Átame (Clexa AU)

Capítulo 6

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– ¿qué tal te fue por Europa?

Preguntó Bellamy Intentando sacar conversación. Pues notaba el ambiente un poquillo tenso por parte de Clarke y Lexa. Claro que no sabía las verdaderas razones. Lexa se limpió un poco la comisura de los labios y se encogió de hombros:

–Bueno, es otro ambiente, otra forma de vivir la vida.

– ¿A qué te refieres?

Intentó seguir la conversación Clarke, difícil de concentrarse, pues debajo de la mesa las piernas de Lexa rozaban las suyas. Poco a poco ambas comenzaron a jugar, Clarke se descalzó y comenzó a acariciarle el gemelo con su pie y comenzó a subirlo lentamente. Lexa esbozó media sonrisa:

–Son más liberales

–Según tú– siguió diciendo Clarke mientras ascendía su pie por el muslo– somos más aburridos.

–No– contestó Lexa mientras se llevaba la copa de vino a la boca– diría que más reprimidos, por el ¿qué dirán? O por temor a que les tachen de depravados, cuando lo cierto, es que en la intimidad sus casas– Lexa acarició el pie de Clarke incitándola a que siguiese– son igual o peor.

Clarke se estaba mordiendo el labio inferior. ¿Qué tenía Lexa Woods? Que tan loca le volvía. Sus labios. Eran tan suaves, por mucho que la fastidiase, la había encantado besarlos. Su mirada verdosa, salvaje y apasionada, sus manos capaces de hacerla sentir completamente viva, deseada y sexy.

¿Es que acaso Bellamy estaba tan ciego? Prácticamente ninguna se cortaba un pelo en coquetear. Al menos Clarke intentaba ser más sutil, pero Lexa era muy directa. El teléfono de Bell comenzó a sonar. La rubia cortó la mirada con la ojiverde para fulminar a Bellamy:

– ¿Enserio Bellamy? Incluso cenando– dijo Clarke irritada– por lo menos ten el teléfono apagado un día.

– Lo siento Clarke– dijo antes de descolgar– estamos en medio de un proyecto muy importante, si me disculpáis

Bellamy fue hasta la cocina para hablar más tranquilamente. Clarke achicó los ojos. Y luego se queja de que ella le había dejado de lado. Él también se la pasa trabajado todo el día. Normal que buscase emoción en compañía de otras personas. En ese instante se estaba dejando llevar por el cabreo hasta que sintió el dedo índice de Lexa acariciar su dedo corazón. Se inclinó un poco:

– ¿Cuándo nos podemos ver?

Lexa se inclinó un poco más:

– ¿Cuándo quieres verme?

Los ojos de Clarke miraban la puerta de la cocina:

– ¿Mañana?

– ¿tan aburrida es tu vida? Clarke

Clarke frunció el ceño y se apartó de Lexa molesta:

– Si no quieres verme solo tienes que decírmelo.

Lexa esbozó una pequeña carcajada:

–Si quieres verme no tienes por qué preguntarlo– se llevó la copa de vino a la boca y se humedeció los labios de forma sensual– ya sabes dónde trabajo.

–Aparezco en tu trabajo ¿así sin más?

Lexa se encogió de hombros:

–Para lo que hago.

– ¿Estas segura?

Lexa esbozó media sonrisa. Claro que Clarke la gustaba de forma física y sexual, pero debía tener ciertos límites. Como hizo con su alter ego Heda: