Capítulo 27.

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Que el club de comunicación cerrara no era muy importante para Alex en aquél momento, de hecho no podía importarle menos, y algo le decía que Alice y sus poderosos amigos pensaban igual. Acababa de descubrir que no llamar la atención era más fácil de lo que hubiese creído, y seguirlos por toda la escuela sin ser visto se estaba volviendo tan fácil como respirar. Había llegado a seguirlos hasta la biblioteca, pero tardaron tan poco en salir que casi lo habían descubierto y tuvo que poner más distancia, y ya en eso, tomar un descanso, suponía que se lo merecía ya que a pesar de la paliza que llevaba encima por culpa de Rayan no había parado de seguirlos en todo el día. Cuando entró al baño no le quedó otra alternativa más que ver el ojo morado que por lo menos no estaba tan hinchado como al día siguiente de la fiesta. Había tenido que explicar aquello como un altercado con un adolescente ebrio, pero había evitado por todos los medios dar más detalles acerca de la persona, no por miedo a Rayan, sino porque realmente no quería perder el tiempo dándole vueltas al asunto. Justo comenzaba a palparse el ojo cuando notó la presencia de alguien de tras de él, el perfume le hubiera dicho quién era sin necesidad de haberla visto por el espejo.

-es el baño de chicos. Por si no lo sabes- dijo Alex dándose la vuelta.

Jessica sonrió y se cruzó de brazos -¿admirando tu belleza, Alex?-

Alex no estaba de humor para tratar con Jessica en esos momentos, pero de alguna forma discutir con ella lo hacían sentir más ligero, como si todo hubiera vuelto a la normalidad, como si no tuviera ordenes de traicionar a su prima y a sus amigos.

Alex se encogió de hombros -no precisamente. Verás... una bruja loca mandó a un simio a hacerme esto- dijo señalando a su ojo morado.

Jessica no perdió la sonrisa cuando contestó -debiste haberte portado muy mal. Me da lástima que un rostro tan bonito esté en ese estado, ¿pero por algo pasan las cosas cierto?-

Alex sonrió -tienes razón. Yo diría que fue el karma. Unos cuantos golpes por rechazar a una pobre chica insegura. Me lo merecía-

Jessica entrecerró los ojos al mismo tiempo que su sonrisa se crispaba. Alex comenzó a avanzar para salir del baño cuando la mano de Jessica lo detuvo sujetándolo del pecho para que no avanzara. Alex la miró a los ojos. Eran verdes y hermosos, tenía que admitir. El problema era, que aquellos no eran los hermosos ojos verdes que él no habría tenido problema en seguir amando. Estos no eran dulces y esperanzadores. Eran oscuros y codiciosos. Y las palabras que salían de su boca despedían tanto veneno que no era difícil creer en ellas.

-te vas a arrepentir de esto... lo sabes. Haré que pagues-

Alex la miró una última vez y dijo sus últimas palabras antes de salir de aquél lugar -ya veremos-

Salió por el pasillo con un paso tan firme que el pararse en seco al escuchar la vos de Bastián casi lo hizo caer, y tuvo que disimular para no parecer el único loco que escuchaba voces salir de cada sombra proyectada en el pasillo.

-creí haber dicho... sin distracciones... no pierdas el tiempo... con niñerías-

Alex gruñó entrando a la primera aula vacía que encontró. Una vez adentro pudo hablar en vos alta a la nada.

-tengo una vida- siseó molestó dirigiéndose a ningún lado en específico -tengo mis propios problemas. He estado siguiendo a los elementos todo el maldito día sin conseguir nada útil. No me presiones...- apenas había terminado de decir aquello cuando sintió esa horrible corriente a través de su cuerpo. Como un potente escalofrío que lo hacía perder el aliento. No sabía qué era, ni como era que Bastián lo hacía, pero comenzaba a odiarlo.

-cierra la boca... y piensa... no te concentres... solo en ellos-

Alex frunció el ceño dándose cuenta de que también tendría que vigilar a "André", después de todo él tenía el principal acceso al portal. Y él tenía los libros... libros.

LOS 4 ELEMENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora