Son las ilusiones el alimento del amor y la felicidad ya sea momentánea o eterna...
Charlotte Maguire.Se giró a verme mientras yo me acercaba de nuevo al auto y sin esperar más me subía.
Enarcó una ceja al verme pero no dijo nada.
—Podemos ir a cenar —dije un tanto insegura—. Esta vez invito yo.
Me miró unos segundos en los que creí que me diría que no pero finalmente con un suspiro arrancó y condujo.
—¿A dónde quieres ir? —preguntó con seriedad.
—A donde sea que podamos hablar y que yo pueda pagar —respondí y él solo asintió.
Condujo solo unos minutos antes de aparcar frente a un restaurante modesto de donde bajó de inmediato y me ayudó a salir para que ingresáramos.
Fuimos atendidos y nos sentamos.
Ordené mi cena y después él, antes de que nuevamente el silencio reinara.
—¿Y bien? —dijo mirándome.
—Lamento lo del sábado —dije agachando la vista—. De verdad lo lamento.
—Ya te he dicho que no tienes que darme explicaciones sobre eso —respondió—. Charlotte...
—Por favor deja que me explique —dije tomando su mano—. Lo necesito.
Asintió con una suspiro resignado.
—Lo que dijiste, eso de que estás desilusionado —dije mirando hacia otro lado—. Yo también me siento desilusionada de mí misma. No debí ceder y me avergüenzo de ello. No debí ceder a la presión de mi hijo y mucho menos soportar y permitir que Cody lo use para manipularme, tampoco debí mentirte, tenía que haber sido sincera.
—Charlotte —dijo levantando mi barbilla—. Me enojé y mucho cuando supe que me mentiste, pero mi desilusión no fue porque cediste sino porque me gustas y su vuelta trae y me resta oportunidades. Es todo. No soy la clase de hombre al que le gusten los triángulos amorosos prefiero guardar mi distancia y evitar problemas. Si quieres volver con él, está bien pero no juegues conmigo porque eso sí va a enfadarme mucho. Ni tú ni yo somos unos adolescentes, al contrario somos adultos y podemos hablar claramente y sin tapujos. No me gustan los juegos y creo que he sido lo suficientemente honesto y claro en cuanto a lo que quiero y espero. He dejado claras mis intenciones pero exijo el respeto que voy a darte y si no puedes hacerlo entonces dímelo claro, si no te intereso o crees que no va a pasar nada también hazlo saber, no voy a enojarme ni a reclamar. Me lo dices y no pasa nada, ya está, nos olvidamos de esto y asunto solucionado. Háblame con la verdad siempre.
Escuchar cosas como esas me hacía cuestionarle por qué yo no había conocido un hombre así antes y por qué me había dejado encandilar por el primero que se me acercó.
Tal vez había sido la razón por la que dependía tan fuerte de Colin, porque me faltaba mundo, porque no conocí a otros chicos ni tuve amigos. Las prohibiciones de Colin alegando celos siempre fueron estrechas y provocaron que me alejara de otros hombres idealizándolo y provocando todas mis inseguridades.
—No voy a volver con él —declaré segura de lo que decía—. No lo haré porque por fin he dejado de verlo como perfecto, porque ya no lo extraño, ya no pienso en él ni lloro porque no está conmigo. Por fin he comprendido que valgo mucho más de lo que él me ha hecho saber siempre y que merezco todo de la vida.
Me miró serio sin decir nada.
—Sé que cedí ante mi hijo pero no pienso ceder más porque sé que intentará usarlo —continué—. En cuanto a lo demás no sé qué decir, no sé si me gustas porque jamás me había sentido así, pero no me gusta verte enojado conmigo, me gustan tus detalles, me gusta que seas como eres conmigo pero no sé si eso es suficiente para decir que me interesas más allá de una amistad.
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Si decido quedarme
ChickLitCharlotte Johnson ha pasado los últimos diecisiete años de su vida viendo matrimonios desmoronarse, hijos descarrilarse y ella se pregunta el porqué, sobre todo cuando ella tiene un hijo modelo, un esposo admirable y un matrimonio ejemplar. Con...