Los ojos del espejo I

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—Que suerte la tuya.— murmure.

Le tenia envidia porque cuando ella cerraba sus ojos, sabia yo, que el mundo entero desaparecia y los problemas eran olvidados casi borrados de su memoria, y los gritos de aquellos que no descanzan en sus tumbas eran nada en sus oidos sordos, sentia envidia de que ella me mirara con tanta intencidad sabiendo que estaba inquieta y nerviosa, asustada e intranquila, con ganas de correr y llorar, porque la realidad, la vida, las personas a mi alrededor me estresan; pero ella con su mirada profunda y vacia no hacia mas que mirarme y cuando se cansaba de mi agobio cerraba los ojos, para ya no reflejar los temores de mi ser, para no tener que mostrar una expresion tan lametable como la que suelo hacer, y entonces, cuando los volvia a abrir ella lucia completamente renovada e incluso me sonreia.

—Esta bien.—me consolaba—Todo estara bien, calmate.

Sentia que no podia gritar frente a aquel sereno rostro pero siempre le conteste, quejandome de todos mis males y mis problemas, siempre expuse ante aquel rostro perfecto y palido que nada estaba bien, que me sentia mal, que estaba triste y queria llorar, pero por mas que intente hacer cambiar su expresion, aquella fria mirada que fingia comprenderme no cambiaba.

—No ves, eso es lo que pasa.—dijo en alguna ocasion, con su mirada puesta al horizonte, pensando que el mundo entero es demasiado simple para su comprension y por ello es aburrido.

Siempre odie que mirara a todos de esa forma, analizandolos durante un par de minutos, siempre en silencio, decidiendo si le eran utilez, si eran interesantes, si valian su tiempo y esfuerzo, pero al final volteando desinteresandamente a mirar a otro lugar, mas haya de mi alcance y comprension, como anelando algo.

—Estamos en el mismo barco despues de todo.—murmure cada vez que la vi quedarse esperando que algo ocurriera al observar el horizonte.

Ella casi nunca me respondio, pero su semblante se ensombrecia casi como si fuese capaz de llorar.

—Quizas...ya deberia dejar de soñar.—murmuro.

No entendi sus palabras hasta que un dia, al despertar, al comenzar mi mañana, al estar pensando en los deberes que tenia para aquel dia y mentalizarme lo dificil que seria sobre llevar todo. Al esperar que ella estuviera junto a mi, no vi a nadie.

La busque durante mucho tiempo, la llame y estuve a espera de una señal suya por mas de lo que recuerdo, pero no volvio.

Y dudo que alguna vez ella vuelva.

Ahora entiendo que ella no era mas que el pasado del que decidi deslindarme, ella era aquella persona que yo fui, ella estaba atrapada, quizas para acompañarme, quizas para molestarme, en una dmension tan cercana a mi que no podia ignorarla, una dimension donde podia verlo todo, observar en silencion, ser observada sin que pudiera ser siquiera alcanzada por las palabras, un lugar donde todos nos vemos sin poder apreciarnos.

Aun apesar de que mi opinion sobre ella fue dura y siempre la senti como un terrible peso a mi lado, algunas ocasiones yo tambien miro al horizonte esperando que quizas, un dia, ella vuelva.

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