Un par de jovencitos se encontraban sentados sobre unos cartones en el piso de un garaje tras unos autos platicando.
Qué bueno que el señor nos alquiló este espacio para poder pasar la noche ¿no?, decía Gokú con una encantadora sonrisa.
Si, respondió con seriedad la pelinegra mientras sacaba de su mochila una pequeña manta.
¿Qué te pasa Milk?, desde que venimos de la inscripción estas rara, ¿acaso estas preocupada?, ¿crees que no pasaremos la selección?, decía intrigado Gokú.
Si algo de ello, dijo Milk con calma mientras pensaba: No puedo decirte que me incomoda la manera como esa chica se comporta contigo, no tengo derecho a decirte ello.
Pues no tienes que preocuparte pequeña, es un hecho que pasaremos, somos muy buenos, respondió Gokú.
Si llegamos a pasar le llamare a Dieciocho para comentárselo, dijo la pelinegra haciendo una pausa para luego decir: ¿Es curioso?.
Me parece bien, pero ¿Qué es lo curioso?, dijo Gokú intrigado.
Eres un imán para las rubias, respondió Milk tratando de mantener la calma.
¿Un imán para las rubias?, dijo Gokú confundido.
Si primero Dieciocho y ahora Lunch, respondió Milk lo más calmada que pudo al tiempo que el joven de cabello alborotado sonreía al darse cuenta de a lo que se refería la pelinegra.
Pues no lo había notado, dijo Gokú sonriendo mientras pensaba: Si supieras que a mí no me interesan las rubias sino las pelinegras como tú. Aunque sé que lo nuestro es imposible no quiero arruinar tu futuro como mi padre arruino el futuro de mi madre.
Pues eres muy despistado, respondió la pelinegra con molestia mientras se acostaba sobre los cartones al tiempo que se cubría con su pequeña manta.
¿Estas molesta?, dijo Gokú acercándose a la pelinegra mientras recorría con su mirada el rostro de la jovencita.
No hagas eso, dijo Milk tapándose la cara con su mochila.
¿Por qué?, no estoy haciendo nada malo, solo quiero ver si estas molesta, es todo, respondió Gokú sonriendo.
No, no estoy molesta, ahora ve a tu lugar, me incomodas, dijo Milk con calma mientras permanecía con su mochila sobre su rostro.
¿Te incomodo?, pregunto Gokú confundido.
Si, acaso ¿yo a ti no te incomodo cuando te cuestiono algo?, dijo Milk con molestia.
Pues sí pero......., decía Gokú siendo interrumpido por la pelinegra.
Ya estás en el lugar que te corresponde, recuerda que tenemos que dormir temprano para mañana estar a primera hora en ese coliseo que nos dijeron, decía la pelinegra mientras bajaba de a pocos la mochila de su rostro al tiempo que el joven de cabello alborotado se acostaba en el lugar que le correspondía.
Si tienes razón, ¡buenas noches¡ decía Gokú.
¡Buenas noches¡ respondió la pelinegra mientras ya con la mochila a un costado de ella miraba a sus apuesto amigo acostado en el lugar que le correspondía dándole la espalda.
La pelinegra solo suspiro ante ello y cerro sus ojos. A los pocos minutos presa del cansancio se quedó profundamente dormida al igual que el joven de cabello alborotado.
Al día siguiente:
El ruido de una puerta enrollable hizo que el par de pelinegros despertaran simultáneamente al tiempo que escuchaban: Jovencitos, ya tienen que irse.
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"Piedras Rodantes"
RomanceEllos decidieron romper las cadenas de la desdicha y el dolor huyendo de sus casas para ir en busca de su sueño y poder sentir que su vida tenía un valor. El destino hará que sus caminos se crucen, desde entonces ambos emprenderán juntos un nuevo c...