Capítulo 34

16.9K 2K 192
                                    

En una noche completamente oscura, algún lucero debe brillar aún cuando no lo esperemos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En una noche completamente oscura, algún lucero debe brillar aún cuando no lo esperemos...
Charlotte Maguire.

Los dos primeros meses después de mi ruptura con Aiden habían llegado y con ello la comprensión de muchas de las cosas que había dicho y que antes solo me parecían frases rebuscadas y bonitas.

    En dos meses había descubierto que yo además de buena cocinera, buena vendedora, buena amiga, hija, madre y mujer era también muy bonita.

    Durante los primeros días me propuse levantar mi espíritu, leí mucho, para sentirme menos ignorante, me involucré en lecturas de todo tipo, me esforcé por comprender y sobre todo me leí algo que me hiciera entender la belleza.

    No es un concepto social ni un estereotipo, yo era una mujer bella y punto, era bella porque me sentía así, porque era feliz y no porque el estándar lo dijera.

    Con los días aprendí que si para Colin no fui suficientemente bonita no fue un problema mío sino suyo, que yo seguía siendo la misma Charlotte y que merecía ser feliz con o sin un hombre a mi lado; al único hombre que necesitaba a mi lado era a Cody.

    Mi vida había cambiado mucho en dos meses. Por un lado el préstamo solicitado se me había dado y aunque lo pagaba por ahora con mi sueldo porque aún no terminaba de comprar el mobiliario para mi pequeño negocio sabía que me iría bien.

    Poco a poco lo había ido equipando y lo mejor de todo es que no pagaba una renta de vivienda aparte, era lo suficientemente grande para pudiéramos vivir en la parte trasera y en la delantera puse una pequeña instalación con permiso del dueño para poner una cocinita y las mesas de la fonda.

     Solo faltaba una semana para dar inicio así que cada tarde mi hijo y yo nos dedicábamos a trabajar duro en la decoración.

    También se había solucionado el problema del internet ya que el alquiler lo incluía y con ello tuve un peso menos.

     Elinor no cabía de felicidad al escuchar todo, le gustaba colaborar pero lo cierto es que lo suyo no era ni la fontanería ni la decoración así que solo nos ayudaba con la limpieza.

     Todo iba perfecto y aunque solo faltaban dos mesas y el juego de sillas  no podía negar que estaba muy ilusionada.

     En cuanto a mi divorcio hacia más de mes y medio que tenía la constancia y ahora era una mujer completamente libre.

     Mi hijo ahora era un chico con muchas responsabilidades en casa que antes habían sido solo mías.

     Las noches se las pasaba en internet y había sido de ahí de donde obtuvimos muchas ideas sobre la decoración.

     Mi madre decía que Cody no debería estar decorando manteles ni servilleteros porque eso era trabajo de niñas pero desde hacía tanto que ambos no escuchábamos esos comentarios.

Si decido quedarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora