3. A good man

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La alarma no dejaba de sonar, y pesar de saber que era momento de levantarse, Jaebeom no tenía la intención de hacerlo, no al recordar que las audiciones estaban por comenzar en unas horas. Rodó en la cama para alcanzar el molesto teléfono y apagar el ruido que no le dejaba tranquilo, con la intención de volver a dormir cerró sus ojos, solo cinco minutos no le harían nada, verdad. Generalmente no era malo para despertar, pero su horario era libre, y generalmente llegaba alrededor de las 11 am a la empresa, pero al ser una ocasión especial, debía estar antes de las 7am, para chequear que todo estuviera funcionando y que los jóvenes no llegaran tarde a sus hogares.

Cuando estaba a punto de sumergirse una vez más en el sueño profundo, el teléfono en sus manos comenzó a vibrar insistentemente acompañado de la melodía que caracterizaba a Eunkwang.

—Supongo que estás en camino —dijo burlón el mayor.

—Eres tan molesto —suspiró el pelirrojo revolviendo sus cabellos mientras estiraba su cuerpo en la cama. —¿Qué hice para que me controles tanto?

—Siempre quise oír esa pregunta, —sonrió al otro dejando la taza de café sobre la mesa. —déjame recordarte que tenemos años de amistad, que no querías debutar y que te impusieran canciones que no van con tu estilo y planeamos hacer la empresa para que ganáramos dinero y apoyar a los jóvenes que deseaban lo mismo que nosotros hace un par de años, y como no querías tantas responsabilidades me dejaste como director principal, por eso debo controlarte, querido Jaebeommie

—En media hora estoy allá.

Al finalizar la llamada, suspiró mientras se levantaba, escuchando los maullidos de los gatos que dormían sobre su cama, sin ánimos se arrastró hasta el baño, tomando una ducha mientras la música se escucha dentro del apartamento, aquella suave melodía era parte de su rutina ya. Desayunó y se aseguró de dejar comida suficiente para la manada de felinos que mantenía en su apartamento, no podía negar que esos animales eran su debilidad, la gran mayoría los había recogido de la calle. Sonrió acariciando sus cabezas a modo de despedida saliendo un poco más animado.

En el automóvil, pensaba en la canción que tan estancado lo tenía, sí pudiera escribir la letra, la melodía vendría fácilmente, pero ni eso obtenía en este momento, el invierno podía ser la época donde el clima le ayudaba y la nieve que se amontonaba en las calles darle inspiración, pero todo lo contrario ocurría en este momento, sumando además que pensaba en los trainers que podían ingresar en dos semanas más al confirmar su evaluación.

Estacionó su vehículo en su lugar correspondiente, saliendo con una sonrisa al momento de toparse con Jackson que tenía una expresión más animada por la mañana, ese chico de cabellos oscuros sabia como animarle fácilmente.

—Hyung, te hace falta un poco de café —bromeó el menor mientras saludaba al personal de seguridad del teatro. —Tal vez deberíamos conseguir un par de vasos antes de la reunión.

Jackson era el segundo juez, con 26 años estaba encargado de los raps y la parte de baile en la empresa, trabajaba de la mano con los coreógrafos que se mantenían, y también corregía y guiaba a los aspirantes que deseaban participar de aquel potente genero musical.

—¿Y ahora por qué estás tan animado?, pensé que tampoco querías venir. —sonrió entrando tras el chico, avanzando hasta la sala donde el cáterin tenía bocadillos y la tan necesaria cafeína para Jaebeom.

—Bueno, anoche tuve una buena noche, un chico guapo en un bar —sonrió tomando un vaso con té. —No pudimos terminar, pero tengo su número, así que al acabar lo llamaré.

—¿Te interesó al nivel de llamar? —torció sus labios en una ladina sonrisa, conocía la fijación del menor por ligues pasajeros, excusándose que el trabajo no le dejaba mantener largas relaciones.

—Tenía algo especial, además no es como si hubiéramos follado, solo fue un par de besos —rió ojeando los papeles frente a él.

—Es por eso —rió Jaebeom imitando la acción del castaño. —Espero que la audición de hoy sea rápida —suspiró viendo las fotografías de los chicos a evaluar.

—Tal vez lo sea, no es un gran numero de aspirantes.

—Esperemos —murmuró Youngjae de 25 años, era el ultimo y tercer juez quien se encargaba de las clases de música, acompañando a Jaebeom en la tarea de escribir y componer canciones para la empresa, manteniendo también su propia carrera bajo el sello musical de la empresa.

—Será rápida, —sonrió el director al entrar a la sala, tomando asiento en la cabecera de la mesa. —En una hora comenzará, y se dividirá en dos etapas, comenzaremos por la parte vocal, donde los aspirantes tendrán dos minutos para presentar una canción y la calidad de su voz, la segunda etapa se compondrá únicamente el la presentación de danza, donde los chicos con tres minutos se presentaran sobre el escenario, la plantilla con la información y fotografía de cada joven están sobre la mesa, los chicos únicamente dirán una pequeña introducción con respecto a ellos y el género de música con el que se presentan. Espero que estén atentos a ello.

Tras finalizar Eunkwang sonrió al ver a los jueces asentir con suavidad, nadie podía negar la capacidad de liderazgo del mayor, a sus 31 años, estaba participando por ser uno de los empresarios emergentes con mayor futuro, las inversiones de la empresa y los contratos con marcas reconocidas tenían su nombre en ellas y claramente era uno de los primeros en criticar su trabajo y el de su equipo, quería que presentaran lo mejor de ellos y por ello los motivaba para dar más del ciento por ciento en cada producción. Era un hombre digno de admirar, y por ello el pelirrojo le admiraba, no lo admitiría fácilmente ante él, pero lo hacía.

Jaebeom bebió su café con una sonrisa, era claro que la audición no terminaría más allá de las ocho de la tarde, pudiendo concentrarse finalmente en su música y en buscar la inspiración necesaria en algún bar o en las luces que la ciudad entregaba.


The Song [JJ Project/Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora