Es la decepción el mayor de los venenos para el alma...
Charlotte Maguire.—Mamá por favor —insistió—. Solo hoy, por favor. Yo quiero estar una noche con los dos.
Apreté los dientes sabiendo que no dejaría de insistir y finalmente cedí.
—Tú ganas —dije mirando a Colin—. Vamos a salir hijo pero dame unos minutos para cancelar.
Miré a Colin sonreír y afirmar que me esperarían en el auto.
Tomé el celular y marqué el número de Aiden pensando en qué excusa daría.
Apenas contestó guardé silencio.
—¿Estás bien Charlotte? —preguntó al no obtener respuesta.
—Sí, sí, es solo que llamaba para disculparme pero no podré ir.
Hubo un silencio al otro lado de la línea que me dejó claro que se había incomodado.
—¿Es por lo de anoche? —inquirió—. Si es por eso te aseguro que no...
—No, no es así —interrumpí—. En realidad me he sentido un poco mal, creo que me he resfriado y no me siento bien, tal vez podamos dejarlo para otra ocasión.
Me reprendí por usar una excusa tan barata pero justo en ese momento nada más se me ocurría.
—¿Necesitas un médico? —dijo alarmado y me maldije—. Si quieres voy por ti y te llevo al doctor.
—No, no. —Me apresuré a decir—. Me he tomado ya una pastilla y solo quiero dormir y descansar.
—Entiendo —respondió—. No te preocupes, podemos dejarlo para otro día y si te sientes mal puedes llamarme a cualquier hora.
Me sentí tan mal de escucharlo pero no dije nada más solo agradecí el gesto y colgué.
Me quedé mirando al frente frustrada y enojada por lo que acababa de pasar.
Me puse de pie e inmediatamente salí furiosa con Colin.
Me subí al auto y no pude evitar ver a mi hijo. Estaba completamente ilusionado y aunque no hice ningún comentario en el fondo quería asesinar a Colin.
Condujo mientras mi hijo no podía parar de hablar sobre una y mil cosas, parecía el niño chiquito de antes cuando viajábamos de vacaciones.
No dije nada mientras Colin conducía y finalmente aparcó frente a un restaurante caro, de esos que nunca había visitado con él en todos nuestros años juntos.
Bajó del auto y nos incitó a bajar, ni siquiera abrió la puerta.
Ahora después de observar que habían hombres caballerosos y condescendientes con nosotras todo lo que Colin hacía me parecía tan repugnante y tan desagradable.
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Si decido quedarme
ChickLitCharlotte Johnson ha pasado los últimos diecisiete años de su vida viendo matrimonios desmoronarse, hijos descarrilarse y ella se pregunta el porqué, sobre todo cuando ella tiene un hijo modelo, un esposo admirable y un matrimonio ejemplar. Con...