A veces cuando estaba en el apartamento, y sin que Mario lo notará, yo lo observaba con mucho detalle, podía decir que mi vista sobre él era parecido a un escaner. Lo detallaba y trataba de encontrar al Mario que conocí años atrás pero era inútil de ese Mario ya no quedaba el más mínimo rastro.
Recuerdo cuando le conocí, estábamos con mi hermana y su mejor amiga Cathy en un partido de fútbol, donde jugaba Francisco el chico que por ese entonces traía loca a Martina. Yo nunca le vi ningún atractivo a Francisco, callaba mi opinión acerca de él, al fin y al cabo a mi hermana nunca le importo lo que yo pensará de ella y mucho menos de Francisco. Ella siempre soñaba con ser su novia, y Francisco era el más chulo del equipo de fútbol, jugaba bien y presumía de su físico, de su estatura y de sus ojos color miel. A mi me reventaba tanta arrogancia en ese cuerpo, yo creo que el ni se enteraba de cuanto mi hermana lo admiraba y le gustaba. O a lo mejor estaba tan acostumbrado a que la mayoría de las chicas, chorrearán la baba por él. Que prefería hacer de cuenta de que el no se enteraba.
A lo mejor mi hermana no le gustaba y eso era bastante raro. Mariana y no es porque sea mi hermana, pero ella siempre fue y es muy bonita y atractiva, su cabello castaño con tonos dorados semi ondulado y largo hasta el pecho, siempre fue motivo de admiración en los hombres y de envidia en muchas mujeres. Las facciones de su rostro parecían haber sido dibujadas y esculpidas por un artista. Sus ojos eran de un color verde casi marrón dependiendo de la luz. Martina es el tipo de mujer, que perfectamente puede salir a la calle sin ningún maquillaje y lucir su belleza al natural. Por donde ella pasaba siempre llamaba la atención, su peso era ideal para su cuerpo y aunque no era muy alta ya que solo media 1,65 con tacones se apañaba muy bien. No me extrañaba para nada que Mark se hubiera enamorado a primera vista de ella. Su carácter también era dulce, más fuera de casa con los particulares que a veces en familia. Siempre tuvo más amigas y amigos que yo. Las chicas siempre querían salir con ella, por su belleza, y porque así las tendrían más oportunidad a la hora de querer llamar la atención en los chicos. Todo eso era mentira. Pero en ese tiempo era lo que ellas creían. Los chicos querían salir con Martina, pero ella seguía atontada pensando en Francisco.
Mario también jugaba fútbol, a mi no me gusto cuando lo conocí, lo vi un chico corriente, nada impresionante pasaba muy bien desapercibido por su figura pero no por su carácter. No era un chico guapo, pero si era atractivo, tenía ese no se qué no se donde, pero que fuese lo que fuese llamaba la atención. Tenía unos dientes perfectos, muy blancos y parejos, en ese aspecto creo que la naturaleza fue generosa con él. Sonreía mucho y mantenía diciendo cosas graciosas que hasta sin gracia, con su voz, parecían graciosas, siempre reíamos con Mario. Muchas veces agarrándome el estomago con las dos manos y apunto de reventar de reír, trataba de preguntarle ¿De donde haz sacado eso?? Hacia chistes con casi todo, también imitaba a Francisco, eso si que era gracioso para nosotros, claro esta menos para Martina.
Ahora que lo pienso a lo mejor la manía que le tiene Martina a Mario viene desde ese tiempo. Ella se ponía furiosa, recuerdo bien, y nos decía estúpidos por reír como locos, pero yo nunca podía contener la risa porque Mario no paraba de hacer los gestos idénticos que hacía Francisco.
Cuando por fin podía parar de reír, le decía Mario deberías ser comediante, de todo sacas algo gracioso que divierte a los demás, porque a mi no era la única que hacía reir. El lo hacia tan natural, y nunca le presto importancia a las insinuaciones de ser por ejemplo comediante, o algo parecido.
A Cathy la mejor amiga de Martina, le gustaba Mario en ese tiempo, siempre decía que era el chico ideal porque era gracioso. Ella no demostraba sus sentimientos en presencia de Mario, al contrario se volvía más tímida, siempre o casi siempre agachaba la mirada, sus pómulos enrojecían y decía que era de risa, pero Martina y yo sabíamos que era por Mario. Los padres de Mario se mudaron de vecindario, y no se como, pero poco a poco perdimos el contacto.
Hoy en día conserva la misma dentadura, pero no la sonrisa y menos el carácter dicharachero.
Después de muchos años sin ver a Mario, un día fuimos a comer con Monica mi vecina que estaba embarazada y tenía antojo de comida Mexicana. Ordenamos diferentes platos y cuando terminamos, nos pareció todo tan delicioso que quisimos felicitar al chef que había cocinado, y después de decirle al camarero que queríamos conocerle. El se acerco a la mesa.
Recuerdo el grito que pegue cuando lo vi aparecer, delante nuestra Mario!!!!!! No puede ser, no puede ser. Si si puede ser Alice, que gusto verte, eso mismo digo yo. Nos dimos dos besos. Y un abrazo. Esta es mi amiga Monica, Mario extendió su mano y bromeó diciendo que sentía mucho cuanto ella había engordado con su comida, y después de eso yo comenté creo que has perdido un poco tu sentido del humor pero ahora sabes cocinar y muy bien . Monica agradeció mi comentario, porque no le pareció gracioso para nada Mario y me dijo que no podía creer que un día el lo fuese.
Yo tampoco ahora lo podía creer, pero así era.
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NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS [sin editar]
General FictionEl desamor y un negocio que no va bien, es lo único que une a esta pareja. Se encuentran en una zona de confort. Uno de los dos deberá salir y romper con ese ciclo. Es vital encontrar una solución justa y equitativa para los dos. Pero el destino...