21. Sleep talk

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Jinyoung sonreía mientras trabajaba, lastimosamente debía volver a la rutina nocturna, pero sabía que al acabar Jaebeom estaría esperando por él para llevarlo. Desde el ultimo encuentro había estado pensando en la propuesta del mayor, y en frío no parecía algo malo, lo peor que podría pasar que la canción no fuera lo que ambos esperaban, pero el tiempo juntos no lo consideraría un desperdicio.

Ansioso vio la hora una vez más en su reloj, faltaba un poco más de media hora para cerrar, y ya la barra se encontraba cerrada, y junto a Jisoo se encontraban limpiando los vasos y la pulida madera, se sonreían mutuamente, pues sabían que los cambios al lugar habían dado resultados y más clientes podían reunir y así incrementar las ganancias, tampoco las propinas fueron pocas, recibieron varios billetes por parte de clientes felices y también un grupo de clientes que esperaba algo más.

Jaebeom se hizo presente a los minutos tras cerrar, estaba parado junto a su auto sonriendo cuando sus miradas se encontraron.

—¿Llevas mucho tiempo aquí? —se acercó el menor escondiendo sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta tras entregarle las llaves de su auto al pelinegro.

—Para nada, estaba mirando la luna mientras salías, pero vamos tenemos algo que grabar—sonrió abriendo la puerta del auto subiendo en el asiento del piloto mientras el castaño se subía a su lado.

—¿Estás seguro de que resultará bien? —hace mucho tiempo que Jinyoung no grababa dentro de un estudio y las dudas comenzaban a aflorar en su cabeza.

—Claro, confía en ti, y en mi —sonrió el mayor mirando el camino a su estudio.

Llegaron a los minutos, mientras mantenían una plática casual y Jinyoung ordenaba algo para compartir tras pedir la dirección al pelinegro, bajaron del auto y tras abrir una pesada puerta de lata avanzaron por un pasillo hasta llegar al sagrado lugar del mayor, un espacio simple con un espacio común que conectaba con otras tres habitaciones, a primera vista Jinyoung reconoció los artículos para realizar los arreglos como un tablero de mezclas, un teclado, un bloqueador de sonidos alrededor de un micrófono, mientras un portátil y un computador fijo se mantenía conectado a cada equipo, pensó que trabajarían en aquel lugar así que avanzó hasta uno de los sofás colocados en una esquina del espacio.

—Es por aquí —sonrió el mayor dándose paso ha una de las habitaciones.

Diferentes adornos se encontraban sobre el escritorio principal, diversos artículos se encontraban como varillas de incienso, audífonos, libretas, vasos desocupados y velas. También se encontró con luces de neón adornando el pequeño espacio, junto a un pequeño estante en una de las esquinas, pero lo que más llamó la atención del castaño estaba lejos del escritorio, en la pared contraria un montón de fotografías se encontraban pegadas, arrancando una sonrisa del menor.

Jaebeom puso un poco de música, esperarían hasta después de comer para ponerse a trabajar, por el momento disfrutaría de la compañía del intruso en su estudio.

—Me gustan las fotografías —sonrió Jinyoung dando una mirada curiosa a cada impresión.

—Son fotos que he tomado, aquí hay otras —sonrió sacando un álbum del pequeño estante. Rápidamente Jinyoung se sentó a su lado tomando el álbum en sus piernas pasando cada página con cuidado.

—Son hermosas —susurró al acabar dándole una mirada al mayor. Él sonreía de aquel modo que parecía un imán para Jinyoung, le robaba las palabras y le atraía un poco más cerca.

Jaebeom permanecía en silencio, admirando el rostro del castaño, podía notar lo cansado que estaba, pero aun así lucía hermoso, sus labios abultados y la blanquecina piel era algo que podía admirar siempre, incluso perderse de esos oscuros ojos.

La comida les interrumpió y un suspiro de alivio salió de los labios de Jaebeom, no estaba seguro si podría contenerse, sabía que sería difícil trabajar, pero por ayudarlo contendría sus sentimientos. El pollo frito y la cerveza fueron entregados, volviendo a los minutos donde se encontraba Jinyoung, ambos prepararon la mesa en el centro del estudio, sentándose para comenzar a comer, haciendo un brindis con la cerveza en lata Jinyoung pensaba como decirle a Suhyun no le mentiría con respecto a sus nuevos sentimientos por el mayor, y tal vez ella será la más feliz en tener a Jaebeom más cerca. Su sonrisa creció un poco más, le gustó imaginar la felicidad de la niña un día en que los tres desayunaran juntos compartiendo risas y comentando la televisión, mientras una tarde disfrutaban de una película y en la noche tras dormir a la menor, finalmente terminara acurrucado en la cama junto a Jaebeom.

Continuaron con la comida, discutiendo y analizando las letras que habían escrito, aunque Jinyoung había dejado la música hace tiempo, la calidad de su escritura era excelente y para sorpresa de Jaebeom coincidían en ciertas ideas. El mayor avanzó hasta su escritorio y con el teclado que mantenía allí, comenzó a preparar la melodía para la canción que preparaban, Jinyoung por su parte escribía una que otra línea en base a la creación de Jaebeom.

Susurrando un par de líneas la guía para la canción era creada, aunque fuese vaga y repetitiva en ocasiones, pero algo bueno y con muchas expectativas se generaba entre ellos. Las horas pasaban y el coro estaba finalizado, y con la idea de unas próximas grabaciones en el estudio de la empresa la canción quedaría fácilmente terminada en unas semanas.

Durante la revisión ambos hombres estaban sentados en el sofá, Jinyoung dejó su cabeza reposar en el hombro del pelinegro, estaba feliz con lo que habían hecho, pero el cansancio estaba invadiendo su cuerpo. Lentamente y con una sonrisa se fue abrazando en el mayor y este en respuesta lo envolvió en sus brazos. Le gustaba aquello, incluso cuando leves caricias cayeron sobre su cabello sus ojos se cerraron apegándose un poco más al mayor, definitivamente a su vida le faltó ese tipo de cuidados y mimos.

Dudó unos segundos, quería mantenerse en aquella posición, pero también deseaba probar una vez más los labios del mayor. Se separó bajo la adormilada mirada del pelinegro, pudiendo notar que él igual estaba cansado, pero aun así tomó valor acercándose para posar sus labios en los de él, la respuesta fue inmediata, y como no, si Jaebeom lo único que deseaba era junto al castaño. Cuando el oxígeno se hizo necesario tras un par de apasionados besos que, dejando al castaño sentado sobre los muslos del mayor, ambos se separaron con cortos besos y una sonrisa en los labios.

—Me gustas —susurró Jaebeom antes de volver a atacar los labios del menor, era un cobarde al no querer oír la respuesta del menor, pero que respondiera el beso parecía demostrar que no le molestaba su confesión.

Lentamente la ropa fue estorbando mientras las caricias se hacían más y más necesarias, envolviéndose sobre el sofá buscando el placer del otro mediante fricción y arrastrados besos en diversos puntos, Jaebeom era el experto, pero Jinyoung no se quedaba atrás, imitando y también experimentando al tocar con cuidado el cuerpo del mayor. Ambos se movían al compás, y a pesar de no existir la conexión carnal, ambos estaban disfrutando hasta el punto de explotar contra el cuerpo del otro mezclando sus esencias entre ambos abdómenes.

El cansancio se hizo presente una vez más tras limpiar sus cuerpos y vestir sus caderas, ya la luz del sol comenzaba a asomarse por las pequeñas ventanillas del lugar, así que ambos se acomodaron de la mejor manera en el pequeño sofá siendo Jinyoung fuertemente abrazado para evitar alguna caída, y grabando una sonrisa en su inmediato sueño gracias al calor que el cuerpo del mayor le proporcionaba.

Escasas tres horas logró dormir Jinyoung antes de que su teléfono interrumpiera su sueño, lentamente se puso de pie buscando el molesto aparato. Sus ojos no pudieron abrirse más en aquel momento, aquel mensaje le obligó a vestirse apresuradamente, tomar sus llaves y arrancar el automóvil hacia su destino.


The Song [JJ Project/Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora