Capítulo 4: "Los sentimientos siguen creciendo"

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Un par de pelinegros que estaban recostados en una pequeña cama despertaban simultáneamente.

Ya amaneció, dijeron a la vez los pelinegros mientras se sentaban sobre la pequeña cama.

Si, volvieron a decir los jovencitos echando a reír al notar la coincidencia de ambos al hablar.

Antes de irnos de este lugar hay que aprovechar para darnos un baño y cambiarnos de ropa, dijo Gokú mientras se sentaba en el borde de la cama.

Sí, estoy de acuerdo, respondió Milk con una dulce sonrisa mientras se sentaba también en el borde de la cama del lado para donde ella se había acostado.

Ve tu primero, dijo Gokú.

Si, dijo Milk bajando de la pequeña cama para dirigirse al lugar donde había dejado su mochila.

La pelinegra abrió su mochila, saco una toalla, su ropa limpia y unos accesorios de baño, luego se dirigió al servicio higiénico de la habitación mientras el joven de cabello alborotado acomodaba la cama.

Luego de algunos minutos la pelinegra con el cabello húmedo, ya cambiada de ropa salió del lugar y camino hasta el borde de la cama para sentarse al tiempo que el joven de cabello alborotado tomaba su mochila en la mano y se dirigió al servicio higiénico.

Minutos después:

El joven de cabello alborotado salía de un pequeño cuarto ya cambiado de ropa con su mochila al hombro.

Vámonos pequeña, tenemos que ir a buscar algo para desayunar y luego vamos a aquel parque, dijo Gokú con calma.

Si, sabes tal vez en el próximo lugar que nos quedemos lo hagamos por mas días para lavar nuestras prendas, respondió Milk terminaba de atar su cabello.

Si, tienes razón, ya me estoy quedando sin prendas limpias y tú también de seguro, decía Gokú haciendo una pausa para luego decir: Este lugar era perfecto para quedarnos, el pago no es muy alto pero lo malo es que el dueño quiere el pago por anticipado y pues a las justas nos alcanzo para cubrir una noche por ello no podemos quedarnos pues no sabemos si hoy también llegaremos a juntar para pagar por otra noche aquí, por ello es mejor irnos, decía Gokú con nostalgia.

Lo se, respondió Milk al tiempo que la puerta de la habitación donde estaban empezó a sonar.

Toc toc toc

¿Quién será?, dijo intrigada la pelinegra.

Voy a abrir, debe ser el señor Gero por la respuesta, dijo Gokú mientras se dirigía a abrir la puerta.

Si tienes razón, respondió Milk.

A los pocos minutos el joven de cabello alborotado abrió la puerta quedando sorprendido de ver fuera de la habitación al par de gemelos.

¡Buenos días¡ ¿qué tal durmieron?, dijo la rubia sonriendo mientras miraba la joven de cabello alborotado.

Bien, gracias, pensé que era su abuelo, ¿que los trae por aquí?, respondió Gokú con calma mientras la pelinegra con su mochila al hombro se acercaba a él.

¿Es el señor Gero Gokú?, decía Milk.

¡Buenos días hermosa¡ ¡buenos días amigo¡ ¿no me digan que ya se van?, dijo Diecisiete al ver al par de pelinegros con sus mochilas al hombro.

Si, dijeron los pelinegros a la vez.

Pero ¿por qué?, el pueblo es hermoso y ustedes aun no deben conocerlo por completo, decía la rubia.

"Piedras Rodantes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora