Capítulo 25

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Cuando abrí los ojos, estaba en mi cuarto, era de día y seguía vestida igual que la noche anterior. 

Tuve una sensación horrible, pero ya conocida: mi amiga la resaca. 

Me levanté como pude y me presioné las sienes mientras caminaba hasta el baño. El reloj que había arriba de la puerta del baño indicaba que ni siquiera eran las ocho. Era un misterio que en sábado haya madrugado sin que nadie me diga nada. 

Al mirarme al espejo descubrí que en alguna vida pasada debí ser pariente del Joker. No me había desmaquillado al llegar a casa y todo el eyeliner y las ocho capas de rimel que me había puesto Rosa se habían corrido dejando mi mirada completamente negra. Ni rastro del brillo de labios y mi pelo que recordaba haber alisado era un nido encrespado. 

Que miedo que daba, en serio.

Mi prioridad en ese momento fue beber agua, mucha agua, y tomarme una pastilla para el dolor de cabeza. 

Luego me posicioné bajo la ducha, e intenté por todos los medios que mi cara quedara tan limpia y fresca como recordaba tenerla. Lavé mi pelo y eché medio bote de acondicionador. El olor a jabón invadió el baño y me recorrió una sensación de tranquilidad.

A pesar de que el dolor y el malestar persistían, bajé a la cocina y me preparé los cereales con la luz apagada. Si la encendía era como si un vampiro se pusiera al sol. Horrible.

Desayuné mirando al infinito a través de la ventana. Lo único que escuchaba era la cuchara repiquetear en el plato y mi propio sonido al tragar. 

Bebí más agua. Después revisé por primera vez en el día el móvil y por puro instinto entré a WhatsApp. Al contacto de Castiel. ¿Por qué? No lo sé. Solo entré. Ya no era su número, lo sabía porque en la foto de perfil había una chica de unos cuarenta años con un perro y sus hijos. Borré su número, porque ya no me iba a servir más.

Lysandro siempre ha sido un madrugador nato. Eran las nueve y le vi aparecer recién duchado, vestido con una camisa de manga corta porque empezaba a hacer calor, y unos tejanos oscuros. 

-¿Qué pasa?-preguntó alarmado al verme sentada en la encimera comiendo cereales.

-¿Qué pasa de qué?

-Si has madrugado es por algo. ¿Hay fuego? ¿Una araña en tu habitación?

-No, me he despertado naturalmente, la verdad. ¿PUEDES APAGAR LA PUTA LUZ?

-¿Ayer bebiste?-dijo mientras presionaba el interruptor.

-Un poco.-confesé. Se me notaba, y Lysandro era un detector de mentiras humanizado.

-¿Pero no te pasaste, verdad?

-No, no bebí mucho. Aunque creo que para mí fue demasiado.-demasiado es que Lysandro no me regañe por eso.

-Ya veo. Leigh se fue a casa de Rosalya anoche, para que no le esperes.-vale, confirmado, Rosalya y Alexy habían preparado lo de anoche para que fuera sola con Armin. ¡Bien, hecho, detective Ainsworth?

-Baia baia.

-¿Qué?-preguntó confuso.

-No, nada. Me acordaba de un meme y lo he dicho en voz alta, jaja.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Ya puestos. ¡APAGA LA LUZ!-AaAaAaAaA.

-Hace ya algún tiempo que conocí a una chica, y bueno...-todos los cereales que estaba a punto de tragar, fueron escupidos brutalmente debido a la impactante noticia.

❤️ Amor Gamer ❤️ (Fanfic CDM Armin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora