A ti, te quiero a ti Lexa Woods pensó en su fuero interno. Clarke, que estaba mordiendo el labio inferior, reaccionando ante las placenteras caricias de Lexa. De repente quedo seria y le agarró de la mano, deteniéndola, desconcertándola con ese cambio repentino por parte de la rubia. Estaba claro que no le iba a pedir que le dejara tocarla o saborearla, como llevaba queriendo hacer desde el primer día. En eso decidió tener paciencia:
– ¿Confías en mí?
Lexa se tensó al escuchar aquella pregunta. Temía lo que pudiera decirla después de aquella cuestión. Ceñuda, se atrevió a contestarla:
– Pudiste haberte aprovechado de mí– le respondía seria– te mereces mi boto de confianza. ¿Por qué esa pregunta?
– Siempre llevas tú el ritmo, que me encanta, pero, ¿puedo ponerlo yo hoy?
Lexa la miró pensativa. No solía dejar que otra llevara el ritmo por desconfianza. Necesitaba llevarlo ella y ser consciente de cada movimiento que se daba. Se quitó de encima y se sentó con la espalda apoyada en el cabecero de la cama. Clarke maldijo, pensado que la había asustado pidiéndola eso:
– Ven– le pidió– Colócate a horcajadas sobre mí.
Clarke hizo lo que le pidió. Al menos sería la primera vez que la dejaría ponerse encima. Volvieron a besarse, la rubia le atrapó el labio inferior y tiró fuertemente, haciendo que Lexa emitiera un gemido. Las manos de la ojiverde apretaron los glúteos de la rubia. Poco a poco, dirigió su mano dominante hasta la entre pierna de Clarke. Estaba caliente y muy lubricada, haciendo que suspirara cuando Lexa comenzó a acariciarla el clítoris. La rubia tenía las manos apoyadas en sus hombros, acompañando los estímulos con movimientos de cadera. Jadeando con más fuerza cuando los dedos de Lexa se deslizaron a su interior:
– Vamos, Clarke– dijo Lexa con voz ronca– muévete, follate mi mano
– Sí
Dijo Clarke con respiración entrecortada mientras comenzaba a moverse. En un principio de forma lenta, sintiendo los dedos en su interior, los cuales se movían rozando su punto g.
Lexa se maravilló con aquella imagen tan sexy. La rubia sabía moverse de una forma muy sensual, gimiendo tan eróticamente. Conforme sus movimientos pélvicos aumentaban, la ojiverde no perdía detalle de como aquellas dos majestuosidades que tenía como pechos rebotaban sin cesar.
Clarke sin dejar de moverse y entre jadeos, se le escapó una risita:
– Ya veo– decía casi sin aire– que parte...– gemido– de mi anatomía...– jadeo– te gusta– gruñido– más.
Lexa se controlaba todo lo que podía, pero de vez en cuando se le escapaba algún espasmo y terminaba por penetrarla fuertemente. Con la mano que tenía libre volvió apretar su glúteo y empezó a lamer el cuello de Clarke:
– No es la única rubia– decía con los labios pegados en su cuello– todo tu cuerpo me enloquece.
Clarke echó la cabeza atrás y jadeo fuertemente cuando el dedo gordo se unió, comenzando a masajearle el clítoris:
– Lexa
Gritaba su nombre alguna que otra vez. Excitándola muchísimo más. Las paredes vaginales de Clarke empezaban a comprimirse. Lexa gimió porque sabía que el orgasmo de la rubia estaba cerca y eso la encendía:
– Sí, Clarke. Vamos quiero sentir como te corres.
Los dedos de Lexa bombearon con fuerza. Haciendo que Clarke terminara por tensarse y convulsionar. Echando la cabeza hacía atrás mientras pegaba un grito gutural. Se dejó caer, apoyando su cabeza sobre los hombros, haciéndola notar todo el sudor que recorría por su frente. Lexa, entre risas sacó sus dedos de su interior. Alzó su mano para recoger todos los flujos con su lengua cuando Clarke le agarró de la muñeca:
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Átame (Clexa AU)
FanfictionLa historia va así, por motivo de celebración por esos/as 1,3k seguidoras/es de Wattpad. Decidí que por 2 días, dice ser 48 h tendréis un capítulo del fanfic Clexa de Átame, pasados esas 48 h, será borrado y sustituido por el siguiente. Cuidado, l...