Capítulo 30

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Amar más allá de la comprensión no es un sacrificio sino la completa entrega del alma a un sentimiento que debería gobernar al mundo

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Amar más allá de la comprensión no es un sacrificio sino la completa entrega del alma a un sentimiento que debería gobernar al mundo...
Charlotte Maguire.

La tarde pasó entre miradas de resentimiento que todas me mandaban y yo trataba de aguantar.

     Los murmullos no se hicieron esperar entre ellas y cada vez subían más de tono. Palabras como zorra, puta, robahombres, maldita, perra entre otras resonaban cada que yo pasaba cerca.

    Decidí no hacer caso a las provocaciones hasta que vi a Aiden ir rumbo a la sala de juntas y algunos minutos después a Margaret.

     Llevaba varios minutos dentro con él y decir que no tenía curiosidad por saber lo que estaba pasando sería absurdo.

     Las inseguridades nuevamente me atacaban y verla a ella tan joven y bella me hacía pensar que en cualquier momento Aiden se aburriría de la mujer gorda, llena de inseguridades y problemas que era yo.

     Me obligué a relajarme antes de que se formaran más telarañas en mi cabeza; sin embargo, media hora después ninguno salía y yo estaba que me trepaba por las paredes.

—Parece que hay reconciliación —dijo Sally con veneno entrando a mi cubículo junto a Milli—. A lo mejor alguna largartona se queda sin su minita.

—Seguro que sí —dijo Milli—. Seguro alguna zorrona deja de vivir junto a su bastardo del dinero de otros además de que deja de meterse en relaciones ajenas. 

—¡Ya estuvo bien! —grité al verlas despotricar contra mí—. No voy a permitir que sigan hablando así de mí por las intrigas de esa mentirosa.

—No sé qué les ha dicho pero les aseguro que para nada es cierto —dije contiendo la rabia—. Esa mujer es una mentirosa y no voy a permitir que siga abusando de mí con sus intrigas.

—¡Nosotras mismas hemos visto que ellos están juntos! —gritó una de las chicas.

—¡Eso es mentira! —grité tratando de convencerme a mí misma—. Aiden no está con ella porque tiene una relación conmigo.

    Las risas colectivas y crueles de las que antes de habían hecho llamar mis amigas me pusieron incómoda y llorosa.

—Pobre —dijo una de ellas—. Es posible que te creas tus mentiras.

—Eres una tonta que se cree sus mentiras pero todas nosotras hemos visto que ellos mantienen una relación.

—Mientes —dije al borde del llanto—. Él no es así y ni siquiera sé por qué estoy discutiendo con ustedes esto.

—¿De verdad crees que vamos a creer que el jefe siendo tan guapo se va a fijar en una vieja flácida y fea? —preguntó una de las chicas—. Solo míranos y mírate, somos jóvenes y bonitas. Donde nosotras vamos llegando para ti ya es la salida.

Si decido quedarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora