La mirada de la morena no era la típica mirada lasciva, ni esa en la que le decía a Clarke que la estaba desnudando mentalmente. La miraba, la adoraba con ternura. La misma Lexa que conoció en la fiesta de máscaras. Antes de atreverse a inclinarse para besarla, la acarició pasando su dedo gordo por su lunar.
Su beso, nada que ver como los que le había dado en el parque ni en el bar cuando discutió con Roan. Era de esos que transportaban más allá del cielo, de los que con solo una caricia de su lengua en su labio superior hacía revolotear millones de mariposas en su estómago, embriagándola de una felicidad de la cual no estaba habituada, sin poder remediarlo acabó dibujando una sonrisa, así de feliz era que ni controlar los músculos de su cara podía. Lexa tampoco se quedaba atrás, con aquella media sonrisa, hacía latir tan fuerte su corazón que moriría infartada en ese instante:
— Clarke— dijo separando sus labios durante unos segundos, aferrándola más a su cuerpo— ¿te apetece...?
Por favor que no diga follar, por favor que no diga follar suplicó mentalmente:
— ¿venir a mi habitación?
— ¿me estas a pidiéndome permiso de nuevo?
Lexa asintió con la cabeza. El ascensor por fin paró en el piso donde se encontraban sus habitaciones. La ojiverde le dio la mano y le acompañó hasta la suite. Esperando alguna respuesta:
— ¿Y si te digo que no?
Alzó su mano hasta sus labios y besar su palma antes de contestar:
— te besaría y te daría las buenas noches.
— ¿así sin más? — preguntó anonadada— ¿No insistirías?
— Tenemos Chicago y Ontario ¿Por qué tener prisas? Me basta con haber pasado casi todo el día juntas.
Desde el momento del beso era obvio que en ningún momento le iba a dar la negativa. Pero Clarke quería saber cómo reaccionaría Lexa en el caso de que si existiera ese no. Para sorpresa de ésta, había sido respetuosa, considerada y de nuevo consiguió encandilarla aún mucho más. Sin necesidad de que pusiera una voz sensual, ni erótica, no hizo falta que le comiera el oído con guarradas, solo con aquel gesto y la forma con la que le miraba en esos instantes.
Clarke dio un paso hasta la morena, se puso de puntillas y la besó. Se dispuso a responderle con un beso más profundo cuando la rubia le agarró de la mano y tiró de ella hasta quedar enfrente la habitación de Lexa:
— Esto lo debo de tomar como un sí.
Lexa amplió su sonrisa, pegó su cuerpo hasta oprimir sus pechos. Sintiendo sus corazones latir fuertemente y la beso igual o más dulce si cabía. La morena abrió la puerta, momento en el que Clarke se puso nerviosa. Algo que no llegaba a entender. No era la primera vez que se acostaba con ella, sin embargo, le temblaban hasta los pelillos del cogote. Lexa cerró la puerta tras de sí, por la espalda, le apartó el pelo a un lado y comenzó a besarla, desde el hombro, hasta el cuello. Clarke ladeo la cabeza para que la ojiverde tuviera más acceso:
— ¿Estas nerviosa?
Preguntó en un susurro al notar el temblor en la respiración de Clarke:
— ¿pensarías que soy una estúpida si te digo que sí?
— No— se puso delante, curvando la comisura de sus labios— me parecería encantador. Ven
Lexa le tendió la mano, en parte sintió un deja vu. La última vez que vio a Heda se sintió igual. Le dio la mano y se dejó guiar. Reparó en que los espejos estaban colocados a los pies de la cama. La habitación era lujosa, aunque menos espaciosa que la suite:
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Átame (Clexa AU)
Fiksi PenggemarLa historia va así, por motivo de celebración por esos/as 1,3k seguidoras/es de Wattpad. Decidí que por 2 días, dice ser 48 h tendréis un capítulo del fanfic Clexa de Átame, pasados esas 48 h, será borrado y sustituido por el siguiente. Cuidado, l...