Parte 6

6 0 0
                                    


En la  tarde  cuando salía a dar mi habitual paseo, como si fuera la inspectora de todos los  negocios de la Av. Montpelier no me cansaba de mirar los demás negocios, estaba casi  rayando en la obsesión.  Algunas veces no me tardaba mucho,  porque hacía un calor del infierno, era verano  y a mi no me gustaba sudar. 

Detestaba cuando el sudor empezaba a humedecer mi frente, y menos me gustaba cuando mi camiseta se empezaba a mojar debajo de mis axilas, eso hacía que inmediatamente fuese al baño del restaurante  a cambiarme la camiseta  por otra limpia.  No era capaz de seguir vestida con la misma camiseta hasta volver a casa. Tenía más camisetas blancas en el "Sabroso" que en el apartamento, tal vez porque guardaba la esperanza de que hubiese mucho trabajo, muchos clientes que hicieran que yo anduviera de un lado para otro hasta sudar para así poderme cambiar todas las veces que fuera necesario. 

 Cuando regresé al restaurante, habían ocupado dos mesas, en la primera había una pareja leyendo la carta , y en la otra un hombre que estaba solo y bebiendo una cerveza.

Cuando pregunte a Mario que quería beber esa pareja, no pude entender lo que dijo, es más creo que ni me contesto, porque hablaba a regañadientes, más que hablar parecía que gruñía y pase de él otra vez y  de lo que el dijese o hiciese. Sin perder tiempo, fui directamente hacia la mesa, que estaba ocupada por la pareja  y con la mejor de mis sonrisas, les salude y pregunte, que deseaban beber y si podía ayudarles con la carta.  El hombre se limito a decir trae una cerveza de barril, bien fría, y la mujer me miro con cara de no saber ni que pedir, y ud Madam, pregunté ... Ella miro a su marido y le dijo , yo no quiero comer aquí. Su esposo le dijo de beber la mujer esta preguntando ¿ Que quieres beber?  hum ahhh ok  Le costo un esfuerzo decir gracias después de pedir otra cerveza.

Mientras servía las dos cervezas, alcanzaba a escuchar a Mario, el seguía refunfuñando solo. Era  increíble, como tenía esa maldita capacidad de hablar solo quejándose de todo, y durante tanto tiempo. Si hubiese un concurso de eso, Mario de seguro ganaría el primer y segundo puesto. No... no,  él  ganaría todos los puestos  y con medalla de honor y diploma y mención especial. Nadie podía estar en su mismo nivel.  Eso lo repetía cada vez más a menudo.   !Que fastidio!!  Ojalá fuera sorda me decía, e inmediatamente me alejaba de la barra desde donde podía escuchar los sonidos ininteligibles de él.

Al volver hacia la barra, después de llevar las cervezas, Mario se dirigió a mi preguntando que querían ellos ordenar de comida.   Yo me limite a decir lo que la mujer había dicho con anterioridad, de que ella no quería comer allí.    Mario enfureció y me dijo seguro no le haz explicado la carta. Contesté con un tono irónico, " la carta no esta en chino para explicarla". 

¿Y que tiene que ver el chino? mientras me daba la espalda el  volvía y se metía en la cocina, y seguía con sus murmuraciones. A veces en tono irónico le decía, "toma aire" como que tome aire? que quieres decir, yo sacaba mi mejor sonrisa burlesca (tenía muchas) levantaba una de mis cejas más que la otra, lo miraba como si pudiese disparar balas con mis ojos, y después me iba otra vez afuera.  Ahora también además de lento con su cuerpo, también lo era con su cerebro. 

Esto no tenía reversa, era demasiado. No nos soportábamos  el uno con el otro. A veces cuando el ambiente era realmente extremo, como ese momento, yo me decía esto es una bomba de tiempo y en cualquier momento explotará. Pero nada allí seguíamos con el tic tac de la cuenta regresiva, esperando esa explosión que tanto como él y yo queríamos.

Ninguna de las personas que estaban allí,  ni la pareja ni el hombre que estaba solo, quisieron comer. El hombre pregunto por un sitio de comidas rápidas cercano y le dije que no había ninguno al rededor.  Pagaron y se fueron.

 Me quede pensando en mi idea de cambiar el negocio y vender comida rápida  de buena calidad,  algo que la gente pudiera comer a toda hora y sobre todo en la noche, comida de impulso para mi una posible solución, pondría un cartel grande de un perrito caliente, enrollaría la salchicha en bácon, le pondría queso fundido por encima, y vendería muchas patatas fritas, crujientes y con diferentes salsas. En la carta del "Sabroso" no habían patatas fritas, Mario decía que no era saludable los fritos. Todos sus platos los servía con patata cocinada. 

También haría hamburguesas caseras, a mi se me daba muy bien, aprendí a sazonar la carne picada igual que mi abuela y mi madre lo hacían, la carne era rica, jugosa y sana porque no era una hamburguesa tipo industrial. Ellas compraban carne de buena calidad y la molían, ese era el secreto para que las hamburguesas fueran tan ricas.

Me  gustaría abrir hasta tarde de la noche y aprovechar toda la gente que esta bebiendo en los bares, y en la discoteca. Claro eso estaría buenísimo. 

Tal vez podríamos cerrar al mediodía, y empezar por la  tarde y cerrar de madrugada. Quizás podría volver a llamar a Lucy y darle la oportunidad de ser fija. También Nico su hermano podría trabajar.  El había hecho un curso de bar tender,  hasta había creado  algunos cócteles. Tenían nombres graciosos, una vez preparo para mi "entre sábanas" pero que ocurrencias tienes Nico mientras reía y le decía anda date prisa quiero un "entre sábanas"   De camino a la barra, Nico decía no son ocurrencias Alice  eso se llama creatividad. Nico era espontáneo y gracioso.  No me fije como lo hizo, pero el sabor era exquisito, noté el sabor un poco  a Baileys  pero lo demás no sabría decir con que había hecho la mezcla, pero me gustaba y mucho.

Tenía tantos quizás en mi cabeza que era imposible no sonreír cuando lo imaginaba. 

A lo mejor ese era el cambio que el restaurante "Sabroso" necesitaba. Muchos cambios hacían falta, incluyendo ese nombre ridículo de Sabroso, me parecía patético, sin gracias, en definitiva igual  que Mario que fue quien  lo escogió.


NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS  [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora