Capítulo 32: "Dolorosas verdades: Una promesa de amor"

249 36 6
                                    

(Penúltimo capítulo)

Un par de pelinegros se encontraban sentados en un sofá tratando de sostenerse la mirada mientras hablaban entre ellos.

Milk, lo que te dije sobre la plataforma es verdad, tu me gustas, me gustas mucho, desde que te vi me gustaste la verdad pero yo trate de ignorar ello, trate de reprimirlo, de ocultarlo en lo mas profundo de mi corazón por temor, dijo Gokú siendo interrumpido por la pelinegra.

¿Temor?, pregunto Milk.

Si, temor, temor al amor, temor a no poderte hacerte feliz, temor a sufrir, temor al fracaso, tu sabes parte de mi vida, sabes que crecí en una familia con muchos problemas internos, sabes que no fui un hijo deseado, yo crecí en un hogar en donde siempre se me decían que el amor limita, que el amor trunca tus sueños, tu vida. Yo muchas veces me pregunte ¿por qué me dejaron nacer si sentía que mis padres no me amaban?, ¿por qué ellos seguían juntos si parecían no amarse o es que yo con mi presencia en su vida acabe con el amor que se tenían?, ¿por qué no podían quererme un poco?, ¿por qué no apoyaban mis sueños?, ¿por qué solo pensaban en ellos?, después de tanto formularme preguntas sobre la falta de amor de mis padres llegue a la conclusión que ellos solo me tuvieron por obligación y porque tal vez esperaban conmigo encontrar algún provecho a futuro, por ello huí de casa, por ello escape para ir tras mis sueños, ya no soporte más aquellas discusiones diarias en las cuales mis padres siempre me ponían a mi como el causante de sus fracasos, pero a pesar de que huí de esa vida me lleve conmigo una terrible carga emocional que me limitaba a amar, yo pensaba que mis genes estaban malditos, que yo no sabría amar como mis padres por ello solo me enfoque en las artes marciales, solo en ellas hasta que te conocí aquel día cuando huías de tú casa, tu mirada de tristeza y a la vez temor me conmovió, me recordaste a mi y por ello te propuse que vinieras conmigo, en ese momento tú llamaste mi atención con tú belleza pero yo no podía sentir nada por ti, yo lo sabía, no podía amar pues no sabría como hacerlo además me da miedo fracasar y lastimar a alguien mas, entonces decidí solo verte como hermana pensé que si nos veíamos así no sufriríamos ninguno de los dos, solo te protegería y acompañaría hasta que ambos cumplamos nuestro sueño: "Llegar a la Capital Central, el lugar donde nuestro talento debía ser descubierto" pero con el trato diario mis sentimientos hacia ti iban creciendo tanto que me asustaban a pesar de ello yo siempre trate de ocultártelos, no quería cometer un error contigo, no quería arruinar nuestra amistad con algo que tal vez no dure mucho pues de seguro yo no sabría mantener una relación contigo y solo nos lastimaríamos como mis padres, por ello calle mis sentimientos hacia ti, me conforme con la idea de ser tu amigo siempre y seguir viajando junto a ti hasta alcanzar nuestros sueños pero cuando el campeonato acabo y ambos seguimos nuestro propio camino me di cuenta que no soportaba estar lejos de ti incluso Vegueta lo noto y termine confesándole mi pasado y mis sentimientos hacia a ti, gracias a él comprendí que el amor no puede ser la causante de la infelicidad de alguien, que las cadenas no tienen porque seguir que ellas deben romperse, que de uno depende labrar el destino que desea en la vida, que de uno depende no repetir una vez mas una historia que nos es la correcta, me di cuenta que te amo y lo acepte, lo acepte porque lo que siento por ti es mas fuerte que mis propios temores, entonces decidí esperar a volverte a ver en el campeonato nacional para allí poder hablar contigo y decirte lo que siento por ti, como ya sabes las cosas no salieron como las planee pues ya sabes lo que sucedió sobre la plataforma por mi arrebato, dijo Gokú haciendo una pausa para tomar las manos temblorosas de la pelinegra y decir con voz llena de nostalgia: Milk yo se que tú también has sufrido mucho como yo pero si sientes lo mismo que yo, no crees que valdría la pena intentarlo, no podemos vivir huyéndole al amor.

Lo sé, yo también te amo pero tengo mucho miedo al igual que tú viví en un hogar con muchos problemas de afecto, mi padre se la pasa humillando a mi madre, discutían por cualquier cosa, mi madre siempre me decía que no debo confiar en los hombres que ellos solo se portan bonito hasta que consiguen lo que quieren pero contigo las cosas no fueron así, viajamos muchos meses juntos y tú siempre me respetaste, me cuidaste, estabas pendiente de mi, dijo Milk con voz quebrada haciendo una pausa para decir: Tú también me gustaste cuando te vi, era difícil que no llames mi atención con lo atractivo que eres, cuando me propusiste que viniera contigo simplemente confíe en ti, fue extraño pero en ese momento necesitaba que alguien me ayude a salir de mi pueblo y por suerte esa persona fuiste tú, cuando supe que amabas las artes marciales como yo me sorprendí mucho pues había algo mas que teníamos en común a parte de nuestra desdicha. Con el tratar diario ese cariño especial que yo sabia que sentía por ti cada vez crecía más dentro mi corazón, yo no entendía el por que de ese extraño sentimiento que crecía en mi, yo nunca había experimentado algo así, a veces tenía miedo de mis propios sentimientos, cuando gracias a los celos que Dieciocho me hizo sentir por ti confirme lo que tu despertabas en mi trate de reprimir mis sentimientos, de ocultarlos, por temor, por miedo, yo no quiero sufrir como mamá, yo no quiero que me usen y luego me abandonen como papá lo hizo con mamá, por ello decidí que no podía amar, no podía hacerlo tenia miedo a sufrir, miedo a hacer desdichada y hacer desdichado a alguien más, dijo Milk rompiendo en llanto.

"Piedras Rodantes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora