Capítulo 4.

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-¿de verdad pasó todo esto hoy?-

Miranda estaba extendida en el sillón con la las piernas reposando en las piernas de Clay, ambos ya se habían cambiado la ropa de Vaselina, Clay tenía una laptop gris abierta sobre las piernas de Miranda y miraba la pantalla pensativo.

-parece que sí- respondió Clay sin separar la vista de la pantalla.

-¿qué estás haciendo?- preguntó Miranda sentándose para ver la computadora.

-nada- dijo Clay cerrando un poco la tapa para que Miranda no viera la pantalla.

Miranda entrecerró los ojos y le arrebató la laptop. Había una página de compras farmacéuticas abierta en la pantalla con una lista de medicamentos en ella. Miranda observó a Clay.

-¿ya no tienes?-

-no- respondió él inclinándose hacia adelante para tomar su mochila, la tomó y sacó un frasco de uno de los compartimentos, el bote solo tenía una pastilla -ésta la usaré mañana- dijo entregándole el frasco-

-tendremos que ir por más- dijo Miranda viendo el bote.

-¿y si no es necesario?- inquirió el chico abriendo los ojos -¿y si ya estoy curado?-

-¿te sientes curado?- preguntó Miranda mientras dejaba la laptop en la mesita de centro.

Clay recargó su cabeza en la parte trasera del sillón -hoy vimos muchas cosas- dijo lentamente mientras veía el techo -todas esas imágenes. ¿No te hacen pensar que hay cosas más importantes que una depresión?- Miranda no respondió, así que Clay siguió hablando -hoy descubrimos que hay gente que depende de nosotros-

-pero somos unos niños Clay- dijo Miranda revolviéndose el cabello con cansancio.

-¿y qué podemos hacer?, Miranda. Esto es lo más absurdo que haya escuchado en toda mi vida. Pero es real. Esto existe-

-yo no puedo con esto- dijo Miranda levantándose del sillón.

Clay se levantó del sillón -¿y solamente vas a darle la espalda a todo esto?-

-¡yo no estoy lista para esto, no estoy lista para que alguien cuente con migo!- Miranda respiró y se dio cuenta de que había estado gritando. Vaciló un momento y se encaminó hacia las escaleras para por fin meterse en su cuarto.

Clay esperó unos minutos antes de tocar la puerta de Miranda. No hubo respuesta.

-¿Miranda?- llamó mientras se recargaba en la puerta y pegaba su frente a la madera -yo tampoco estoy listo- se dio la media vuelta y bajó para tomar su chaqueta, sus llaves y salir de la casa.

Las llamas eran altas, la casa se estaba incendiando, los gritos aturdían los oídos de Jack mientras que éste hacía un intento desesperado por entrar. Se sentía tan cerca y tan lejos. Podía sentir el calor del fuego pero no podía quemarlo. Entre las llamas unos desesperados ojos esmeralda lo veían pidiendo auxilio. Sus labios no despedían sonidos pero los movía pronunciando un nombre. Jack.

-¡Jack!- gritó Tom mientras éste saltaba de una pesadilla. Estaba sentado en el sillón. Se había quedado dormido viendo "El Dorado" con Tom. Todo había sido un mal sueño.

-¿qué?- preguntó Jack espantado por el grito.

-te estabas quejando- respondió Tom viéndolo con una verdadera cara de preocupación.

Jack se apretó la frente con la mano -fue una pesadilla. No te preocupes-

-¿qué soñaste?-

-con… Miranda- respondió Jack recordando los ojos verdes y el cabello rojo.

LOS 4 ELEMENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora