Amor A Puertas Cerradas

No siempre se obtiene lo que se desea

Los trajes de ambos novios se tiñeron de sangre, causando los gritos horrorizados de toda la concurrencia, y Bucky, Natasha, Pepper, Happy y Rhodey corrieron a socorrerlos. 

Ambos cayeron de rodillas y se sujetaban a la altura del abdomen, mientras Rumlow reía desquiciadamente y los veía con burla.

--en verdad creyeron que podrían salirse con la suya, imbéciles. Fueron muy ingenuos al creer que podrían deshacerse de mi. En verdad creyeron que los iba a dejar en paz, pues no, y ahí esta el resultado de su ingenuidad- les dijo en un tono burlón y risueño, mientras se acercaba con lentitud. -hay, Steve, es una lastima, eres tan hermoso y en verdad deseaba tenerte para mi... como mi puta, pero elegiste al imbécil de Stark y mira las consecuencias, vas a morir desangrado y sin haber podido lograr nada en tu vida. Bueno, si lograste algo, ser la puta de Stark- dijo para luego carcajearse. -y que hay de ti, Stark... en verdad toda tu vida fuiste tan patético e inútil. Durante años fuiste la vergüenza de tu padre, fuiste acogido por tu padrino, quien aprovecho la primera oportunidad que pudo para traicionarte, y mira, gracias a él llevas en tu pecho ese reactor y la metralla que amenaza con acabar tu vida... aunque de nada sirvió, porque los tiros que te di, están a punto de lograrlo- se carcajeo, lanzandoles una mirada llena de demencia.

Los novios cayeron lentamente al suelo, cerrando sus ojos en el proceso. Los gritos de los allegados a la pareja y los invitados resonaron con mas fuerza, y el hombre contemplo con macabra devoción la escena frente a sus ojos, riéndose como maníaco, hasta que el cañón de una pistola se poso con fiereza en su cabeza, dejándolo estático en su sitio.

-sabes, Rumlow, he esperado tantos años por esto- le dijo tranquilamente a su espalda una voz que le puso los pelos de punta.

-Nick Fury- susurro sin una pizca de su alegría anterior.

-es bueno saber que aun lo recuerdas, maldito infeliz- exclamo furioso Tony, levantándose rápidamente del suelo y disparandole con un extraño artefacto que llevaba puesto, lanzandole un pequeño rayo de color azul que le obligo a postrarse en el suelo, mientras se sujetaba fuertemente una pierna. -te regreso el favor.- le dijo socarronamente. -Steve, cariño, ya puedes levantarte, termino el espectáculo- le dijo a su pareja, mientras se ponía a su altura y le ayudaba a ponerse en pie.

-¡¡que demonios sucede aquí!! ustedes dos deberían estar pudriéndose en el infierno, yo les dispare, y yo vi salir la sangre de sus cuerpos- exclamo iracundo y frustrado, pero sin atrever a moverse, porque sabia que el hombre que le apuntaba era mas que capaz de jalar el gatillo si hacia cualquier estupidez.

-¡oh! ¡te refieres a esto, cierto?- pregunto socarrón el castaño, mientras abría un poco su chaqueta, revelando un moderno chaleco antibalas con varias bolsas de sangre artificial adheridas a el. -en verdad nos crees tan estúpidos como para anunciar públicamente nuestro matrimonio y pensar que te quedarías tranquilo. Supimos de tu escape y aprovechamos la oportunidad para atraparte como a una rata, y mira, caíste redondito en la fosa- le espeto con burla, mientras mirara como el hombre estaba a punto de estallar. -en todo caso, tus patéticos intentos por arruinar nuestra boda fallaron, nosotros nos casamos días antes, y acabamos de volverlo a hacer, así que realmente, todo lo que hiciste fue completamente en vano- remato con socarronería y burla hacia el otro.

El otro, sin poder soportar por un segundo mas las burlas de Stark, levanto el arma apuntandole al genio para dispararle a la cabeza, pero una arma en su cien le hizo pensarlo mejor.

-no te atrevas, rata asquerosa, y tu y yo tenemos algunas cuentas que saldar- susurro Natasha, mientras le apuntaba con firmeza y aprovechaba para quitarle el arma de una potente patada, que por poco le parte una mano.

-bueno, basta de charlas, ya tendrás tiempo para lamentarte después. Ahora es momento de que vuelvas al lugar al que perteneces, Rumlow. ¿creías que no me daría cuenta de que fuiste tu el que le vendió información confidencial a los 10 anillos y a Hydra, ademas de ser su agente encubierto? ademas aquí ya causaste bastante daño, y créeme, ese grupito de allí- dijo, señalando a los amigos y los recién casados -no esta nada feliz de tenerte aquí. Y vez a ese hombre- dijo señalando a Tony -su padre fue uno de los fundadores de la agencia de seguridad y el estado esta en enorme deuda con él, así que si el hombre decide que mereces un trato especial durante tu estadía en la cárcel, ten por seguro que lo recibirás y no habrá nadie allí capaz de defenderte- le dijo tetricamente, mientras aprovechaba su inmovilidad para asegurarle unas modernas y gruesas esposas. -grábate bien esta imagen, es lo ultimo que veras del mundo exterior antes de pudrirte en mi cárcel favorita. Estoy completamente seguro que estas familiarizado con ella, aunque claro, antes solo ibas de visita- le dijo con tranquilidad, observando con satisfacción la cara de horror del capturado. -me voy y les garantizo que no lo volverán a ver otra vez en sus vidas. Felicitaciones a los novios y Stark, la nación esta en deuda contigo nuevamente- les dijo solemne, antes de retirarse, llevando a arrastras al hombre que vociferaba a gritos que prefería morir, antes de ir a esa maldita cárcel, que era un pedazo del infierno en la tierra.

-por fin todo acabo- murmuro Steve, hablando por primera vez y con una mirada calma, esa que Tony llevaba días sin ver.

-así parece, Steve, y debo admitir que tuviste una maravillosa idea al no hacer publicas las modificaciones hechas al día de nuestra boda- comento tranquilamente Tony, mientras tomaba la mano del rubio y la apresaba en las suyas.

-si, pero jamas hubiese funcionado del todo bien, si no fuese por tu gran trabajo con los chalecos y por ese plus de la sangre artificial- halago el rubio.

-lo se cariño, soy genial- comento egocéntrico, sacando un sonoro suspiro del rubio y causando que rodara los ojos.

-nunca cambias, cierto- comento con resignación, mientras se quitaba el saco y el chaleco antibalas.

-pero así me amas, cariño- le comento socarrón, guiñandole un ojo.

-lo se, Tony- respondió regalandole su hermosa sonrisa.

-y que dices de una deliciosa luna de miel en unas paradisíacas islas del caribe, solos tu y yo, hay un avión privado que aguarda por nosotros... que me dices, aceptas- pregunto Tony con coquetería, mientras se posaba frente al rubio, tomándolo por la cintura.

-sebes que aceptaría, iría contigo hasta el fin del universo si fuese necesario- le respondio con dulzura, haciendo ruborizar al castaño de vergüenza y causando que el rubio se riese entre los dientes, sacando un infantil mohin del castaño. 

-bien, entonces, vamonos- le dijo, mientras se colocaba a su lado nuevamente y emprendían su huida a la salida, pero fueron detenidos por un par de pelirrojas, sumamente molestas.

-ustedes dos no se mueven de aquí hasta que no hayan recogido su desastre- Pepper.

-entendieron- susurro tetricamente Natasha.

Los dos, sin color en sus rostros y con expresiones llenas de terror, asistieron. Habían olvidado un pequeño detalle y lo mejor era solucionarlo rápido, porque ese par de mujeres enojadas eran la encarnación del mismísimo demonio.

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¡¿que?! Que esperaban, muertes. Pues no, para esa gracia, vayan a ver Infinity War.

Si, estoy viva y no he abandonado el fic. Y como lo Prometí, después de mi prueba, actualización.

Nos vemos en el ultimo capitulo.