Capítulo 14.

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Alex puso su maleta en la cama con cansancio. Había sido sofocante subirla por las escaleras, la maleta era más grande que su torso y tal vez más pesada que él mismo. Una vez que quitó los seguros, la abrió. Las cosas se habrían visto más ordenadas de no ser por el viaje ajetreado que ésta había tenido. Ahora todo el contenido se veía entre revuelto y ordenado. Había varias mudas de ropa, objetos personales y útiles escolares. Él abrió uno de los compartimientos de la maleta y de ahí sacó un papel. Al abrirlo, el folleto de un crucero Europeo apareció mostrando imágenes de familias con padres e hijos abrazados disfrutando de las comodidades de un elegante  divertido crucero. Un crucero cancelado. Alex soltó un suspiro de total enojo y frustración, arrugó el papel contra la pared y este se deslizó de tras del respaldo de la cama. Entonces se escucharon un par de golpes en la puerta.

-¡pasa!- gritó Alex suponiendo la llegada de su prima.

Alice entró dando brinquitos y se sentó en la cama -¿y?, ¿vamos a salir o qué?-

-¿deberíamos?- preguntó él tranquilamente mientras vaciaba el contenido de la maleta.

-¡claro que sí!, estás aquí con migo. Tenemos que salir a festejarlo- terminó  Alice moviendo los hombros rítmicamente.

Alex sonrió y respondió sin dejar de trabajar -no creo que se pueda. Mañana hay escuela-

Alice alzó las cejas asombrada -¿vas a empezar clases mañana?, ¡pero es Miércoles!, ¡supuse que irías a la escuela pero creí que por lo menos entrarías hasta el Lunes!-

Alex negó con la cabeza -no quiero estar solo aquí. Sabes que no puedo quedarme quieto-

Alice suavizó su mirada y se inclinó sobre la maleta para ver a los ojos de Alex -¿quieres hablar de algo conmigo?-

-no- respondió Alex con la voz tan relajada como el rostro.

-¿seguro?-

-Alice- dijo Alex en un suspiro -estoy bien. Saldremos el sábado, y haremos lo que quieras, ¿está bien?-

Alice lo meditó un momento -mmm, ¿lo que yo quiera?-

Alex entrecerró los ojos -pero que no sea ilegal-

-está bien- dijo Alice poniéndose de pie y caminando hasta la puerta.

-espera- la detuvo Alex -¿no me vas a contar tus planes?-

-ya te enterarás- respondió Alice sonriendo. Alex le devolvió la sonrisa y siguió desempacando. Alice estaba a punto de cerrar la puerta, pero de último momento se asomó una última vez -Alex- lo llamó haciendo que éste levantara la mirada -en serio. Sabes que puedes confiar en mi ¿verdad?-

Alex respiró hondo disimuladamente -claro que sí. Estoy bien, en serio-

Alice sonrió poco satisfecha. Había escuchado una respuesta positiva. Pero por alguna razón sabía que era una mentira. Pero sabía que no habría más respuesta que esa, así que prefirió dejarlo solo y cerrar la puerta. Alex escuchó a Alice marcharse por el pasillo y aprovechó para sacar todo el aire contenido. Por ultimo solo quedó una cosa en la maleta, al tomarla sintió el peso de la pequeña mochila negra. Sostuvo la mochila en sus manos, era muy pequeña, y al abrirla la videocámara plateada destelló frente a él.

Levantarse, ir a la escuela, abrir la biblioteca y esperar que los chicos llegaran. Era una rutina a la que André podría acostumbrarse. André caminaba por los pasillos que llevaban a la biblioteca hasta llegar a las grandes puertas. Su primera impresión fue desconcertante y al mismo tiempo sintió un botón en su interior oprimiéndose y alertando un ataque. La puerta estaba abierta y el día anterior la había cerrado con llave. Estaba seguro. La abrió un poco más para introducirse sigilosamente, no se molestó en cerrar la puerta, sí esta hacía ruido, (y hacía mucho), quien estuviera dentro sabría que él había llegado. Pensaba en caminar por cada uno de los pasillos buscando al intruso pero apenas se había asomado al primer pasillo cuando un ruido seco sonó, era el sonido de un libro cayéndose, André caminó despacio hasta el lugar donde provenía el ruido y contando, 1… 2… 3… saltó al ataque, por respuesta un grito agudo de terror invadió la biblioteca. André tampoco pudo evitar gritar por la sorpresa. Bárbara estaba parada frente a él con un libro entre los brazos y un rostro que intentaba relajarse.

-¡dios… no haces ruido!- dijo ella respirando hondo y usando el libro como escudo.

-¿qué haces aquí?- preguntó André calmando su pulso -¿cómo abriste?-

Bárbara se balanceó inocentemente sobre sus talones, no le llegaba ni a la ceja, de pronto sacó las llaves de su bata -mi padre es el director-

-¿y él lo sabe?-

Bárbara arrugó la cara -bueno… es mi padre. Se supone que tiene que saberlo-

-me refiero a que si sabe que estás aquí- dijo quitándole las llaves de entre los dedos -¿si quiera tienes permiso?-

-admito que sería una buena venganza que se lo dijeras. Ya sabes, por lo de la clase del señor Smith- 

André recordó el momento acaloradamente -no creo que sea necesario. Trabajas aquí. ¿Necesitabas algo?-

Bárbara volvió a recargarse en sus talones. Si había una habilidad extraordinaria en Bárbara era que podía verse hermosa en zapatos de enfermera. Ya quisiera verla balanceándose así en tacones altos. -algo así- dijo ella -Quería hablar contigo sobre lo que pasó en esa clase. Me parece que fui algo…-

-¿ruda?-

-sí, eso funciona y suena mejor que lo que pensaba-

André sonrió -está bien, no fue nada-

-no, escucha- lo detuvo ella dejando el libro que sostenía en un espacio vacío -es que es… difícil, ¿entiendes? Yo no soy la viva imagen de un adulto respetable. Necesito que me respeten. Y realmente no soy así pero, es necesario cuando trabajas con adolescentes. Un paso en falso y caes en sus juegos y por ultimo terminas tomándote tragos con ellos en un bar corriente y adiós respeto-

André asentía lentamente sin dejar de ver a Bárbara a los ojos, cuando esta terminó de hablar él le extendió una mano con sus ojos luminosos y su reluciente sonrisa -André-

Bárbara parpadeó perpleja -¿disculpa?-

-me parece que lo ideal es empezar de cero, ¿no te parece? Entiendo lo que quieres decir. Eres joven, bonita y tu hermana estudia aquí, es entendible que necesites dar una fachada dura para poner tu línea. Pero… supongo que algunos pueden cruzarla ¿no?-

Bárbara frunció los labios, su mente se debatía entre dos cosas. Podía simplemente pedirle disculpas a André y seguir con una fachada frente a todos los rostros (excepto Alice). O dejar que un extraño cruzara su línea para volverse en probablemente el único ser adulto de más o menos su edad con el cual ser ella misma… al diablo. Bárbara extendió la mano y la estrechó con la de André –Bárbara- dijo ella sonriendo.

André sonrió aún más -bien-con la otra mano libre revisó su reloj de muñeca -sabes, no creo que lo chicos nos necesiten a ti o a mí por un rato. ¿Te gustaría tomar un café?-

Bárbara no lo pensó mucho -sería un placer-

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Emmmm.... me tardé? xD Lo siento. Y sé que esto es demaciado corto. Pero ya había personas que querían colgarme en serio. No me iba a arriesgar xD

Ahora que ya voy a estar más libre por aquello de las "vacaciones" de invierno me parece que podré subir más y consentrarme un poquito más en mi historia. Espero que les haya gustado. No olviden votar y comentar. Bye!! ^_^

LOS 4 ELEMENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora