Capítulo 28.

178 14 5
                                    

Jack no era capaz de ver su propia mano frente a él. Avanzaba ciegas, y por cada paso que daba, podía sentir una extraña densidad en el aire, como si estuviera atravesando una extraña cortina de poder. Sentía el peso de esta misma sobre sus hombros, y antes de dar un paso más sintió el terrible dolor de algo atravesando su corazón.

El terror del sueño hizo a Jack dar un brinco en la cama con una mano en el pecho. Había sentido todo tan real que aun podía sentir la sangre escurriendo en su playera, y tuvo que encender la lámpara para quitarse de encima el nerviosismo de un ambiente lúgubre, en ese momento Tom llamó a la puerta.

-¿Jack?- preguntó asomando apenas media cabeza -¿estás despierto?-

Jack respiró hondo haciendo a un lado el sentimiento de muerte con el que había despertado -sí, ¿qué pasa?-

-no puedo dormir- admitió el menor aún desde la puerta.

Jack sonrió levemente. Le había costado un par de noches dormir sin escuchar la respiración pesada de su hermano durmiendo a menos de un metro de distancia. Pero Tom había podido dormir perfectamente hasta aquél momento. Jack hizo un espacio en su cama invitándolo a subir, lo cual el otro no tardó en hacer.

-¿te desperté?- preguntó Tom una vez a lado de Jack.

-no. De hecho tuve una pesadilla-

-¿sobre qué?-

-no lo sé- respondió Jack inquieto -fue muy raro-

-¿viste a alguien ahí?- preguntó Tom de forma natural.

-no... todo estaba oscuro. No podía ver nada-

Tom se sentó levemente en su lugar -¿te sentías bien?-

Jack parpadeó viendo hacia la lámpara de noche -no. Me sentía bastante sofocado. Pesado. Algo angustiado también- tal vez en otras circunstancias Jack hubiese dejado de hablar. En cualquier otro tiempo le hubiera restado importancia, y jamás hubiese profundizado esa plática con su hermano. Pero desde que sabía que sus sueños podían ser más que eso, no podía evitar ponerse nervioso. Y hablar con Tom solía ser tan tranquilizante que no podía evitar hablar con él sobre ello.

Tom torció la boca -¿tenías miedo?-

Jack lo pensó muy detenidamente. No era ajeno al sentimiento del miedo. Lo había sentido en varias ocasiones, ante varias situaciones, y una gran variedad de cantidades. Pero era extraño. En el sueño había sentido miedo, pero solo por un momento, y justo cuando su corazón había sido atravesado, en el momento de sentir su muerte, no había sentido miedo. Incluso se había sentido...aliviado. Darse cuenta de aquello solo lo hizo sentirse más inquieto. Jack notó la mirada de Tom sobre él, aun esperaba su respuesta.

-no- respondió al final intentando componer una sonrisa -no le tengo miedo a la oscuridad, Tom-

Tom volvió a recostarse en su lugar -pues deberías- concluyó abrazando una almohada.

Jack lo miró no menos inquieto que antes -¿por qué lo dices?-

Tom se encogió de hombros con los ojos cerrados -creo que el miedo a la oscuridad es razonable-

-¿por qué?-

Tom soltó un largo bostezo antes de responder -porque no puedes ver lo que hay en ella- y con eso se quedó dormido.

Jack se quedó despierto hasta tarde esa noche. Pensando muy seriamente en por qué esa última respuesta le sonaba tan familiar, y por qué lo tenía tan inquieto.

LOS 4 ELEMENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora