era como un hijo más y cada vez que podía le ayudaba a preparar comida o cuidando a la pequeña cuando de una emergencia se trataba, sumando que el chico le daba trabajo a su hijo, todos eso eran puntos a favor para querer al chico. Al llegar al estacionamiento, ambas familias se despidieron con un ademán, Jinyoung aseguro a Suhyun en su silla para conducir hasta el hogar de Mark, el maestro de la pequeña y también mejor amigo del castaño.

Jinyoung no pudo evitar reír al ver como Mark cargaba fácilmente a la niña una vez que esta corrió a sus brazos, contándole sobre las aventuras de Mickey, que iba viendo durante el viaje.

—Hoy está más animada de lo normal —rió Mark sentando la niña en su regazo.

—Es verdad, en la mañana fue la primera en despertar y no dudo en despertarme —sonrió Jinyoung acariciando los cabellos de la pequeña. —Pero yo vine con un solo motivo, anda, escupe que es lo que pasó anoche con ese sujeto.

—No ocurrió nada —rió dejando que la niña se bajara para ir a jugar con los juguetes que traía en su pequeña mochila. —Solo intercambiamos números.

—Esta más que claro que un intercambio más que de números, te vi como "se inspeccionaban" —hizo las comillas con sus dedos, refiriéndose al fogoso beso que el rubio se dio con el chico de cabellos oscuros la noche anterior.

—¡Pero no fue nada más allá! —rápidamente se defendió —él tenia trabajo esta mañana —murmuró apenado.

—Entonces tenías planeado llegar a más —rió el castaño haciendo que el sonrojo en las mejillas de Mark se hiciera notorio.

—No te hagas el puritano, vi el montón de chicos que se acercaron a la barra solo para coquetear contigo —se defendió el mayor rápidamente.

—No lo niego, y tampoco me hago el puritano, solo no me interesa tener un encuentro de una noche, más importante es llegar a casa y estar con Suhyun.

—Eres todo un padre modelo —sonrió el rubio recostándose en el sofá mirando como la niña jugaba alegremente. —Aunque si tuviera un hijo, no dudaría en pasar más tiempo con él.

Jinyoung sonrió y golpeó el muslo del mayor —Es por eso que eres un perfecto maestro, idiota —rió levantándose para tender la mano a su hija. —Suhyun, vamos princesa, solo vinimos a saludar a Mark hyung, tenemos que ir a casa de los abuelos aún —sonrió al ver como la niña rápidamente ordenaba sus juguetes, guardándolas en su mochila.

—Si fue solo para eso, fácilmente pudiste llamar, idiota —rió Mark sacando un caramelo para entregarlo a la pequeña en secreto.

—Fácilmente podías mentir por teléfono, te conozco Mark Tuan —rió tendiéndole la mano. —Ahora dame mi caramelo para poder dejarte tranquilo en tu día de descanso.

El rubio negó con suavidad, dejando la paleta en la mano del menor, acompañándole hasta la puerta, sabía que era uno de esos días difíciles donde Suhyun debía visitar a los abuelos quienes no eran malos, pero sí no los mejores al recordarle constantemente a la pequeña una madre que no conocía del todo.

—Princesa —habló alegre el hombre de cabellos blancos, extendiendo sus brazos para recibir a la niña quien no dudó en abrazar al anciano como lo hacía cada sábado desde que tenía conciencia. Jinyoung por su lado, saludaba a la mujer que sonreía enternecida al ver cuando la niña se parecía a su hija, no podía negarlo, la niña tenia los genes de la chica que una vez amó.

—Cuida a los abuelos princesa —sonrió Jinyoung despidiéndose de la menor, en la noche volvería por ella.

Tras besar la frente de la menor, abordó su auto para "disfrutar su día libre" yendo al gimnasio y realizando un par de compras y deberes del hogar. 

The Song [JJ Project/Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora