La Hermana De Louis Tomlinson.

Capitulo 38

—¿Harry? -habló Simon y luego agitó su mano-. ¿En que piensas tanto? -me preguntó mientras me miraba.

Pestañeé y luego suspiré pesadamente. 

¿No había hablado? ¿No había dicho nada? Mierda, todo lo imaginé.

—¿No dije nada? -pregunté extrañado.

—No, sólo me estabas mirando fijo. -habló serio.

—Oh, lo siento. -me disculpé y me grité por dentro »idiota«.

—Bueno, ya no importa, ahora ya que estás aquí, hablemos de algo que quería mencionarte. 

—Vale, ¿Que cosa? -sonreí de lado.

—Bueno, hablemos del contrato con Kendall. -dijo y se acomodó en la silla.

Maldigo el momento en que acepté ésta basura. No me gusta estar atado a nada y ahora mismo ya siento que me estoy asfixiando.

—Oh -fue lo único que pude decir y mi sonrisa desapareció notablemente.

—¿Qué pasa? -frunció el ceño.

—Simon, es que...

—¿Es que qué? -me preguntó serio, interrumpiéndome ya que no era directo.

—Es que, no creo que el contrato este dando resultado -hice una mueca-. y...

—¿Cómo? ¡Claro que si! -exclamó-. Todo ha sido un éxito. Por eso no debes preocuparte. -me interrumpió y yo mordí el interior de mi mejilla, desesperado.

—Oh... -reí con un falsedad-. ¿En serio? -apreté la mandíbula.

—Si, todo va de maravilla. -dijo entusiasmado.

Cerré los ojos apretando los párpados.
Mierda, mierda, mierda, no me puede estar pasando esto.

—¿Te encuentras bien? -me preguntó.

Suspiré bajo.

—De maravilla -sonreí amplio falsamente. Si no nota mi sarcasmo está bien pendejo.

—Me alegra mucho, entonces como decía, todo va perfecto y estaba pensando que podrías pedirle que sea tu novia en estos días. -apoyó los codos en el escritorio.

—¿Qué? ¿Tan rápido? -lo miré serio.

—Claro, además, es falso así que no veo el problema. -se encogió de hombros.

—Pero... -musité.

—¿Pero qué, Harry? -suspiró de mala gana.

—¿No puedes contratar... A... Otra persona... O famoso..? -susurré.

—¿Qué? Lo siento, no escuché lo que le preguntaste. -se rascó la nuca.

—Mejor -susurré, como el propio cobarde-. No importa, tranquilo, no era nada importante. -sonreí sin mostrar los dientes.

—¿Seguro? -frunció el ceño.

—Si, seguro. -me acomodé en el respaldar de la silla.

—Bueno Harry, aquí ya hablé lo que debía hablar, tu no has hablado mucho y eras el que estaba interesado en venir. -me miró extrañado.

—Uh, cierto -golpeé mi frente con la palma de mi mano-. Es que se me olvidó lo que venia a decirte, estoy seguro de que no era importante -mentí y me encogí de hombros.

Simon es tan cabeza dura que si le digo lo que pensé que le dije igual no iba a ceder. Estoy metido en este lío y nadie puede sacarme.

—Mmm, no me convences. -alzó las cejas-. ¿No tienes nada que decirme?